Policía brasileña investiga la venta ilegal de estaño de tierras indígenas a ‘big techs’

São Paulo, 14 dic (EFE).- La Policía Federal de Brasil lanzó este jueves una operación contra un esquema de extracción ilegal de estaño de las tierras del pueblo indígena Yanomami, en la Amazonía, para vender el mineral a través de intermediarios a multinacionales, incluidas ‘big techs’.

Los agentes están cumpliendo cuatro órdenes de prisión y siete de registro en tres estados del país contra los responsables de la trama, además de decretarse el bloqueo de 240 millones de reales (unos 50 millones de dólares) en sus cuentas.

La casiterita, el mineral cuyo principal componente es el estaño, era extraída de la Tierra Indígena Yanomami, situada en una vasta área de la Amazonía que hace frontera con Venezuela.

El producto era canalizado a través de una empresa minera con una filial en el estado de Roraima, en el norte del país, que se lo vendía a «uno de los mayores productores mundiales de estaño», según el comunicado de la Policía.

En tan solo cinco meses de 2021, esta empresa compró casiterita por un valor de 166 millones de reales (35 millones de dólares) «deliberadamente o por negligencia» sin verificar su origen.

Por último, la Policía, que no respondió a una petición de información de EFE, asegura en el comunicado que la compañía exportaba el mineral una vez procesado y se lo vendía a multinacionales y grandes empresas tecnológicas, aunque no menciona nombres.

La reserva indígena Yanomami es una de las más afectadas por el crecimiento de la minería ilegal, que se disparó durante el mandato del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) y provocó una grave crisis humanitaria por la contaminación de los ríos y el desplazamiento de los pobladores.

En 2022, la superficie de tierras indígenas ocupada por la minería informal fue un 190 % mayor que en 2018, según un informe reciente de la iniciativa Mapbiomas.

El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva lanzó a principios de año una operación militar contra los mineros de la reserva Yanomami y afirma haber logrado expulsar a unos 20.000, aunque las autoridades han reconocido que algunos de ellos han vuelto a la zona desde entonces. EFE

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