
Lecornu encauza suspensión de reforma de pensiones con incerteza por mociones de censura
París, 15 oct (EFE).- El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, que mañana jueves encara dos mociones de censura en la Asamblea Nacional, despejó este miércoles el camino que seguirá la suspensión de la reforma de las pensiones, exigida por los socialistas para no dejarle caer: la presentará en noviembre y se incluirá como enmienda en los presupuestos de la Seguridad Social.
En sendas comparecencias en la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional y ante el Senado para explicar su programa, Lecornu fue desbrozando así el camino que seguirá esa suspensión, que se mantendrá hasta enero de 2028, con el objetivo de que las pensiones formen parte del debate de las elecciones presidenciales de 2027.
Pese a la urgencia por sacar adelante los presupuestos de 2026 antes del fin del año, la incertidumbre planea aún sobre la viabilidad del segundo Gobierno de Lecornu, a la espera del voto mañana de las mociones de censura, una presentada por la izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI) y otra por el bloque ultranacionalista, compuesto por Agrupación Nacional (RN) y la UDR de Éric Ciotti.
Incertidumbre
Según los cálculos que circulan en los pasillos de la Asamblea Nacional, la votación de una de las mociones, la presentada por la LFI de Jean-Luc Mélenchon, podría tener ciertas posibilidades de salir adelante dependiendo de los socialistas que la apoyen (al no haber disciplina de voto) y se quedaría a solo una veintena de votos de ser aprobada.
La extrema derecha de Marine Le Pen dijo que la votará, pero haría falta la mayoría absoluta de 289 votos para derribar al Gobierno. Por ahora, se perfilan 270 dispuestos a votar la censura.
«Estamos presentando propuestas para el debate», defendió hoy en la Asamblea Nacional la ministra de Cuentas Públicas, Amélie de Montchalin, al criticar las mociones que se votarán el jueves.
«Si nos censuran, ya no habrá Gobierno y no habrá debate», añadió. «El único debate que tendremos será sobre la incertidumbre económica, sobre el desorden económico, sobre la agitación en la que estaríamos sumiendo al país sin votar un presupuesto, clamó.
Pero, salvo un giro imprevisto de guión, Lecornu debería esquivar el riesgo de caída gracias a sus concesiones a las demandas socialistas (suspensión de la reforma de las pensiones, contribución fiscal de los más ricos y renuncia a gobernar por decreto).
Ahora bien, su equipo sabe que no es un cheque en blanco y vive con los días contados, ya que el Partido Socialista no descarta derrocarlo este otoño si no se cumplen sus condiciones o si no obtiene más concesiones durante el debate presupuestario.
En noviembre, la enmienda para suspensión de pensiones
«El Gobierno debe presentar una enmienda al Proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social ya en noviembre», anunció el primer ministro sobre la tramitación de la suspensión de la reforma de las pensiones, durante la sesión de control al Ejecutivo en la Asamblea Nacional.
Eso permitirá, dijo, «avanzar con la mayor celeridad posible, con plazos que se cumplan».
Y será el Parlamento quien tendrá que decidir, añadió, aunque advirtió de que «no se puede votar una suspensión sin los elementos de ingresos correspondientes» para financiar el agujero adicional en las arcas del sistema de pensiones, que será de unos 400 millones de euros en 2026 y de 1.800 millones en 2027.
A continuación, en su discurso de política general ante el Senado, Lecornu anunció que propondrá confiar la gestión del sistema de pensiones a los interlocutores sociales.
Empieza la cuenta atrás para los presupuestos
El Parlamento tiene 50 días para examinar el proyecto de presupuesto de la Seguridad Social, que incluirá la suspensión de la reforma de las pensiones, y 70 días para el presupuesto del Estado de 2026.
Pero estos plazos, basados en la letra de la Constitución, podrían ser complicados de cumplir si se presentan cientos de enmiendas.
Y más teniendo en cuenta que tienen que ser aprobados con el consenso de la mayoría en un Parlamento fraccionado y sin la posibilidad, ya que el Gobierno de Lecornu ha renunciado a ello, de usar el as del artículo de la Constitución que permite la adopción de leyes sin voto.
Además de una posible avalancha de enmiendas, también planea como obstáculo que la tramitación de la suspensión de la reforma de las pensiones como una enmienda en los presupuestos de la seguridad social pueda verse comprometida por otras aportaciones en el mismo texto imposibles de respaldar para la izquierda.
En el peor de los casos y como último recurso, Lecornu podrá optar por una ley especial, que le permitiría seguir recaudando los impuestos existentes a la espera de la aprobación de un presupuesto real, como ya ocurrió en 2024, tras la exitosa moción de censura contra el Gobierno de Michel Barnier en diciembre de ese año. EFE
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