Los suizos vivieron la fiesta
No participaron en la Copa pero se enorgullecen de sus compatriotas en la FIFA y bailaron samba tras la victoria brasileña.
Suiza quedó por segunda vez fuera de la Copa del Mundo (después de la de EE UU, a la que asistió por mérito propio en 1994). La indiferencia del país era casi total antes del pitazo inicial del torneo jugado en los gramados coreanos y japoneses.
Pero no logró resistir al contagio del Mundial. La fiebre futbolística fue aumentado en el país a medida que la competencia perfilaba la final.
Sepp y Zen
Sin transmisión televisiva, porque la única entidad que dispone de concesión en el país no quiso desembolsar 18 millones de francos por la Copa, los aficionados recurrieron a los canales de Francia, Alemania, Italia y Austria para seguir el evento en la Confederación.
Más allá de la Copa, otros motivos relacionan a los suizos con el fútbol: la FIFA, entidad máxima del balompié mundial. Dos valesanos, Sepp Blatter, presidente, y Michel Zen-Rufinen, hasta hace poco secretario general, se distanciaron por rivalidades internas. Pero esas diferencias no perjudicaron ni mellaron el éxito de la Copa Mundial.
La única falta imputable a la organización radica en los «errores» de arbitraje, cuyos efectos fueron graves en los últimos partidos.
‘Craks’
La impecable actuación del suizo Urs Meier, escogido para arbitrar las acciones del difícil partido semifinal jugado por Alemania y Corea, país que junto con Japón organizó el torneo, enorgullece también a sus compatriotas.
Otro hecho destacable es la participación en el Mundial de varios ‘craks’ que alguna vez prestaron sus servicios en clubes suizos. El más «suizo» de ellos es Oliver Neuville, el mismo que estrelló un remate en el larguero durante la final Alemania-Brasil. Neuville nació en Suiza, surgió en Locarno y fue campeón suizo con Servette de Ginebra.
Verde amarillo
Cuatro senegaleses militaron en el fútbol helvético: Papa Bouba Diop y Henri Câmara (en los clubes Xamax de Neuchâtel y Grasshoper de Zúrich), y Pae Thiaw (Lausana). Cabe mencionar asimismo a Ike Shorumnu, guardameta de Nigeria y George Koumantarakis de Sudáfrica.
Los suizos tuvieron al menos pretextos para unirse a la algarabía de la fiesta de la Copa. Alentados por la alegría desbordante de miles de brasileños, que tras la victoria de Brasil tomaron las calles llevando banderas y tambores, los helvetas se sumaron al festejo marcado por desfiles espontáneos de automóviles bulliciosos en las ciudades de Suiza.
De no ser por las banderas brasileñas agitadas por el viento, hasta parecía que Suiza ganó el título.
swissinfo/J.Gabriel Barbosa
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