Ricardo Rodríguez, la calma en el lateral izquierdo
Ricardo Rodríguez no suele estar en el foco de la atención. Sin embargo, el lateral izquierdo es uno de los pilares de la selección nacional suiza de fútbol que este miércoles se enfrenta a Costa Rica en el Mundial de Rusia.
Tras el empate a uno en el partido inaugural disputado el 17 de junio contra la pentacampeona Brasil, el mundo futbolero helvético se deshizo en elogios sobre la combatividad heroica de Valon Behrami. Este miércoles Suiza se mide a Costa Rica y se espera que el estratega Granit Xhaka tome las riendas del juego como lo hizo contra los serbios el pasado viernes. Este centrocampista es el único jugador de campo de la selección suiza que, en un día bueno, alcanza el nivel de un futbolista de élite mundial.
Las esperanzas también están depositadas en Xherdan Shaqiri, que marcó el gol de la victoria contra Serbia en el último minuto del tiempo reglamentario, un jugador que entusiasma a unos y molesta a otros, según las preferencias de cada cual. Sin embargo, en la zaga izquierda hay un jugador que cumple escrupulosamente su tarea desde hace años sin que casi nadie hable de él. Siempre sólido, soberano la mayor parte del tiempo, a veces incluso brillante, Ricardo Rodríguez no polariza ni busca el escándalo. Es un tipo sosegado: “No necesito leer titulares sobre mí en los periódicos cada día”, dice. “Prefiero la tranquilidad.”
Un año duro en Milán
Ricardo Rodríguez formaba parte, junto con Granit Xhaka, de la selección sub-17 que ganó el Mundial en 2009. Pronto se convirtió en titular del FC Zúrich, y a los 19 años fue traspasado al Wolfsburgo de la Bundesliga alemana. Logró sobreponerse de tal manera que rápidamente entró en las quinielas para ser fichado por uno de los grandes clubes del fútbol europeo.
Pero los traspasos se frustraron y, en los dos o tres últimos años, el lateral izquierdo se ha quedado un poco estancado. Por eso, el pasado verano no dejó Alemania para incorporarse al Real Madrid, sino al AC Milan, un gran club pero no tan prestigioso como el Real Madrid que también había mostrado interés en el jugador suizo. En Italia, Ricardo Rodríguez ha tenido un año duro en un club que pasa por dificultades. Pero su rendimiento sólido y correcto, como siempre, le ha servido para que su nombre vuelva a circular por los corrillos de los más grandes clubes europeos.
Su cotización en el mercado de traspasos alcanza los 20 millones de francos y, en la posición que ocupa en el campo, pocos defensas son claramente mejores que él, entre los cuales figuran, evidentemente, el brasileño Marcelo y, quizás, Jordi Alba, David Alaba y Alex Sandro. Si hace un buen Mundial, los rumores sobre un nuevo traspaso podrían intensificarse en las próximas semanas.
Recorrido interesante
A sus 25 años, este futbolista nacido en Zúrich, hijo de un español y una chilena, ha disputado ya 55 encuentros internacionales y desde hace algunos meses es el jugador asignado para tirar los penaltis del equipo nacional porque sabe mantener la sangre fría cuando la situación lo requiere. Con el penalti transformado en Belfast, fue, de hecho, el único suizo en marcar en los partidos de repesca contra Irlanda del Norte. “No pienso demasiado cuando lanzo un penalti”, dice. “Esto solo me haría perder la confianza.” Es un tipo interesante a pesar de no ser jactancioso, o quizás justamente por no serlo.
Junto con sus hermanos —Roberto juega para el FC Zúrich y Francisco para el FC Lucerna— forma un trío muy futbolero que se distingue por su gran sentido de la familia. Recientemente, se publicó una biografía común que narra su infancia en la periferia de Zúrich, con su padre gallego que de joven inmigró en busca de trabajo desde España, y su madre, que llegó a Suiza desde su Chile natal siendo niña.
Ella perdió su lucha contra el cáncer hace tres años, un revés que ha dejado profundas huellas en los tres hermanos. En honor a su memoria, cada uno lleva en su camiseta el número 68, el año de nacimiento de la madre. Evidentemente, Ricardo Rodríguez se encuentra en el centro de la foto de la cubierta. Pero no porque quisiera estar en primer plano, sino porque es el que más éxito ha tenido de los tres. Y más ahora con su participación en el Mundial.
Y nadie se sorprendería si este suizo tan bueno en el manejo de la pelota llegase en los próximos años a entrar en las filas de la élite mundial, aunque fuera con un poco de retraso. Este miércoles jugará con su calma y seguridad habituales contra los costarricenses en la izquierda de la defensa suiza. Con un empate en el último encuentro de la fase de grupos, Suiza se aseguraría el pase a octavos. Incluso le valdría una derrota si Serbia no gana a Brasil en el partido que se disputa en paralelo.
Ricardo Rodríguez comparte el objetivo ambicioso que se ha fijado el combinado helvético en esta Copa Mundial: “En las últimas competiciones mundialistas, Suiza no logró traspasar la frontera de los octavos de final. Ahora estamos preparados para llegar más lejos.” Para alguien tan modesto como él, esto es casi un titular.
Traducción y adaptación del alemán: Antonio Suárez
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