Líderes de Suecia y Estonia abordan temores sobre envío de presos suecos a cárcel de Tartu
Riga, 6 nov (EFE).- Los primeros ministros de Suecia y de Estonia, Ulf Kristersson, y Kristen Michal, respectivamente intentaron este jueves disipar los temores de algunos sectores estonios acerca de los planes de ambos países de ubicar a cientos de delincuentes suecos condenados en una prisión estonia de Tartu, donde el país báltico tiene capacidad penitenciaria sobrante.
«Los prisioneros que estarán en estas cárceles no son los peores, por así decirlo, no son aquellos realmente extremadamente peligrosos. A esos los vigilamos nosotros mismos muy de cerca», señaló Kristersson en una rueda de prensa en Tallin.
El jefe del Gobierno sueco recalcó que los presos que se trasladarían a Estonia no andarán libres por el centro de la ciudad de Tartu, sino que «estarán encerrados».
Michal explicó que el acuerdo de arrendamiento penitenciario firmado en junio pasado entre ambos países forma parte de la cooperación en materia de seguridad entre Estonia y Suecia, una colaboración que va más allá de su pertenencia a la OTAN y al grupo nórdico-báltico de ocho países.
«La seguridad también significa mucho cuando los socios tienen un problema, por ejemplo, con los presos, y uno tiene una prisión vacía. Eso significa que compartimos la seguridad entre nosotros. Así que, para nosotros y para nuestro Gobierno esto también es una forma de asociación en materia de seguridad», afirmó por su parte el primer ministro estonio.
El acuerdo de arrendamiento, firmado por un período de cinco años, permitirá a Suecia utilizar la infraestructura penitenciaria de Estonia en Tartu como solución temporal ante la presión que sufre el sistema carcelario sueco por superpoblación.
El convenio proporciona a Suecia 400 celdas con capacidad para hasta 600 reclusos. Para Estonia permitiría aprovechar la capacidad sobrante de una prisión construida hace unos 23 años y crear empleos en Tartu, la segunda ciudad más grande del país, situada en el sureste del país báltico.
Michal señaló que el acuerdo aún está siendo debatido en el Parlamento estonio (Riigikogu), donde algunos diputados se oponen con el argumento de que Estonia solo tiene espacio libre en sus cárceles para extranjeros porque no castiga adecuadamente a sus propios criminales, en referencia a algunos asesinatos recientes que acapararon titulares en el país.
«Puedo entender todas las preguntas y todas las preguntas están siendo respondidas. Como ya dijimos, hay un proceso de selección muy riguroso para los presos que vendrán aquí, llevado a cabo también por los servicios de seguridad, que suelen hacer bien su trabajo»,dijo Michal.
La ministra de Justicia de Estonia, Liisa-Ly Pakosta aseguró el pasado día 4 en el Parlamento que se podrían crear unos 400 puestos de trabajo, 250 directamente en el servicio penitenciario, y los restantes surgirán de forma indirecta, «ya que inevitablemente un preso necesita comer, lavar su ropa, entre otras cosas».
Según ella, «las empresas locales están muy interesadas en estas oportunidades».
El personal de la cárcel será estonio y se aplicará la legislación del país báltico, aunque el derecho a visitas, la comunicación y los empleos equivaldrán a los que rigen en Suecia.
El acuerdo de arrendamiento penitenciario debe ser ratificado por el Parlamento estonio y también por el sueco (Riksdagen).
El objetivo es que el acuerdo entre en vigor el próximo 1 de julio.
La falta de plazas en las prisiones suecas llevó al Gobierno a encargar un informe, que fue presentado a finales del año pasado y que concluyó que no había impedimentos legales para llevar a cabo el envío de presos a cárceles extranjeras, señalando que países como Noruega, Dinamarca y Bélgica ya usaron esa posibilidad en el pasado. EFE
jkz-alc/cae/pddp