Torre David estaba predestinado a convertirse en el rascacielos más alto de Caracas, pero nunca se llevó a término. Más de 3.500 habitantes sin techo se apropiaron del inmueble y construyeron en él apartamentos a semejanza de los barrios periféricos de la capital venezolana.
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Las obras se suspendieron, tras la muerte en 1993 del promotor del proyecto, David Brillembourg, y la crisis financiera que sacudió el país al año siguiente. El edificio de 45 plantas permaneció abandonado hasta 2007, cuando la alcaldía decidió alojar en él a varios cientos de personas en situación precaria.
Actualmente, más de 750 familias viven en el inmueble. Están organizadas en cooperativas y pagan un módico alquiler de 170 bolívares. Algunas han abierto incluso un comercio.
Alfredo Brillembourg y Hubert Klumpner, de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, han dedicado un libro a este histórico rascacielos –convertido en un símbolo de Caracas- y sus habitantes.
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