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Masisa; otra suiza ingresa al mercado del carbono

Enrique Ciblé, de Masisa, en una conferencia sobre Calentamiento global.

Controlada por el holding Suizo Grupo Nueva, esta empresa forestal se integró a la primera bolsa de intercambio de bonos de carbono, Chicago Climate Exchange.

Con ello Masisa se comprometió a reducir su emisión de gases de efecto invernadero en un 6% al 2010 y no es casual que haya decidido entrar al mercado de los bonos de carbono.

Impulsada por su fundador, el multimillonario y filantrópo suizo Stephan Schmidheiny, ésta sostiene que el éxito empresarial es posible cuando se logran resultados positivos tanto en el ámbito económico, como en el social y en el ambiental.

“Esta estrategia es la mejor para la creación de valor de manera sostenida”, asegura Schmidheiny, quien visitó Chile unas semanas después que Masisa ingresara a Chicago Climate Exchange (CCX). En esa oportunidad destacó las ventajas competitivas que este mercado puede generar a futuro.

Una oportunidad de negocios

Para obtener créditos de carbono, la compañía realizó un inventario de sus emisiones de gases de efecto invernadero de todas sus plantas. También calculó el volumen de gases de efecto invernadero -en particular CO2- que han capturado sus bosques.

Luego presentó los datos del periodo 1998-2006 y actualmente está a la espera de que CCX desarrolle la auditoria externa. Una vez finalizado este proceso, la bolsa emitirá los certificados para que Masisa los pueda comercializar.

La reducción de gases comprometida -6% respecto del periodo 1998-2001- equivale a 400.000 toneladas de CO2, algo así como sacar de circulación unos 140.000 autos al año.

El compromiso también incluye elaborar reportes anuales de las emisiones con auditorías externas.

Para los años 2007 a 2010 están diseñando entre tanto proyectos de eficiencia energética que implicarán reducir sus emisiones y generar créditos de carbono que serán presentados a Chicago Climate Exchange para su aprobación y verificación.

El gerente de Comunicaciones e Imagen Corporativa de Masisa, Ignacio González señaló a swissinfo que “esta incorporación es una clara oportunidad de negocios para la compañía, ya que se enmarca en nuestro plan de expansión forestal, nos impulsa a una mejora en la eficiencia energética y nos permite participar en el mercado global de bonos de carbono”.

González precisó que “dada la naturaleza de su negocio, Masisa es un actor positivo en la solución del problema, ya que los bosques capturan carbono de la atmósfera y la madera es una materia prima renovable y reciclable, con lo cual los productos tienen un efecto muy positivo en comparación con otros materiales utilizados en la construcción”.

Holcim-Polpaico, el peso de su matriz

Conscientes de que la producción de cemento es una labor contaminante, el Grupo Polpaico -controlado por la helvética Holcim- ha realizado fuertes inversiones para minimizar su impacto en el medio ambiente. Entre ellos, destaca la compra de un moderno filtro-manga para sus hornos (US$ 9 millones entre 2005 y 2008) y la puesta en marcha de una plataforma que procesa residuos peligrosos y los convierte en combustibles alternativos para sus hornos (US$ 12 millones). Un servicio pionero en el país, que también entregan a otras compañías interesadas en el tratamiento de sus desechos.

“El tener una matriz suiza nos impone desafíos ambientales de vanguardia, porque se trata de un país mucho más progresista y con una mirada más de futuro que otras compañías locales”, asegura Marina Hermosilla, gerente de Asuntos Ambientales de la compañía.

De hecho, destaca la ejecutiva , las normas de Holcim suelen ser más exigentes que las que impone la legislación chilena.

Al mercado de los óxidos

Como ejemplo menciona que en el último año “fuimos una de las pocas empresas que cumplió con la meta de reducción de óxidos de nitrógeno (NOx) impuesta por la autoridad ambiental en su Plan de Descontaminación de la Región Metropolitana de Santiago, e incluso tuvimos un margen extra”.

Por ello, asegura, la autoridad les solicitó vender su cuota de emisiones no ocupadas en el mercado de emisiones local. “Aunque no lo teníamos contemplado, finalmente accedimos y hoy estamos en conversaciones con dos empresas para vender estos derechos”.

Con este sistema -explica- “las empresas a las que les cuesta demasiado invertir en reducción de emisiones compran estos certificados y así, sin aumentar las emisiones de la cuenca de Santiago, se optimiza la inversión ambiental”.

El altruismo, muy poco común

Aunque constantemente están adoptando medidas para reducir las emisiones de CO2, Hermosilla señala que hasta ahora no habían contemplado entrar al mercado del carbono. Hoy, en cambio, lo están analizando.

“Se está evaluando la posibilidad de generar un proyecto para el próximo año que permita pagar parte de sus costos con la venta de créditos de carbono”, explica. Uno de los proyectos candidatos para ello es la idea de modificar la proporción de los compuestos del cemento, disminuyendo aquellos más contaminantes.

Y respecto de ciertas críticas a este mercado -algunos sostienen que es un ‘un permiso para contaminar’- la ejecutiva estima que se trata de ‘argumentos fundamentalistas.

“No podemos pretender que el problema de la contaminación se solucione solo. En mi opinión, todos los mecanismos orientados a incentivar la reducción de emisiones, son bienvenidos. Si no hay incentivos, las empresas no contaminan menos. El altruismo en este momento es algo muy poco común”, recalca.

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swissinfo, Mariel Jara, Santiago

Masisa se dedica a la producción y comercialización de tableros de madera para muebles y arquitectura de interiores. Está presente en 10 países, con su casa matriz en Santiago. Es controlada en un 52,77% por el Grupo Nueva.

Holcim es uno de los principales proveedores de cemento a nivel mundial. Posee intereses en más de 70 países y emplea a más de 90.000 trabajadores.

En 2005, Masisa vendió 744 millones de dólares.

El gasto ambiental 2007 de Polpaico es de 1 millón de dólares.

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