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El avión de la discordia

El PC-7, uno de los aparatos más conocidos que fabrica Pilatus. Keystone

A fines de junio el gobierno suizo autorizó la venta de un avión de entrenamiento del tipo Pilatus PC-9 a Chad. Una decisión muy criticada por parte de los grupos pacifistas.

Este es el más reciente de una serie de episodios polémicos que han marcado la historia de la empresa aeronáutica, con sede en Stans, en el cantón de Nidwalden.

El ‘caso Pilatus’ más reciente estalló a principios de junio, cuando la televisión suiza hizo público que el Consejo Federal (gobierno) rehusó prohibir la venta de un PC-9 a Chad. Una decisión, al parecer, adoptada contra la voluntad de la ministra de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey.

Desde el punto de vista jurídico, la decisión fue correcta. El PC-9 es un avión de entrenamiento y no está considerado como material bélico, aunque forma parte de la categoría de productos que pueden ser utilizados con dobles fines: civiles y militares. La ley en la materia prohíbe la exportación si el país destinatario está afectado por un embargo, cosa que no se aplica al caso de Chad.

La situación en el país africano, sin embargo, es totalmente distinta de estable. En la frontera con Sudán, donde operan grupos guerrilleros y donde se hallan cientos de miles de refugiados procedentes de Darfur, las tensiones son graves.

Hay dudas de que el ejército de Chad pueda utilizar el PC-9 en acciones bélicas. Aunque concebido como avión de entrenamiento, el aparato puede ser transformado fácilmente en un eficaz instrumento antiguerrilla, como ya ocurrió en el pasado en varias partes del mundo.

El director de Pilatus, Oskar Schwenk, en declaraciones a la televisión suiza, recordó que la empresa Pilatus no suministra sistemas de armamento para el PC-9. Indirectamente, sin embargo, admitió que el vehículo puede ser transformado en un avión de combate.

Una vieja afrenta

Para los medios pacifistas y de izquierda, los Pilatus son casi el símbolo de la ambigüedad de la neutralidad helvética.

«El movimiento pacifista comenzó a interesarse por los Pilatus durante la Guerra de Vietnam», afirma el historiador y experto en armamento Peter Hug. A fines de los años 1960, la prensa suiza reveló que en 1962 la CIA había utilizado aviones de transporte del tipo PC-6 Poter – uno de los aparatos con el que la empresa de Nidwalden hizo fortuna – en operaciones secretas en Laos.

En aquella época en Suiza era obligatorio solicitar la autorización previa para la exportación de toda aeronave que pudiera utilizarse con fines militares. La utilización de los PC-6 en acciones bélicas en el sureste asiático iba contra las disposiciones legales. Pocos años después, en 1973, el gobierno emitió un decreto relativo a la aplicación de la nueva ley sobre material bélico, por el que la autorización obligatoria quedó limitada a los aparatos dotados de armas.

«Por primera vez desde la fundación de Pilatus, la empresa podía exportar libremente sus productos sin autorización previa del Ministerio de Defensa», comenta el periodista bernés, Mario Poletti, en un libro publicado en 1993 (‘Der Pilatus-Schwindel’).

El caso sudafricano

En agosto de 1992 el Departamento de Defensa de Estados Unidos reactivó la controversia al confirmar la reiterada utilización de vehículos del tipo PC-7 por parte de la aviación iraquí para sofocar la revuelta de los chiíes en el sur de Irak.

Poco después, Pilatus se veía de nuevo en el ojo del huracán. En diciembre de 1992 el comité de sanciones del Consejo de Seguridad hizo un llamamiento urgente al gobierno suizo para que impidiera el suministro de 60 PC-7 a Sudáfrica.

El Gobierno de Berna, en cambio, autorizó la venta con una única condición: Pilatus tuvo que realizar una modificación en las alas de los aviones destinados a Sudáfrica, reduciendo de seis a dos los puntos de enganche (que sirven para montar contenedores de reserva, pero también armas).

Un ‘lobby’ eficaz

En 1995, el Consejo Federal intervino para impedir la venta de nuevos aparatos Pilatus a México. Un año antes, el ejército mexicano había utilizado aviones PC-7 para combatir a la guerrilla zapatista.

Aún así, la decisión del gobierno no supuso un giro en su posición hacia Pilatus. Si la nueva ley federal sobre control de productos con dobles fines, en vigor desde 1997, prohibía que volviera a producirse un nuevo ‘caso Sudáfrica’, en 1996 el Consejo Federal optó nuevamente por no considerar los aparatos Pilatus como «material bélico».

Uno de los argumentos que invocaron los defensores de la empresa era el de salvar los puestos de trabajo. Pilatus es una de las principales fuentes de empleo en el cantón de Nidwalden. En 2005 el centro de producción de Stans empleaba a 1.105 personas. «Pilatus supo construir un lobby muy eficaz», señala Peter Hug.

Pero existe otro aspecto a tener en cuenta. «Desde la Guerra Fría ha habido voluntad de conservar una industria aeronáutica privada competitiva y paralela a la estatal».

swissinfo, Andrea Tognina

Fundado en 1939, el grupo Pilatus tiene su sede principal en Stans, cantón Nidwalden.

La empresa es líder mundial en la fabricación de aparatos monomotor y con propulsión turbo.

Además de los centros de producción de Stans y las filiales de Altenrhein (cantón San Gall) y Ginebra, el grupo tiene filiales en Estados Unidos y Australia.

El beneficio antes de impuestos e intereses (EBIT) en 2005: 34 millones de francos suizos

Número de aparatos vendidos en 2005: 89

Empleados: 1.330 personas

En los años 1970 y 1980, la empresa de Stans desarrolló dos nuevos aviones de entrenamiento: el PC-7 y el PC-9. Ambos contribuyeron al éxito comercial de Pilatus, aunque también a su mala fama. Entre los compradores de los aparatos figuraban países como Birmania, Guatemala, México, Chile, Bolivia, Irak, Angola y Nigeria.

A partir de mediados de los años 1980 comenzaron a circular informaciones sobre el uso improcedente de aviones de entrenamiento. En 1980, el entonces ministro de Defensa, Kaspar Villiger, admitió, por primera vez, que al menos dos países – Guatemala y Birmania – habían utilizado aparatos Pilatus con fines militares.

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