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Suiza aguarda optimista la cumbre climática de Durban

En vez de reducirse, las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron un récord en 2010. Keystone

Este lunes inicia en Sudáfrica un nuevo ciclo de negociaciones para combatir el cambio climático, cita que exige un “entendimiento claro” sobre la forma en la que el mundo enfrentará este problema durante la próxima década.

Acicateados por la expiración del Protocolo de Kioto en 2012, delegados de 194 países trabajarán durante dos semanas en la creación de un mapa mundial para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

“Me siento muy optimista con respecto a los logros que se obtendrán en este encuentro, aunque quizás no sean tan espectaculares como nos gustaría. Tal vez veremos más bien pequeños y diversos pasos rumbo a la dirección correcta”, señala a swissinfo.ch el embajador Franz Perrez, el jefe de la delegación suiza.

Uno de los temas que está sobre la mesa de debate es la posibilidad de extender el Protocolo de Kioto hasta el año 2017, o incluso hasta 2020, lo que aseguraría que 36 naciones industrializadas limiten sus emisiones de gases contaminantes de forma importante.

No obstante, algunos de los antiguos signatarios de Kioto -Suiza incluida- dudan sobre si deben aceptar rigurosos compromisos en el futuro si las potencias emergentes –cada vez más contaminantes– no realizan compromisos semejantes.

Kioto es insuficiente

Más allá del desenlace que tenga el Protocolo de Kioto, Suiza estima que la Cumbre de Durban debe ser la ocasión para esbozar un primer acuerdo internacional vinculante, que comprometa a todo tipo de países –desarrollados y emergentes- a compromisos de largo plazo para luchar contra el calentamiento global.

Perrez explica a swissinfo.ch que el Protocolo de Kioto “hacía sentido” en 1997, cuando se negoció como medio para asegurar que los países industrializados, que generaban más de 50% de los gases de efecto invernadero, moderaran sus emisiones.

Pero en el presente dichas naciones representan solo el 17% de las emisiones globales, y el porcentaje se reduce a solo el 11% si se dejan de lado los países que actualmente dudan si suscribir o no una ampliación del Protocolo de Kioto.

“Es imposible combatir el reto del cambio climático estableciendo un régimen que cubre solo entre el 11 y 17% de las emisiones globales. No es suficiente. Es fundamental movernos hacia un régimen mucho más amplio e inclusivo, y éste debe ser uno de los principales retos de Durban”, afirma.

¿Ruptura?

El grupo ambientalista WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) manifiesta sus preocupaciones sobre una posible ruptura en las negociaciones ambientales.

El jefe de la sección suiza del WWF, Patrick Hofstetter, explica a swissinfo.ch que en los trabajos preliminares a la cumbre se dieron sobre todo “pequeños pasos” relacionados con temas como la transferencia tecnológica, la iniciativa de Reducción de Emisiones para la Deforestación y la Degradación Forestal (REDD por sus siglas en inglés) o la financiación de proyectos.

Pero advierte que “todo puede suceder” cuando lo que está sobre la mesa son temas cruciales como el Protocolo de Kioto y su futuro.

Por ejemplo, si los países en desarrollo, EEUU, Japón, Canadá o Rusia no logran un consenso en torno a un acuerdo vinculante de cumplimiento obligatorio, “sería un desastre, porque el mundo tendría que preguntarse de verdad el proceso para revertir el cambio climático progresará o no”.

¿Cuáles son los temas que se inscriben en la lista de buenos deseos del WWF para Durban? Lograr que el mayor número posible de países industrializados renueve su compromiso para una segunda fase del Protocolo de Kioto y “fije un plan con calendarios y acciones concretas para avanzar hacia un acuerdo internacional vinculante contra el cambio climático que pueda entrar en vigor en 2018”, refiere Hofstetter.

Para delegación gubernamental suiza, “el peor de los escenarios” sería que los trabajos se limiten exclusivamente al tema de las emisiones contaminantes de los países industrializados.

De acuerdo con Franz Perrez, “todo aquello que evite la consecución de un acuerdo vinculante que limite la emisión de gases contaminantes en todo tipo de países será considerado como un fracaso.  Todo aquello que permita avanzar en este sentido, debe ser interpretado como un éxito”.

En su caso, no se siente inquieto con respecto a la eventualidad de una ruptura de negociaciones.

Nuevo impulso

Otro tema que será motivo de negociación en Durban es la financiación para luchar contra el cambio climático. Existen temores de que los gobiernos no se comprometan a aportar 100.000 millones de dólares anuales (91.900 millones de francos suizos) necesarios para apoyar a los países en desarrollo en su propia lucha contra el calentamiento global.

Los fondos correspondientes deberán ser canalizados al Fondo Verde Climático, cuya creación fue pactada el año pasado.

Suiza ha desempeñado un papel central en los planes de desarrollo de este fondo. Y en Durban, la delegación helvética intentará persuadir a sus contrapartes de las bondades de establecer formalmente dicho fondo en Ginebra para generar sinergias con un número importante de instituciones internacionales, medioambientales y financieras.

La cita sudafricana será también la ocasión para que la Agencia Meteorológica de las Naciones Unidas presente cifras globales sobre la peligrosa evolución de los gases de efecto invernadero, que en 2010 alcanzaron un nivel históricamente alto en el mundo (ver RECUADRO), datos que se espera acicateen nuevos compromisos.

Los problemas que dicho problema generará al mundo son inminentes, y el Panel Intergubernamental de la ONU para el Cambio Climático ha urgido a los países a preparar  planes de manejo de desastres adaptados al creciente riesgo de atravesar climas extremos como producto del calentamiento global.

Para Perrez, toda esta suma de factores subraya la necesidad de un pacto global y evidencia la futilidad de continuar solo con el Protocolo de Kioto y sus alcances actuales.

“Las emisiones de los países miembros de Kioto se han reducido durante los últimos años. En este sentido, este protocolo debe ser considerado como un éxito”.

“Pero si en el resto del mundo aumentan vertiginosamente las emisiones de gases de efecto invernadero, y lo hacen por encima de las reducciones de los miembros del Protocolo de Kioto, entonces no habrá soluciones reales para combatir el cambio climático en el futuro”, puntualiza.

Según cifras recientes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los tres principales gases de efecto invernadero alcanzaron niveles récord en 2010 y crecen a una velocidad nunca antes vista, pese a los esfuerzos de muchos países industrializados para acotarlos.

La OMM detalló que en 2010 la emisión de dióxido de carbono alcanzó un nivel de 389 partes por millón, frente a la referencia de 280 partes por millón que existía en 1750, antes de la Revolución Industrial.

Los niveles aumentaron a razón de 1,5 partes por millón –anualmente- durante la década de los 90; a 2 partes por millón durante la primera década del siglo XXI, y en 2011 lo harán a un ritmo de 2,3 partes por millón. Los otros dos gases relevantes –metano y oxido nitroso- también avanzan a pasos agigantados.

Los principales responsables de ello son el uso de combustibles fósiles, la deforestación y el uso de fertilizantes, entre otros.

Los hallazgos de la OMM son consistentes con las cifras del Departamento de Energía de EEUU. En noviembre revelaron que las emisiones globales de dióxido de carbono alcanzaron un nivel internacional récord en 2010.

El pasado 18 de noviembre, el Panel Intergubernamental de la ONU para le Cambio Climático presentó un informe sobre la forma en la que el hombre moderno influye en el cambio climático.

Su conclusión: hay un 99% de probabilidades de observar un repunte en las temperaturas globales, y un 66% en las posibilidades de registrar tormentas más intensas, inundaciones, ciclones y sequías, entre otros problemas.

Algunos han tomado con cierto escepticismo estos datos debido al modelo que utilizó el citado Panel para realizar sus pronósticos.

En 2011, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) tendrá lugar en Durban (Sudáfrica) entre el 28 de noviembre y el 9 de diciembre.

La cumbre, a la que asistirán 194 países, es la decimoséptima de su tipo y la séptima desde que el Protocolo de Kioto está en marcha.

Durante los trabajos preliminares a Durban, los países participantes trabajaron en acuerdos iniciales para conseguir que el mundo se comprometa a mantener por debajo de los 2 grados centígrados el aumento de la temperatura global con respecto a los niveles que existían antes de la Revolución Industrial.

Para lograrlo, los países desarrollados y emergentes deben trabajar de forma colegiada en limitar su emisión de gases de efecto invernadero de aquí al 2050, y fijar calendarios concretos para cumplir con sus objetivos.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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