
Muere tras 24 años preso un exministro condenado a cadena perpetua por genocidio en Ruanda
La Haya, 13 oct (EFE).- El exministro ruandés de Finanzas Emmanuel Ndindabahizi, condenado a cadena perpetua por genocidio y crímenes de lesa humanidad y que llevaba más de dos décadas en prisión, ha fallecido en Cotonú (Benín), donde cumplía la condena dictada por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR).
Según notificó este lunes el Mecanismo Residual Internacional para los Tribunales Penales (IRMCT), que heredó los casos y funciones del TPIR, Ndindabahizi murió el pasado 5 de octubre por causas naturales, conforme al certificado de defunción remitido por las autoridades beninesas.
Nacido en 1950 en la prefectura de Kibuye (Ruanda), Ndindabahizi fue ministro de Finanzas del Gobierno interino de 1994, el régimen que organizó y ejecutó el genocidio contra los tutsis y los hutus moderados, y en el que fueron asesinadas unas 800.000 personas en un periodo de poco más de tres meses, según datos de la ONU.
Fue arrestado en julio de 2001 en Bélgica, donde residía tras huir de Ruanda al finalizar el genocidio, y fue trasladado a Arusha (Tanzania) en agosto de ese año para ser juzgado por el TPIR.
Su juicio comenzó en septiembre de 2003 y concluyó en julio de 2004, cuando fue declarado culpable de genocidio y crímenes de lesa humanidad (asesinato) y sentenciado a cadena perpetua, convirtiéndose en uno de los primeros altos cargos del Gobierno interino de Ruanda en ser detenidos y juzgados por el tribunal internacional.
Los jueces determinaron que participó directamente en la organización y ejecución de masacres en la prefectura de Kibuye, incitó públicamente a matar a tutsis, distribuyó armas y proporcionó apoyo logístico a las milicias Interahamwe, responsables directas de numerosas matanzas.
Durante el proceso, Ndindabahizi trató de presentarse como un tecnócrata sin responsabilidad en la violencia, alegando que su cargo ministerial era meramente administrativo. El tribunal rechazó esta versión y concluyó que su presencia en los lugares de las masacres y su autoridad política legitimaron e impulsaron los ataques, según la sentencia.
Su condena fue confirmada en apelación en 2006, y después fue trasladado a Benín, uno de los países que firmaron acuerdos con la ONU para acoger en sus cárceles a condenados del TPIR.
El IRMCT, con sedes en La Haya y Arusha, asumió las funciones judiciales del TPIR tras su cierre en 2015, incluida la supervisión del cumplimiento de penas. Ndindabahizi es el tercer condenado del TPIR que fallece en prisión en Benín en los últimos años. EFE
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