Presidente de Suiza: «la mejor imagen es el contenido»
El presidente de la Confederación Helvética en 2001, Moritz Leuenberger, se propone fortalecer la cohesión de las regiones del país, sin restar espacio a la identidad cultural de cada una de ellas, y promover la imagen de una Suiza abierta al mundo.
Nombrado el 6 de diciembre de 1999 por una mayoría cómoda de la Asamblea Federal (187 votos de 246 en la sesión conjunta de las dos cámaras del Parlamento), el ministro socialista de Transportes, comunicaciones, y Protección del Medio Ambiente, desempeña desde este primero de enero la presidencia rotativa de Suiza.
Moritz Leuenberger, miembro del Gobierno Federal desde 1995, llega a la presidencia con el mejor resultado en 11 años, pero su tarea presidencial no será sencilla en virtud de las actividades vinculadas con el alto cargo, como se puede apreciar en la siguiente entrevista con Swissinfo.
Swissinfo: Señor presidente, ¿cuáles serán sus competencias adicionales en el año presidencial?
Leuenberger: El presidente dirige las sesiones del Gabinete, determina el orden del día y representa al Gobierno dentro y fuera del país, en los países vecinos de la Unión Europea y en congresos mundiales.
Swissinfo: ¿Qué margen de maniobra tiene el presidente para proponer sus ideas?
Leuenberger: La composición del Consejo Federal es la misma, ya que la política del Gobierno Colegiado no cambia con la elección de un nuevo presidente. Pero el presidente puede reflejar la percepción del Gobierno y de Suiza en sí, dentro y fuera del país. En política exterior puede, en gran medida, determinar su programa. Pero una cosa es cierta: la imagen de Suiza no depende sólo de la política ni la política depende únicamente del presidente de la Confederación. Estoy convencido, empero, de que una buena parte de esa imagen es determinada por la manera en que el presidente asume sus funciones.
Swissinfo: Después del asunto de los fondos judíos, ¿cree usted que Suiza debe cuidar más su imagen en el exterior?
Leuenberger: Yo asigno bastante importancia a la promoción de la imagen. Creo que debemos concentrarnos más en el contenido. Queremos una Suiza solidaria con Europa y el resto del mundo, sobre todo con los países en desarrollo. Queremos una Suiza que no sea utilizada para blanquear dinero sucio ni para otras actividades fraudulentas.
No creo en las campañas de promoción de imagen que orquestan las agencias publicitarias para dar brillo, con declaraciones bellas, a una política dudosa. Todos debemos activar una política de solidaridad, que haga superflua toda campaña de imagen.
Swissinfo: ¿Es el ideal suyo? ¿Qué ideal de Suiza representará usted en 2001?
Leunberger: No creo ser el único con este ideal. Pienso que corresponde a la mayoría de los habitantes de este país. Queremos una Suiza donde las minorías, los grupos lingüísticos y las culturas diferentes puedan coexistir. Queremos una Suiza abierta al exterior, solidaria con sus vecinos y con el resto del mundo.
Swissinfo: El fracaso de la iniciativa «Sí a Europa» parece inevitable. Si es el caso tendrá que explicar el resultado a sus colegas europeos.
Leuenberger: Esa explicación hay que hacerla desde ahora, porque nosotros recomendamos al Parlamento el rechazo a la iniciativa. El «no» del Consejo Federal a la iniciativa no cambia el objetivo de adhesión a la Unión Europea. Sencillamente, no aceptamos iniciar de inmediato las negociaciones de adhesión, tal como exige la iniciativa.
La elección del momento oportuno debe seguir siendo competencia del Gobierno. Aún no han entrado en vigor los acuerdos bilaterales y nos parece lógico aplicarlos y sacar enseñanzas. Más aún, queremos separar claramente el asunto de la adhesión a la UE del de la adhesión la ONU, de igual importancia. El pueblo se pronunciará antes sobre esta cuestión.
Cuento con la comprensión de los países de la UE. Con las perspectivas de ampliación, Europa se halla en plena transformación. La Europa que integremos será muy diferente a la actual. En vista de estos elementos, parece más sensato postergar las negociaciones de adhesión a la UE.
Además, por definición, la integración no es un proceso que se opera de la noche a la mañana, sobre todo en un sistema de democracia directa. Debemos tomar el tiempo necesario.
Swissinfo: En el curso de los próximos meses establecerá numerosos contactos internacionales. ¿No se perderán un poco al final del año presidencial?
Leuenberger: Sin duda, pero no se perderá todo. Pues seguiré siendo ministro y estas relaciones no desaparecen totalmente. Me parece bien. Así estamos explicando siempre las particularidades de nuestro sistema, no sólo en lo que se refiere al presidente federal, sino también al sistema del Gobierno Colegiado en el que apenas somos siete. Los gobiernos de otros países tienen 14 o 20 ministros en sus gabinetes.
Aunque cambiemos de presidente cada año, nuestro sistema mantiene su estabilidad. Yo mismo, con cinco años en el Gobierno, soy un ejemplo de longevidad con respecto a mis colegas ministros de Transportes de otros países. Ante estas diferencias de sistemas políticos y de culturas, cada uno debe dar prueba de comprensión. Nosotros también tenemos derecho a esa comprensión.
Swissinfo: Su predecesor, Adolf Ogi, tenía la costumbre de regalar cristales de Kandersteg a sus huéspedes, ¿qué tipo de presentes ofrecerá usted a las personalidades del mundo?
Leuenberger: Eso cambiará en función de la personalidad de mi huésped, de sus gustos, pero también corresponderá al contexto de nuestro encuentro. Quiero ser espontáneo. No he definido todavía los detalles del programa de mi año presidencial y mucho menos el asunto de los regalos. Felizmente.
Swissinfo.
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