ONG suizas evalúan actividades en Chiapas
La situación actual y las nuevas exigencias zapatistas podrían llevar al replanteamiento de la cooperación.
El control de los factores que afectan a la población local escapa a las autoridades.
El Programa de Promoción de la Paz en Chiapas concluye su fase actual a finales de junio de 2004 y las organizaciones involucradas preparan las discusiones para la etapa siguiente.
“El contexto en Chiapas ha cambiado y ahora debemos analizar bien cuál puede ser el valor de una cooperación con un consorcio de diferentes actores, actores suizos en la actual fase del conflicto, y cuáles podrían ser los objetivos reales para una acción en común de diferentes actores en Suiza”, subraya Karl Heuberger.
Las ONG o asociaciones civiles deben asumir una actitud política con base en el pronunciamiento de los zapatistas que han creado zonas autónomas y plantean nuevas demandas, destaca el responsable para México de Heks-Eper, Iglesias Protestantes Suizas.
Agrega que lo que los zapatistas piden de las ONG locales en Chiapas tendrá consecuencias muy profundas en el trabajo de cooperación con organizaciones internacionales.
10% para comunidades autónomas
A guisa de ejemplo señala que los zapatistas anunciaron que pedirían el 10% de las contribuciones financieras para las comunidades autónomas.
“Lo que significará que cuando demos 100.000 francos para un proyecto concreto, 10.000 francos serán captados por los zapatistas para el financiamiento de comunidades independientes”.
Para Karl Heuberger el asunto requiere un análisis profundo. “Debemos reflexionar y lograr un acuerdo sobre si esas demandas realmente son algo que podríamos aceptar con base en el criterio que tenemos para el trabajo de cooperación”.
Sin embargo, como lo señala nuestro interlocutor, aún no se pueden tomar decisiones puesto que aún falta claridad en lo que los zapatistas van a plantear para el año próximo.
“Como ONG suiza trabajamos con ONG locales, con nuestra contraparte, y pienso que en el futuro tendremos que asumir una mayor responsabilidad respecto al trabajo de ésta. Si realmente contribuye a una resolución de conflictos de manera civil o si sus actividades complican aún más los conflictos”.
Profundas divisones
Tildy Hanhart, presidenta del Programa para la Promoción en Chiapas, alude a las divisiones en las comunidades chiapanecas derivadas de diversas causas, incluidas las políticas, “porque hay gente que quiere que se cambie la situación, que haya más democracia, que pueda participar en el proceso político, esto es sobre todo el motivo de los zapatistas”.
Se refiere también a uno de los mayores flagelos del estado: la pobreza, y a los problemas generados por repartos agrarios irregulares que duplicaron la posesión de terrenos, amén de las tensiones entre católicos y protestantes y entre católicos progresistas y católicos conservadores.
Y a esa sombría situación interna se añaden factores externos de fuerte impacto como el desplome de los precios del café (Ver Más sobre el tema) y otros eventos en el mercado internacional.
“Entonces hay muchas causas que han dividido a las comunidades, y las comunidades indígenas, en su ideal, quieren que haya unidad”.
Los proyectos de Propaz buscan ayudar a la gente a aceptar al otro. “Esto es lo que ambicionamos, que ellos aprendan a vivir juntos aun cuando las otras personas tienen otra visión de su vida.
Un cambio que no llegó
Tildy Hanhart menciona también las expectativas generadas por los relevos en los gobiernos nacional y estatal pero destaca que el cambio no se produjo.
”Hay apertura, pero el problema del gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía es que no tiene una mayoría, no es miembro de un partido y en el Parlamento la mayoría es el PRI, como antes, y la misma cosa es con el Gobierno de Vicente Fox; es decir que no tiene una mayoría en el parlamento, y entonces para ellos es difícil encontrar mayorías para sus cambios, sus propuestas”.
“Lo que vemos es que el gobierno, sea a nivel estatal, sea a nivel federal, no tiene la voluntad, o quizás tiene la voluntad, pero no la capacidad de realmente cambiar algunas estructuras que dificultan la vida para la población”, estima por su parte Karl Heuberger.
Entonces, añade, no hay condiciones que fortalezcan verdaderamente la situación de la población.
Coincide con Tildy Hankart en el terrible impacto del desplome de los precios del café en las ya difíciles condiciones de vida de las comunidades chiapanecas.
“Ni el gobierno federal tiene realmente la capacidad de priorizar su política en favor de la población pobre, indígena. No puede influir fuertemente sobre ese tipo de condiciones impuestas por las reglas del mercado mundial”, sentencia.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
Propaz cuenta con una oficina de representación en San Cristóbal de las Casas desde enero de 2002.
Su programa actual en Chiapas es de apoyo a la formación de promotores y promotoras de la defensa de derechos humanos y de aspectos jurídicos.
En el municipio de Ocosingo, donde hay muchas comunidades en conflicto, Propaz cuenta con una organización indígena para los derechos humanos.
En Palenque, una representación ofrece un servicio de fortalecimiento del papel de las mujeres, generalmente las más oprimidas.
Propaz: Caritas Suiza, Ación Cuaresmal Suiza, Pan Para Todos, HEKS-EPER, Federación de las Iglesias Protestantes de Suiza y Conferencia Episcopal de Suiza, con financiamiento del Ministerio Suizo de Exteriores.
El Programa para la Promoción de la Paz en Chiapas (Propaz) ha realizado seis misiones de observación de 1999 a 2002.
Inicialmente era sólo de observación con delegaciones mixtas, y desde julio del 2001 se amplió a la formación en materia de derechos humanos.
Los observadores voluntarios denuncian las violaciones a los derechos humanos al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, en San Cristóbal.
Heks-Eper desarrolla en Chiapas sobre todo proyectos para mujeres y de apoyo a actividades para la defensa de los derechos humanos.
Su objetivo general: brindar apoyo para la resolución de conflictos de manera civil con enfoque en la defensa de los derechos humanos.
La ONG apoya especialmente las labores de CODIMUJ, una coordinación de 10.000 mujeres, en su mayoría indígenas.
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