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Islamismo e islamofobia: respuesta de las democracias

Cartel con tres hombres encapuchados
swissinfo.ch

Tras el 11-S, la islamofobia ha sustituido a los discursos antisemitas y anticomunistas del pasado. Las democracias sanas han sido capaces de asimilar esos comportamientos. 

En el cartel puede verse a tres hombres encapuchados. Van armados hasta los dientes con subfusiles y cinturones explosivos. La imagen, que está circulando por toda Suiza a través de las redes sociales, ilustra la campaña de una petición «contra la inmigración masiva y sin control de Afganistán». La demanda principal exige la prohibición durante dos años de “cualquier tipo de inmigración de musulmanes a Suiza».

Dos décadas después de los atentados terroristas en Estados Unidos siguen teniendo lugar, incluso en democracias consolidadas como la suiza, este tipo de campañas contra las personas de religión musulmana. «Atizan los miedos de mucha gente, como lo hacían los eslóganes antisemitas y anticomunistas», afirma Farid Hafez, profesor de Racismo y Religión en la Universidad de Salzburgo (Austria).

«Viena no debe.…»

Austria tiene una larga experiencia en discursos incendiarios. El politólogo Hafez recuerda el eslogan «Viena no debe convertirse en Jerusalén» de 1895. En la posguerra, las consignas alternaban entre «Viena no debe convertirse en Moscú» y «Viena no debe convertirse en Chicago», según el clima político. Sin embargo, desde el 11 de septiembre, el FPÖ, partido populista de derechas, se ha centrado en la consigna: «Viena no debe convertirse en Estambul».

Carteles de dos iniciativas populares
En 1933, el Frente Nacional prometía «purgar» Suiza de judíos y comunistas. En 2009, la Iniciativa de los Minaretes (derecha) proponía medidas contra la «islamización» de Suiza. swissinfo.ch

Una y otra vez, son las poderosas imágenes de las revueltas sangrientas, así como de las manifestaciones pacíficas, las que contribuyen a cambiar el discurso político. «Los procesos democráticos de formación de opinión funcionan como termómetros que muestran qué temas importan a una sociedad», señala el politólogo de Marburgo Theo Schiller. Porque en una democracia el diálogo político proporciona el equilibrio necesario entre los diferentes intereses.

Como paradigma de esta afirmación, el analista y experto en democracia Schiller cita un ejemplo de Alemania: el papel de Franz Josef Strauss, líder del CSU, partido bávaro de la derecha. Su ascenso en los años 60 estuvo fuertemente impregnado de anticomunismo y alcanzó algo más tarde su mayor éxito, tras los ataques terroristas de la OLP en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 y los atentados de la organización terrorista de izquierda RAF (Fracción del Ejército Rojo) contra diversos políticos alemanes.

Sin embargo, tras varias derrotas electorales, Strauss atenuó su retórica de odio y división. Buscó cada vez más el diálogo, también con los jefes de Estado de la RDA y de la Unión Soviética. Algo similar puede verse en la actual campaña electoral al Bundestag alemán, con la posición de la derecha populista de Alternativa para Alemania: «La retórica islamófoba de los últimos años se ha desgastado en la vida democrática cotidiana», señala Schiller.

Las minorías religiosas, blanco de las iniciativas

Con sus amplios derechos populares de democracia directa, Suiza en particular ofrece a las fuerzas políticas más pequeñas la posibilidad de influir en la formación de opinión mediante iniciativas y referendos. «Tenemos una larga tradición de antiiniciativas», afirma Marc Bühlmann, responsable de la base de datos Swissvotes –de la Universidad de Berna- sobre las más de 650 votaciones populares habidas hasta la fecha. «Incluso la primera iniciativa popular, presentada en 1893, iba dirigida contra la práctica judía del sacrificio de animales según el rito hebreo», señala Bühlmann. En el siglo XX, se sometieron a votación numerosos proyectos de ley anticomunistas. «Desde el cambio de milenio, las iniciativas populares críticas con el Islam son las que han tenido mayor repercusión a escala internacional», afirma Bühlmann.

El antiguo anticomunismo de Occidente también ha dejado su huella en Suiza. Se observa principalmente en los debates políticos sobre la compra de armamento, porque es entonces cuando se necesitan imágenes del enemigo que legitimen el cuantioso gasto. Durante la Guerra Fría el Gobierno suizo decidió comprar varias escuadrillas de Mirage, un avión de combate que, según el jefe de las fuerzas aéreas de la época, podía «llevar una bomba atómica hasta Moscú».

Las iniciativas refuerzan el diálogo

Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, el «islamismo» ha asumido ese papel. «Pero a menudo no se distingue entre el islamismo radical violento y la fe islámica», afirma Farid Hafez, profesor de la Universidad de Salzburgo.

Esta es una de las razones por las que algunas iniciativas -como las dos exitosas iniciativas populares en Suiza: «Contra la construcción de minaretes» (2009) y «Sí a la prohibición del velo» (2021)- son problemáticas. Pero al mismo tiempo, Marc Bühlmann, de la Universidad de Berna, está convencido de que a largo plazo contribuyen también a aumentar el diálogo entre los distintos grupos de interés

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De igual modo, al publicista estadounidense Yascha Mounk tampoco le preocupan tanto las declaraciones e iniciativas políticas claras contra el comunismo o el islamismo como el hecho de que todavía hoy haya firmes y poderosos partidarios de ideologías que glorifican la violencia. «Una democracia fuerte necesita instituciones democráticas fuertes», dice Mounk a SWI swissinfo.ch: «Esto incluye la libertad de expresión como un bien preciado y el rechazo estricto de las tendencias antidemocráticas, como acaba de ocurrir en Estados Unidos». Según el politólogo de Harvard y autor del superventas El pueblo contra la democracia, solo hay una receta: «más democracia».

El poder de las imágenes en el mundo de la democracias

Caída del Muro de Berlín
Thierlein/Ullstein Bild

1989: caída del Muro, Berlín/Alemania

Cuando cayó el Muro de Berlín y poco después implosionó la Unión Soviética, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama habló del fin de la Historia. Pero el viejo conflicto Este-Oeste pronto se vio sustituido por uno nuevo. El mundo musulmán se convirtió en el centro de atención. El resultado fueron nuevas guerras, pero también comienzos esperanzadores y debates democráticos. 

Explosión
Bruno Barbey/Magnum Photos

1991: Segunda Guerra del Golfo, Kuwait/Irak

Soldados estadounidenses rodean un tanque iraquí destruido. En el Golfo Pérsico, Estados Unidos ha trazado las líneas maestras de un nuevo conflicto entre Occidente y Oriente.

Estatua derribada
Leo Erken/laif

1991: desintegración de la Unión Soviética

El «fin de la Historia» proclamado por el politólogo estadounidense Francis Fukuyama sigue siendo una instantánea.      

11 de septiembre en Nueva York
Susan Meiselas / Magnum Photos

2001: 11-S

Tras los atentados contra los centros del poder en Estados Unidos, el presidente de ese país, George W. Bush, declaró la «guerra al terrorismo».

Soldados en Bagdad
Keystone / Laurent Rebours

2003: Tercera Guerra del Golfo, Irak

Junto a otros aliados de la OTAN como Gran Bretaña y Dinamarca, Estados Unidos intentó imponer los valores «occidentales» en Oriente Medio.

Cartel de una iniciativa contra los minaretes
Keystone / Salvatore Di Nolfi

2009: prohibición de los minaretes, Suiza

La respuesta suiza al 11-S se manifestó en las urnas con un artículo constitucional simbólico contra la construcción de nuevos minaretes.

Protestas durante la primavera árabe
Keystone / Muhammed Muheisen

2011: Primavera Árabe

Primero en Túnez y luego en otros muchos otros Estados árabes, millones de jóvenes mostraron su descontento con los gobiernos autoritarios.

Mujer con burka en una plaza del Tesino
Ti-press / Pablo Gianinazzi

2013: prohibición del burka Tesino/Suiza

Más política simbólica islamófoba en Suiza: el cantón de Tesino introdujo por referéndum la prohibición del burka.

Una persona con paraguas frente a un monumento
Keystone / Ian Langsdon

2015: atentados en París/Francia

El 13 de noviembre varios atentados terroristas de la organización yihadista Estado Islámico causaron la muerte a 130 personas en París.

Cartel con una mujer con velo y gesto enfadado
Reuters / Arnd Wiegmann

2021: prohibición del velo, Suiza

einte años después de los atentados del 11 de septiembre, la mayoría de los suizos votó por la prohibición del velo.

Talibanes en las calles de Kabul
Keystone / Stringer

2021: caída de Kabul, Afganistán

Final -cargado de simbolismo- del intento estadounidense en Afganistán de pacificar el país desde el exterior y por medios militares.

Traducción del alemán: José M. Wolff

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Debate
moderado por Dorian Burkhalter

¿Qué aspectos de su vida cambiaron tras el 11-S?

¿Cuál fue el mayor impacto del 11 de septiembre en el mundo y en su vida – en línea o fuera de ella?

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