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Mariscal rebelde dice que continuará operaciones en Libia pese a llamado al alto el fuego

El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Sameh Shukry (centro), en presencia de sus homólogos griego, francés y chipriota durante una rueda de prensa, al término de una reunión sobre Libia el 8 de enero de 2020 en El Cairo afp_tickers

El mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte del este de Libia, rechazó el jueves el llamado al alto el fuego lanzado por Rusia y Turquía si no se cumplen antes ciertas condiciones, mientras prosiguen complicadas acrobacias diplomáticas ante el riesgo de una expansion del conflicto.

En un comunicado leído por su portavoz, Ahmad al Mesmari, Haftar consideró que la estabilidad o la reanudación del proceso político no pueden realizarse antes de “la erradicación de los grupos terroristas” y la disolución y desarme de las milicias que controlan, a su entender, Trípoli, capital de Libia.

Desde esa manera anunció la continuación de sus operaciones militares contra las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional (GNA), reconocido por la ONU, que tiene su sede en Trípoli.

Un consejero del mariscal Haftar señaló a la AFP que no se trata de un rechazo absoluto de la iniciativa sino de “condiciones que deben cumplirse”, antes de cualquier alto el fuego.

El vaivén de diplomáticos se aceleró desde que Turquía anunciara el envío de tropas para apoyar al GNA, lo que despertó el temor de que Libia se convierta en una “nueva Siria”.

El miércoles, Turquía y Rusia, que en los últimos meses se erigieron como actores clave en Libia, pidieron un alto el fuego para el domingo 12 de enero a partir de la medianoche, pese a los intereses encontrados que ambos tienen en Libia.

Ankara afirma que 2.500 mercenarios rusos estarían combatiendo en las filas del mariscal Haftar, pero Moscú lo niega. El hombre fuerte del este libio también recibe apoyo de Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto, rivales regionales de Turquía.

El miércoles, el jefe del GNA, Fayez al Sarraj, se “congratuló” por el llamado al alto el fuego, aunque tampoco dio una respuesta clara.

El portavoz de Haftar saludó la “iniciativa del presidente Vladimir Putin”, pero insistió en la “continuación de los “esfuerzos de las fuerzas armadas en su guerra contra los grupos terroristas”.

En un comunicado, el emisario de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, aplaudió la iniciativa de Rusia y Turquía y exhortó a todas las partes a “cesar inmediatamente todas las operaciones militares en Libia”.

– Argel se implica –

Salamé trabaja en la organización de una conferencia internacional sobre Libia que debería celebrarse este enero en Berlín, con el objetivo de acabar con las interferencias extranjeras en el país, mientras que varios países empezaron a mover hilos para intentar encontrar una salida a la crisis.

Tras haber recibido, el lunes, al jefe del GNA y al ministro de Relaciones Exteriores turco, Argelia -que tiene 1.000 km de frontera con Libia- debía recibir este jueves a los ministros de Exteriores de Italia y Egipto.

Tratando en todo momento de mantenerse “equidistante” entre ambos bandos, Argel rechaza “toda injerencia extranjera”, y ha pedido que “todos los componentes y partes libias […] vuelvan rápidamente al proceso de diálogo nacional inclusivo”.

Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, visitó Túnez -otro vecino de Libia-, y destacó que “el riesgo de escalada en Libia amenaza con desestabilizar al conjunto de la región, desde el Magreb al Sahel”.

El miércoles, se reunieron en El Cairo los ministros de Exteriores francés, egipcio, chipriota, italiano y griego y discutieron sobre Libia, pero el encuentro sólo sirvió para que las divisiones internacionales sobre el tema quedaran patentes.

Así, en un comunicado que el ministro italiano, Luigi Di Maiore, se negó a firmar, juzgaron “nulos y vacíos” los acuerdos firmados en noviembre entre Ankara y Trípoli, que otorgan a Turquía derechos de explotación en extensas zonas del Mediterráneo oriental. El otro acuerdo es el que prevee el envío de tropas turcas al país para apoyar al GNA.

– Encuentros en Roma y Bruselas –

Según analistas, Roma -también interesada en influir en el asunto- no vería con buenos ojos el creciente papel en Libia de otros países, como Turquía o Rusia.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, recibió al mariscal Haftar en Roma y lo instó a cesar su ofensiva.

Además, según la prensa libia e italiana, Conte habría intentado organizar una reunión entre Haftar y Sarraj pero este, al enterarse de que su rival ya se había reunido con el mandatario italiano, decidió volver directamente a Trípoli.

Por su parte, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el del Consejo Europeo, Charles Michel, se reunieron el miércoles con Sarraj en Bruselas y le prometieron “intensificar sus esfuerzos” para encontrar una solución pacífica al conflicto.

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