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Tras los vestigios del hombre prehistórico de hielo

En el glaciar Schnidejoch, en el cantón de Berna, se encontraron objetos prehistóricos. NaturPanorama.ch

Si usted se encuentra por azar un juego de llaves o una cartera, seguramente será un buen ciudadano e irá a depositarlos a la oficina de objetos perdidos más cercana. Pero, ¿qué haría si su hallazgo durante una caminata estival en los Alpes suizos es un bolso de cuero con más de 5000 años de historia?

Leandra Naef tiene la respuesta. La joven arqueóloga es el cerebro que está detrás del nuevo proyecto kAltes Eis (Hielo frío). Y su plan es ir a la búsqueda de objetos perfectamente bien preservados que están atrapados en las placas de hielo de las montañas del cantón de los Grisones.

Cuando estas placas se funden con el calor del verano, es posible encontrar viejas botellas, latas y otros objetos abandonados en años recientes, pero también existe la posibilidad de toparse con piezas antiguas talladas en madera o prendas de vestir que datan de hace varios milenios.

La clave… los alpinistas. Considerando que es imposible para los arqueólogos estar siempre en el lugar y en el momento precisos, especialmente cuando se trata de apañárselas con la nieve derretida, kAltes Eis está solicitando a los alpinistas y a los excursionistas que mantengan los ojos bien abiertos para multiplicar las probabilidades de descubrir objetos antiguos.

Este resto de zapato neolítico se encontró en el hielo alpino, entre el Oberland Bernés y la región del Valais. Keystone/Archaeologischer Dienst Kanton Bern

Un proceso de búsqueda que se vuelve cada vez más apremiante debido a que los glaciares se reducen paulatinamente con el cambio climático. Si estos objetos no son hallados poco después de emerger del hielo, podrían perderse o dañarse irreparablemente debido a que muchos de ellos están elaborados con materiales orgánicos, como la madera o los textiles.

“Como arqueólogos, nos encontramos sin duda ante El Dorado”, afirma Naef, quien destaca que el hielo tiene grandes virtudes como preservador de objetos orgánicos.

Naef comenzó el proyecto kAltes Eis en octubre de 2013 tras obtener la maestría en Arqueología Prehistórica en la Universidad de Zúrich, donde la arqueología glaciar atrajo profundamente su atención.

El proyecto de Naef cuenta con el respaldo del Instituto de Investigación sobre la Cultura de los Grisones y estará en vigor hasta diciembre de 2015. La meta es identificar las placas de hielo más importantes del cantón para que el servicio arqueológico del instituto se concentre en monitorearlas.

Viejos hallazgos

Aunque ha transcurrido un cuarto de siglo desde que unos senderistas alemanes encontraron el cadáver de Ötzi -de 5.000 años de antigüedad- en el Tirol del Sur,  aún hay mucho territorio por explorar en los Alpes, explica Naef.

Algunos de los descubrimientos más importantes que se han verificado en los Alpes en los últimos años incluyen una aljaba para flecha fabricada con cortezas de abedul en el año 3000 a.C. y unas perneras de cuero halladas por una pareja de excursionistas en el deshielo del glaciar Schnidejoch, en el cantón de Berna.

Arco y flechas encontradas en el glaciar Schnidejoch en el Oberland Bernés. Archäologischer Dienst Kt. Bern

Curiosamente, el tipo de objetos descubiertos en las placas de hielo difieren según el sitio. En los Alpes se relacionan preponderantemente con comerciantes que atravesaban esta zona. En Norteamérica y Noruega, los artefactos identificados en las capas de hielo se vinculan a la caza. Y en Sudamérica están ligados más bien a “actividades sagradas”. Pero en todos los casos la información obtenida ha permitido llenar lagunas de conocimiento, como desde cuándo y hasta qué punto fueron explorados los Alpes en la prehistoria. A Ötzi, en particular, se le relaciona con los sardos.

Los objetos encontrados en Schnidejoch y las prendas pertenecientes a Ötzi son dos de los hallazgos más antiguos de Europa de prendas en cuero y también son los mejor preservados. Gracias al hielo, se logró además que conservaran casi intacto su ADN.

El análisis del ADN de las perneras encontradas en Schnidejoch –que tienen más de 5.000 años de antigüedad– no solo reveló que fueron confeccionadas con piel de cabra, sino también que se trata de una raza de la que se creía que únicamente existía en el este de Asia.

Es hora de actuar

“Si deseamos hacer algo, es ahora, después será demasiado tarde… o tal vez ya lo es”, advierte Naef, quien espera que el verano traiga consigo algunos descubrimientos prehistóricos.

La arqueóloga dice a swissinfo.ch que tuvo claro de inmediato que esta es una estupenda área de especialización dentro de la arqueología y con grandes posibilidades de éxito en materia de hallazgos. Pero el margen de maniobra es muy limitado con respecto al tiempo.

Y efectivamente, el factor tiempo no parece estar a favor de los arqueólogos que tienen la esperanza de descubrir artefactos en el hielo, ya que los glaciares están menguando en todo el mundo. Y Suiza no es la excepción.

“Durante los últimos 30 o 40 años, las cálidas temperaturas que se registran tanto en el verano como en el invierno están estrechamente relacionadas con el cambio climático antropogénico (alteraciones en el clima derivadas de la actividad del hombre)”, dice Martin Grosjean, director ejecutivo del Centro de Investigación sobre Cambio Climático Oeschger de la Universidad de Berna. “No es casual que estemos observando veranos tan cálidos desde hace 10 o 20 años; esto es consecuencia de que los glaciares y las placas de hielo se están fundiendo extremadamente rápido”, explica a swissinfo.ch

El proceso de deshielo “abre una ventana de oportunidad durante varios años o quizás durante una o dos décadas”, opina Grosjean, cuyos intereses como investigador incluyen la geoarqueología de la zona de Schnidejoch. “Pero dentro de 50 años estos glaciares ya no existirán. Lo tenemos claro desde ahora”.

Puntos de interés

El proyecto kAltes Eis Naef se está enfocando en las placas de hielo, porque son más estables que los glaciares, lo que aumenta las posibilidades de éxito en el hallazgo de objetos perfectamente preservados.

Utilizando un modelo de previsión de Sistema de Información Geográfica (SIG) que originalmente fue desarrollado en Alaska y que ha sido adaptado para Suiza, Naef ha conseguido identificar sitios arqueológicos en las montañas

Un modelo de previsión de Sistema de Información Geográfica identifica posibles sitios arqueológicos. swissinfo.ch

La arqueóloga ha ido reduciendo paulatinamente el número de lugares hasta llegar a una lista de 300 y se ha enfocado, sobre todo, en los valles alpinos a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Los ha analizado y otorgado un puntaje a cada uno en función de sus características.

Por ejemplo, un paso llano que conecta después a dos valles es considerado en principio como un sitio que permitía realizar viajes, lo que lo hace más proclive a los hallazgos. En contrapartida, un pequeño camino paralelo a alguna ruta más amplia, seguramente era menos transitado.

Naef tiene identificados 40 puntos considerados relevantes y propicios para el descubrimiento de objetos. Y ella misma se dedicará a examinarlos durante los próximos dos veranos.

Para las pesquisas arqueológicas en los 260 puntos de interés restantes, Naef confía en la colaboración de los alpinistas que visitan las montañas entre julio y septiembre. Estos serán los encargados de notificar si surge algo interesante.

Uno de los principales puntos de contacto para los senderistas serán los guardianes de las cabañas del Club Alpino Suizo. Reto Barblan, quien regenta cabañas en Kesch, en los Grisones, expresa su satisfacción:

“Si podemos transmitirle a la gente que esto es importante e interesante, los visitantes harán un esfuerzo por informar a los arqueólogos sobre sus hallazgos”, afirma.

Al cuestionar a Naef sobre la posibilidad de que algún excursionistas les juegue una mala pasada y conserve para sí los tesoros encontrados, la arqueóloga afirma que no le inquieta, porque los descubrimientos serían, ante todo, artefactos fabricados en madera y otros materiales orgánicos, no se de monedas de oro.

“Buscamos cosas que poseen un gran valor para la ciencia, pero el valor para los ciudadanos es muy difícil de identificar. Así que no hay por qué temer ni a los saqueos ni a los ladrones de tumbas”, sentencia.

Artefactos hallados en la nieve o el hielo:

Documentar de inmediato el hallazgo sin tocar o mover el objeto (tomar una fotografía mostrando su tamaño relativo, utilizando como referencia un bastón de senderismo, la tapa de la lente de una cámara, etc. Registrar las coordenadas GPS en las que se encuentra, e intentar hacer un croquis). El objeto solo debe ser removido si hay riesgo de que resulte dañado (por una caída inminente de nieve, un desprendimiento de rocas, o por el tránsito humano) o si se halla en un sitio de difícil acceso para los investigadores. En este caso deberá guardarse en un refrigerador o congelador hasta entregarlo a los expertos.

Artefactos dentro del hielo y solo parcialmente expuestos:

Realizar un registro sobre el objeto, pero evitar tocarlo o removerlo del sitio. Alertar de inmediato a arqueóloga Leandra Naef y al servicio arqueológico de los Grisones.

Traducción del inglés: Andrea Ornelas

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