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La cuestión nómada, un quebradero de cabeza

Yves Leresche

El fuerte aumento de romaníes que atraviesan Suiza y la falta de áreas de tránsito generan tensión en la población. Los municipios se sienten abandonados ante el problema. Los yenish piden que no se les confunda con los gitanos itinerantes.

Grandes concentraciones gitanas, ocupaciones ilegales, propiedades sucias, el cliché de los ladrones de gallinas, amenazas, denuncias penales e incendios… las cosas van por mal camino.

Especialmente en la Suiza Occidental, una región que resulta cada vez más atractiva para los gitanos gracias al franco fuerte y la lengua francófona.

La situación se torna cada vez más tensa en el país debido al flujo de romaníes y búlgaros que, producto del acuerdo de libre circulación de personas con la Unión Europea (UE), llegan a los países ricos. A este escenario se suma el creciente número de solicitantes de asilo de origen serbio.

Algunas facciones en el país explotan el malestar y proponen medidas poco realistas como confiscar las caravanas cuando alguien cometa un delito, o crear una alerta gitana nacional e internacional.

En opinión de Daniel Huber, presidente de  la asociación de nómadas de la Suiza de habla alemana, Radgenossenschaft, “ninguno de estos problemas tendría lugar si hubiera suficiente espacio en el país para que se estableciera”. Aunque en el presente, se lamenta Huber, “ni siquiera lo hay para nosotros que somos suizos”.

Esta condición ha llevado a los suyos a “tener la impresión de que ya no gozamos de los mismos derechos que la población sedentaria, a pesar de que sí tenemos los mismos deberes. Todas estas historias nos hacen mucho daño, porque nos confunden con los gitanos, que es un pueblo muy diferente al nuestro”.

Problema territorial

En la actualidad, solo el 10% de los yenish son nómadas o seminómadas. “Disponen de 14 áreas oficiales para establecerse durante el invierno, pero éstas solo equivalen al 30% del espacio físico que requieren”, explica Urs Glaus. “Muchas familias deben, pues, pasar el invierno en apartamentos”, añade.

“Las zonas de tránsito previstas para el verano se han reducido de 51 a 42 en solo 10 años y la mayoría están mal equipadas, especialmente en materia de agua. Y cubren solo el 60% de la demanda”, continúa el abogado.

En la Suiza de habla alemana la situación presenta contrastes, refiere Daniel Huber. “Schwyz ejemplifica el peor caso, ya que solo cuenta con una pequeña zona de tránsito, aun cuando es uno de nuestros principales cantones de origen. En contrapartida, los Grisones tienen una larga tradición de cohabitación. Zúrich, Argovia, y pronto también Berna, están bien equipados. Y esto prueba que sí es posible”.

La Suiza francófona, por su parte, está menos equipada, lo mismo para alojar a los nómadas suizos que a los de origen extranjero. Actualmente, solo los cantones Vaud y Valais cuentan con sitios oficiales para albergar grandes convoyes –dos en Vaud y uno en el Valais- aunque éstos son cada vez más numerosos.

“En 2009, la estancia de las caravanas totalizó 5.345 noches; pero para el 2011 el dato había aumentado a 10.149. Y durante 2012, esta última cifra quedó rebasada desde agosto”, indica Pierrette Roulet-Grin, mediadora delegada de los romaníes de Vaud, quien en 2011 ella intervino personalmente en 16 casos. Sin embargo, en 2012, la mediación ya había sido necesaria en 35 ocasiones solo entre enero y agosto. “El cantón ya no puede manejar flujos de ese tamaño”, precisa.

Falta voluntad política

Las respuestas que hacen falta son de carácter político y su perspectiva no luce precisamente prometedora. “En 2001, un peritaje federal había exhortado a los cantones a crear 30 nuevas zonas de establecimiento y 30 de tránsito en un periodo de 10 años. Pero en 2012, aún están faltando 10 zonas”, destaca Urs Glaus.

Y como sucede en otros dominios, el federalismo suizo ayuda poco en este caso, porque materializar esta propuesta supone aplicar decisiones tomadas desde Berna.

Pierrette Roulet-Grin destaca también las dificultades a las que se enfrentan las comunas (municipios). “La Confederación y los cantones firman compromisos sin preocuparse de su aplicación. Las comunas se encuentran solas y debatiéndose entre la necesidad de albergar a los nómadas de una forma adecuada, y su responsabilidad de asegurar el orden y la seguridad pública”.

Y cita como ejemplo al cantón de Friburgo que finalmente decidió autorizar el acondicionamiento de una zona para gitanos en la autopista, que la Oficina Federal de Carreteras ha postergado hasta 2015 por razones económicas.

Así, por el momento, es la policía la que debe solucionar todos los problemas que se suscitan. Y tras el “candente verano”, la ministra de Seguridad del cantón de Vaud, Jacqueline de Quattro, decidió que los itinerantes que no respeten las reglas serán evacuados por la fuerza.

Las comunas deben ser muy firmes, declaró la ministra al diario 24 Heures: “Para que existan prácticas uniformes, tengo previsto dirigir una suerte de vademécum a las comunas. Y encontraremos los procedimientos necesarios para la presentación de denuncias, indemnizaciones, etc”.

De Quattro anunció que propondrá también aun compromiso a sus homólogos de la Suiza francesa precisando que es tiempo “de ponerse de acuerdo de una vez por todas”.

Pero Pierrette Roulet-Grin advierte que mientras tanto, “la justicia es demasiado lenta para castigar a quienes lo devastan todo. Y cuando reacciona, los infractores ya partieron. Debe activarse y colaborar con la policía en la aplicación de multas a quien provoque problemas porque ellos entienden muy bien, créamelo, el lenguaje de la cartera”.

Los romaníes, también conocidos como gitanos o zíngaros, son de origen indio y llegaron a Europa durante el siglo X. Su lengua es el romaní.

Con una población estimada entre 10 y 12 millones de personas, constituyen la minoría étnica más importante de Europa. Y los grupos más importantes de esta etnia radican en Rumania (2 millones, el 10% de la población total), Bulgaria (700.000, 10% de la población), Hungría, España (700.000, 2% de la población), Eslovaquia, Turquía y Francia.

Son discriminados desde el siglo XVI y 800.000 de ellos fueron aniquilados por el régimen nazi.

Desde la Edad Media, existen vestigios del grupo étnico nómada de los yenish en Alemania, Francia y Suiza. Actualmente son alrededor de 100.000 y hablan la lengua yenish.

En Suiza, el 90% de los nómadas son yenish, lo que equivale a unas 30.000 personas. Entre 3.000 y 5.000 de ellas son seminómadas.

Viven en clanes de hasta 20 personas y en grupos de entre 6 y 8 caravanas como máximo.

Desde 1998, están protegidos por la Convención del Consejo de Europa para las Minorías Nacionales. Cuentan con el beneficio de la nacionalidad suiza.

Zona de asentamiento: los nómadas suizos alquilan un lugar anualmente y pasan el invierno en caravanas o campamentos.

Zonas de tránsito: Son espacios que sirven para estancias de corta duración –hasta un mes- durante los desplazamientos que tienen lugar en el verano. Esto permite a los nómadas ejercer sus oficios tradicionales: feriantes, afiladores, chatarreros, ambulantes y fabricantes de cestas.

Área de estancia familiar: Cada familia dispone de un espacio de 150m2, si se trata de una zona de establecimiento; y de 100 m2, si es una zona de tránsito. Estos sitios suelen tener un costo de entre 8 y 13 francos diarios.

(Traducción:

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