Cambio de mando en Chile coincide con nuevas réplicas
Veinte años después del fin de la dictadura de Augusto Pinochet, la derecha chilena llega a La Moneda. El empresario multimillonario Sebastián Piñera asume este jueves la presidencia de un país devastado por movimientos telúricos que no han cesado.
“Inevitablemente, este Gobierno tendrá que ajustar sus metas y prioridades al nuevo escenario desencadenado por el cataclismo”, señala José Joaquín Brunner, ex ministro del presidente Frei e hijo de colonos suizos.
La ceremonia de traspaso será una de las más austeras de la historia nacional, según acordaron la mandataria saliente, Michelle Bachelet, y el presidente electo, Sebastián Piñera, teniendo en cuenta la catástrofe que azotó la zona centro-sur del país andino.
Piñera ha señalado que el suyo no será “el gobierno del terremoto, sino el de la reconstrucción” y enfatizó que pedirá un informe detallado de todas las acciones implementadas por el gobierno anterior para enfrentar las secuelas del terremoto y el tsunami que, hasta la fecha, suman medio millar de muertos, dos millones de damnificados y cuantiosos daños materiales.
En su último discurso, la presidenta Michelle Bachelet admitió que el fuerte seísmo «desnudó falencias que tenemos que corregir», respondiendo -entre otras, cosas- a las críticas por la tardanza en decretar la alarma de tsunami en las zonas costeras afectadas por esta catástrofe.
La descoordinación entre los organismos encargados de dar esta alerta ya costó la destitución del director del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (SHOA), el comandante Mariano Rojas, y la renuncia de Carmen Fernández, directora de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), dependiente del Ministerio del Interior.
Los desafíos del nuevo gobierno
El conservador Piñera -cuya fortuna la revista Forbes cifra en 2.200 millones de dólares- anunció que la prioridad de su gestión será la reconstrucción del país tras el terremoto y que, probablemente, muchas de las promesas de su campaña (entre ellas, la creación de un millón de empleos) deberán postergarse.
Para el investigador y analista José Joaquín Brunner, ex ministro de Estado del presidente concertacionista Eduardo Frei Ruiz Tagle, el gran desafío que el nuevo mandatario deberá enfrentar reside en “gestionar con eficacia, eficiencia y sentido nacional la emergencia y luego la reconstrucción del país”.
Para lograrlo -precisa- necesitará impulsar una rápida y profunda modernización del Estado, especialmente en los sectores sociales de salud, vivienda y educación.
“Sin ella, no podrá avanzar en la reconstrucción con la rapidez y calidad requeridas, ni a la altura de las propias promesas del nuevo gobierno”, apunta Brunner, hijo de colonos suizos, a swissinfo.ch.
Las prioridades por el seísmo
En su opinión, el Gobierno de Piñera tendrá que ajustar, inevitablemente, las metas y prioridades de su programa a las condiciones del nuevo escenario desencadenado por el cataclismo.
“Pero eso no debiera impedir que los objetivos de modernización del Estado y de énfasis en el crecimiento de la economía y del empleo se cumplan. Al contrario, ahora se vuelven aún más imperiosos”, enfatiza.
En ese escenario, mantener la protección social será una “primerísima obligación del nuevo gobierno. Generar empleo digno, otra”. Y la tercera, buscar amplios acuerdos para la gestión de la emergencia y de la reconstrucción.
“Piñera ya ha dicho, por ejemplo, que tenía pensado un gran plan de inversión en materia hospitalaria. Eso tendrá que ser modificado, porque va a haber que hacer esa misma gran inversión, pero en la reconstrucción de los hospitales que han sufrido devastadoras consecuencias”.
En el terreno político –agrega Brunner- supondrá un cambio en el clima de convergencia y de acuerdos. “Es muy difícil imaginar que un país pueda realmente hacer frente a la emergencia sin un gran espíritu de unidad y de acuerdo”.
Mariel Jara, Santiago de Chile, swissinfo.ch
La ceremonia de toma de posesión, en Valparaíso, se produjo en medio de los temores desatados por una serie de nuevas e intensas réplicas del terremoto y una alerta al tsunami.
Piñera, de 60 años y con un doctorado en Harvard, será el primer gobernante conservador que llega al poder desde 1958.
Su primera actividad oficial tras asumir la presidencia, será la visita al balneario de Constitución, a 361 kilómetros al sur, uno de los lugares más devastados por el terremoto y posterior tsunami.
La presidenta Michelle Bachelet (socialista, 58 años) entrega el mando con una histórica aprobación del 84%.
Investigador, consultor y académico en diversas instituciones chilenas e internacionales.
Ex ministro secretario general de Gobierno y de Educación durante el mandato de Eduardo Frei (1994-1998).
Escribe habitualmente en medios de prensa y tiene una activa participación en el debate público, en especial en el ámbito educacional.
Atendiendo al llamado de Bachelet, la Suiza envío a Chile un equipo de expertos en sismología para la evaluación de edificaciones destruidas.
Suiza, además, va financiar la construcción de albergues con instalaciones sanitarias para 400 familias en Concepción, una de las zonas más afectadas por el terremoto, y enviará 15 carpas de gran tamaño.
El embajador André Regli (que termina su misión el 13 de marzo) también asistirá al cambio de mando.
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