
Lecornu, el inextricable regreso del fiel de Macron pocos días después de dimitir
Antonio Torres del Cerro
París, 10 oct (EFE).- Sébastien Lecornu ha sido de nuevo nombrado primer ministro de Francia por el presidente Emmanuel Macron, en una decisión inexplicable para la mayoría de los franceses y que pone al joven político al frente de un Gobierno que puede tener, una vez más, los días contados debido a una fragmentada Asamblea Nacional.
Después de haber presentado la dimisión el pasado lunes ante el propio Macron, por no verse capaz de dotar a Francia del Presupuesto para 2026, por la fractura dentro de los aliados del Gobierno, el discreto y prudente Lecornu intentará gobernar un país al borde de la crisis institucional y presionado por los mercados financieros.
El que fue el primer ministro más fugaz de la V República Francesa (desde 1958), por los 27 días que pasó en el cargo, ha regresado a los mandos tras haber aceptado sondear posibles acuerdos, por encargo del propio presidente, al resto de partidos durante los últimos tres días, cuando ya era primer ministro en funciones.
Aunque había asegurado -en una entrevista televisada el jueves- que su misión como jefe de Gobierno había terminado, el teniente en la reserva de la Gendarmería aceptó el cargo propuesto por Macron, cuya credibilidad política está bajo mínimos y al que una mayoría de franceses quiere ya ver fuera del Elíseo.
Lecornu, el político atraído en su juventud por la vida monacal, es el cuarto primer ministro nombrado por Macron en solo catorce meses: Gabriel Attal (de enero de 2024 a septiembre de 2024), Michel Barnier (septiembre de 2024 a diciembre de 2024), François Bayrou (de diciembre de 2024 a septiembre de 2025) y Lecornu dos veces (9 de septiembre al 6 octubre de 2025 y 10 de octubre).
Poco conocido del gran público cuando fue nombrado por Macron el pasado 9 de septiembre, el político centroderechista, de 39 años, vio su primera misión en el palacio de Matignon abortada por el anuncio de un equipo de ministros el pasado domingo 5 de octubre.
El nombramiento del exministro de Economía (2017-2024), Bruno Le Maire, como titular de Defensa indignó especialmente a uno de los partidos de la coalición gubernamental, Los Republicanos (centro-derecha), quienes culpan a Le Maire por la alta deuda del país.
El antiguo alcalde de Vernon (Normadía) se encontrará con el mismo decorado que cuando fue nombrado por primera vez al frente del Ejecutivo el 9 de septiembre.
Lecornu debe negociar en medio de una Asamblea Nacional fragmentada en tres grupos que se vetan mutuamente, una izquierda dividida, la ultraderecha de Marine Le Pen y el centro. Todo ello en un contexto particular en el que los partidos se preparan para la municipales de marzo y, sobre todo, a la elecciones presidenciales francesas de mediados de 2027.
En su efímero primer mandato de un mes, el primer ministro había dado señales hacia Partidos Socialista (PS), con el que podría sacar adelante los Presupuestos.
Entre las propuestas quedan la abdicación del artículo 49.3 de la Constitución -que obliga al Gobierno a aprobar los Presupuestos tras una votación- y un posible aplazamiento de la reforma de las pensiones que atrasa la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años. Queda por saber si esas iniciativas siguen en pie.
Secretario de Estado para la Transición Ecológica y Solidaria (2017-2018), ministro encargado de las Colectividades Territoriales (2018-2020); titular de Ultramar (2020-2022) y ministro de Defensa (2022-2025), el político treintañero ha sido el único en estar en todos los gobiernos macronistas.
El jefe de Gobierno en funciones fue un tránsfuga que se pasó del LR (partido fundado por Nicolas Sarkozy) al movimiento centrista de Emmanuel Macron en 2017.
Macron comenzó a apreciar a Lecornu en la crisis de los ‘chalecos amarillos’, la revuelta popular que, entre 2018 y 2019, sacó a relucir las desigualdades entre las ciudades francesas y las zonas rurales. Lecornu sugirió a Macron incorporar un simbólico libro de mensajes donde los ciudadanos podían expresar su malestar.
El penúltimo puesto que ocupaba Lecornu, el de titular de Defensa en plena guerra en Ucrania, le hizo ganar aún más puntos a los ojos de Macron. La ambiciosa ley que dotará a las Fuerzas Armadas de un aumento presupuestario del 6 % de 2024 a 2030 salió adelante gracias al empeño y la capacidad negociadora de Lecornu.
Monje en un monasterio benedictino
Hijo único de una madre secretaria en un gabinete médico y un padre técnico en una fábrica aeronáutica y aeroespacial, Lecornu nació el 11 de junio de 1986 en Eaubonne, una pequeña localidad de la periferia parisina.
Escolarizado en una escuela católica, estuvo muy cerca de ponerse los hábitos de monje en la abadía benedictina de Saint Wandrille.
Influido por uno de sus abuelos, antiguo resistente contra la ocupación nazi y seguidor del general Charles de Gaulle, Lecornu se afilió al partido conservador UPM (el antecesor del LR) y, con solo 19 años, pasó a ser colaborador parlamentario del diputado Franck Gilard, un récord de precocidad en la época.
Con solo 22 años, integró el gabinete ministerial de François Fillon. Paralelamente y mientras crecía en el UMP, se licenció en Derecho y se hizo oficial en la reserva operativa de la Gendarmería con el grado de teniente. Porque, junto a la vida monacal, la castrense ha sido otra de sus grandes pasiones. EFE
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