
Elecciones en Guatemala: el modelo suizo de Suger

Casi 6 millones de ciudadanos irán a las urnas en Guatemala el próximo 9 de septiembre para elegir presidente, vicepresidente, 158 diputados al Congreso y 332 corporaciones municipales.
El suizo-guatemalteco Eduardo Suger está entre los cinco candidatos que se destacan. Su propuesta: ‘refundar’ al país tomando como modelo a la Confederación Helvética.
Según las encuestas de opinión divulgadas por la prensa local, sólo cinco de los 14 candidatos encabezan sostenidamente las preferencias: el socialdemócrata Álvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE); el derechista Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP); Alejandro Giammattei, de la oficialista Gran Alianza Nacional (GANA); el académico Eduardo Suger, del Centro de Acción Social (CASA); y la líder indígena y Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú, de Encuentro por Guatemala.
Hasta el momento, los sondeos indican que Colom y Pérez Molina –ambos con un empate técnico y alrededor del 30% de intención de voto-, son quienes tienen mayores posibilidades de ganar, seguidos por Giammattei (14,7%), Suger (8,5%) y Menchú (5%).
Si ninguno de los candidatos consigue el 50% más un voto de los sufragios válidos emitidos, habrá una segunda vuelta electoral entre los dos más votados, programada por el TSE para el próximo 4 de noviembre.
Suizos en la política guatemalteca
Más allá de la diplomacia y la cooperación que existe entre Suiza y Guatemala, la profundidad de la relación bilateral está testimoniada por dos políticos que desde las antípodas ideológicas marcaron (y marcan) tendencias en la patria latinoamericana: el ex presidente socialista de origen suizo Jacobo Arbenz Guzmán (1951-1954) y el actual aspirante liberal a la presidencia, el suizo-guatemalteco Eduardo Suger.
Ligado ideológicamente al comunismo soviético, Arbenz fue derrocado en 1954 por la intervención norteamericana, y a partir de allí –rechazado su pedido de asilo político en Suiza por la Ley de Nacionalidad de entonces- peregrinó por Francia, República Checa, Rusia, China, Uruguay y Cuba, hasta que el país alpino lo aceptó finalmente en 1960 y vivió en Lucerna durante cuatro años, para luego partir a México, donde murió en 1971.
Por su parte, Eduardo Suger –hijo de una guatemalteca y un suizo- nació en Zúrich, pero apenas recién nacido fue llevado a Guatemala. Siendo adolescente regresó a su ciudad natal donde vivió y se formó durante ocho años, obteniendo el título de Físico Matemático en los grados de Licenciado y Maestría en el Instituto Tecnológico Federal de esa ciudad.
Considerado un académico brillante, luego de vivir, estudiar y trabajar en Texas (Estados Unidos), regresó definitivamente a Guatemala donde fundó la prestigiosa Universidad Galileo (la cual dirige actualmente) y por segunda vez consecutiva se lanza a la arena política para competir por la Presidencia.
¿Por qué? Porque tras varias décadas de docencia se dio cuenta que debía hacer algo por su país, porque hacía falta una transformación y porque tenía la energía y la capacidad de proyectar una transformación nacional que sentía que los guatemaltecos “pedían a gritos”.
Guatemala es un país agobiado por una guerra civil de 36 años que además de los 200.000 muertos frenó sus aspiraciones. El 56% de su población vive debajo de los límites de la pobreza, el 28% son analfabetos, 40 de cada 1.000 recién nacidos mueren y la esperanza de vida apenas llega a los 70 años.
Una “refundación” inspirada en el modelo helvético
Liberal, abonado al estado de derecho, Suger está convencido de que sólo una transformación profunda del Estado podría llevar la paz a Guatemala, y el modelo a imitar sería el federalismo suizo.
“Como hay una diversidad étnica en Guatemala, si no le damos el poder a los diferentes departamentos del país, si no hacemos una república federal donde cada uno de los 23 departamentos elija su propio gobierno (al gobernador, actualmente, lo elige el Presidente ‘a dedo’), no vamos a lograr prosperar”, asegura a swissinfo y explica:
“Porque hoy el poder está centralizado y las decisiones se toman en el gobierno central y todos los ingresos fiscales se quedan en el gobierno central, y a los departamentos va sólo el 10 por ciento de esos ingresos”.
Para el candidato, aún cuando hay riesgo de desigualdad, los departamentos son muy productivos y pueden promover, a partir del manejo correcto de la política fiscal, la inversión.
No hay riesgo de secesión
“Guatemala no es Bolivia. Aquí las comunidades indígenas y la diversidad étnica son cosa del tiempo. Ahora ha entrado la cultura de la información al país y todas esas gentes están cambiando y se observan transformaciones culturales, por lo que creo que a muy corto plazo desaparecerán esas costumbres que impedían la integración del territorio”, precisa el candidato de CASA.
Suger tiene un proyecto muy claro de país. Para él, la falta de legalidad es el problema más grande que enfrenta Guatemala y en su ideal transformador piensa que con una justicia correcta y transparente (tribunales, jueces y fiscales), se resolverá en parte la situación.
“Yo propongo despolitizar el organismo de justicia en el país, y entonces dejarán de existir muchos de los problemas que hoy tenemos. La ciudadanía demanda a gritos que se cambien estas reglas del juego porque ha entendido que nuestra estructura de gobierno está fuera de época. Desde hace 15 años el país demanda este cambio estructural”.
Descreído de las encuestas y convencido de continuar con su proyecto, Suger está dispuesto a enfrentar esta elección y su propuesta abarca temas de seguridad, educación e inmigración, entre otros.
“No sé si voy a ser electo, pero pronto iré a Suiza, como ciudadano o como Presidente”, concluyó.
swissinfo, Norma Domínguez, corresponsal en América Latina
Continúa en MÁS SOBRE EL TEMA con: Eduardo Suger: Una Guatemala ‘inspirada en el modelo suizo’
Guatemala tiene una extensión de 108.890 km2 y una población de 12,7 millones de habitantes.
Más de 5,9 millones irán a las urnas el domingo 9 de septiembre. Las elecciones serán observadas por misiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE).
Pese a la firma de los Acuerdos de Paz, suscritos en diciembre de 1996 entre el Gobierno y los representantes de Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, la situación de los derechos humanos sigue siendo frágil.
Según el Centro de Estudios de Guatemala en los últimos tres años del presidente Oscar Berger se registraron 629 ataques contra defensores de los derechos humanos (482 durante el gobierno precedente).
El narcotráfico, el tráfico de niños y los crímenes se ubican entre los principales problemas del país.
Desde 1891 Suiza cuenta con un Consulado en la Ciudad de Guatemala, y con Embajada desde 1962.
Suiza y Guatemala tienen relaciones diplomáticas desde 1957, y aunque el intercambio comercial entre ambas naciones es modesto, la Confederación coopera en distintos ámbitos.
Suiza apoya proyectos de promoción de PyMEs; desde 2003 administra un programa de promoción civil de la paz orientado a preservar la memoria; apoya e impulsa proyectos tendientes a preservar el estado de derecho y la lucha contra la impunidad, entre otros.
Jacobo Arbenz Guzmán fue Presidente entre 1951-1954. Había nacido en Quezaltenango el 14 de septiembre de 1913, hijo de Jacob, un farmacéutico zuriqués inmigrado en 1901, y de Octavia Guzmán, una mestiza guatemalteca.
Llegó a la primera magistratura con 41 años de edad y en plena “guerra fría”, y fue derrocado en 1954 con la intervención norteamericana.
La reforma agraria impulsada por Arbenz tuvo fuerte oposición de la oligarquía terrateniente guatemalteca y por el gobierno de EEUU. Cabe recordar que había expropiado tierras pertenecientes a la United Fruit Company.
Eduardo Suger tiene 68 años y se presenta por segunda vez a las elecciones presidenciales, por el partido Centro de Acción Social (CASA).
Es físico matemático, admirador de Einstein y actual rector de la Universidad Galileo, de su propiedad.
Su labor académica ha merecido varios reconocimientos.
En el plano personal, hizo su servicio militar en las tropas antiaéreas del Ejército suizo. En Guatemala se le concedió el grado de coronel asimilado y paracidista honorario.

En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.