
Pese a advertencias, Netanyahu implica servicios de inteligencia en lucha contra el crimen
Jerusalén, 11 jun (EFE).- El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ordenó hoy la integración del Servicio de Inteligencia Interior (Shin Bet) en la «guerra contra las familias criminales» en la sociedad árabe, tras alcanzarse el centenar de muertos por violencia intracomunitaria y pese a las advertencias de distintas autoridades.
«A pesar de las dificultades, las capacidades del Shin Bet deben incorporarse a la guerra contra las familias criminales en el sector árabe», anunció el mandatario tras culminar una reunión de emergencia sobre la temática.
«Durante la discusión, se presentaron las posiciones del Shin Bet, de la Policía de Israel y del Ministerio de Justicia, así como las de distintos ministros», detalló un comunicado de la oficina de Netanyahu.
Este agregó, además, que el primer ministro «ordenó al director del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, que formule recomendaciones operativas que se presentarán en una discusión de seguimiento la próxima semana» y anunció la creación de un «comité ministerial sobre asuntos de la comunidad árabe».
Según el diario israelí Haaretz, el jefe de Shin Bet, Ronén Bar, advirtió durante la reunión de este domingo que desviar recursos de la organización para combatir el crimen en la comunidad árabe tendrá efectos negativos en la lucha contra el terrorismo.
Por otra parte, la fiscal general del Estado, Gali Baharav-Miara, expresó su preocupación sobre la posibilidad de que la implicación de los servicios de inteligencia en la lucha contra el crimen viole los derechos de los ciudadanos árabes, que representan una minoría compuesta por palestinos y descendientes de quienes se quedaron dentro de Israel tras su fundación en 1948.
La decisión hoy de Netanyahu se adopta días después de registrarse el incidente criminal más sangriento en el país en años, que se saldó con la muerte el jueves de cinco árabes israelíes durante un episodio de violencia entre grupos criminales del norte del país.
El tiroteo derivó en protestas y una huelga en las comunidades árabes el viernes. Hubo manifestaciones y concentraciones en varias localidades con el lema «Queremos vivir», y se exigió también una mayor implicación e intervención de las autoridades israelíes.
Según la ONG Iniciativas Abraham, que sigue la situación sobre terreno, al menos un centenar de personas de este colectivo han muerto en lo que va de año, una cifra mucho más alta que los 35 asesinatos que se habían registrado en junio del año pasado.
Sobre el total de asesinatos contabilizados este año en el país, más de un 70 % fueron entre la minoría árabe, que representa un 21 % de población y que registra además índices de pobreza en torno al 50 %, muy por encima de la media, que ronda el 20 %.
Miembros de este colectivo acusan a la Policía de negligencia y denuncian racismo institucional por parte del Estado, algo que dicen se evidencia en la menor inversión en educación, infraestructura o servicios básicos en sus comunidades respecto a las de mayoría judía. EFE
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