Los tamiles llegan a Suiza
Huyendo de la guerra civil en Sri Lanka, desde la mitad de la década de los años 80, decenas de miles de tamiles buscaron refugio en Europa y Norteamérica.
Suiza acoge hoy proporcionalmente la comunidad tamil más importante del mundo occidental.
A comienzos de los años ochenta, por primera vez, Suiza enfrentó un fuerte movimiento migratorio proveniente de países “exóticos”.
Sólo en 1985 cerca de 3.000 tamiles llegaron a Suiza. Más de una cuarta parte de las peticiones de asilo eran de refugiados procedentes de Sri Lanka. Se calcula que entre 1983 y 1991 cerca de 300.000 tamiles llegaron a Europa, 100.000 a Norteamérica y 160.000 se refugiaron en el sur de la India.
Actualmente la comunidad tamil en Suiza está integrada por 40.000 personas, entre las cuales 3.500 han adquirido la ciudadanía suiza.
Éxodo masivo
En Sri Lanka la tensión acumulada durante años entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil estalló en julio de 1983.
La mecha fue encendida por un atentado, el primero de una larga serie, perpetrado por los llamados: “Tigres de Liberación del Elaam” (patria), movimiento tamil, durante el cual 13 soldados perdieron la vida.
En la capital, Colombo, se inició la cacería a los tamiles y los desórdenes se extendieron rápidamente a todo el país. El balance fue grave: por lo menos 2.000 personas fueron objeto de una matanza y sólo en Colombo más de 90.000 personas quedaron sin techo. El país se hundió en una guerra civil.
El éxodo de la población tamil, hasta entonces relativamente contenido, se hizo masivo.
Crece la xenofobia
Como nunca antes la política suiza de asilo será marcada por una oleada de refugiados tamiles. Para enfrentar el flujo de refugiados la Oficina Federal suiza de Policía creó en 1986 el servicio de un Delegado para los Refugiados, dirigido por Peter Arbenz.
Al mismo tiempo las manifestaciones de xenofobia se multiplicaron: los tamiles fueron agredidos, los alumnos de una escuela de Berna rebautizaron su equipo de fútbol con el nombre de “matadores de tamiles” y se extendieron los chistes sobre los nuevos inmigrantes.
20 años después de aquel difícil comienzo, la comunidad tamil ya no causa más preocupación entre la población suiza. El papel de válvula de escape de los temores suizos –reales o imaginarios-, fue atribuido a otra comunidad extranjera. En realidad, la historia se repite.
Una integración difícil
Los tamiles conquistaron una reputación de excelentes trabajadores, particularmente en los sectores de la hotelería y la salud. Ellos sabían la importancia que tienen estos atributos para la integración en la sociedad helvética.
Además, su comunidad está organizada. En algunas ciudades suizas los cines exhiben regularmente películas en lengua tamil. Los lunes, en los quioscos están a disposición los diarios dominicales de Sri Lanka y hoy, en Suiza, hay más de 20 templos hindúes.
Pero las apariencias a veces engañan. Desde el punto de vista estructural, la integración no ha sido conquistada, según señala a swissinfo la etnóloga Damaris Lüthi, autora de una amplia investigación sobre la comunidad tamil. Los tamiles saben desempeñarse en los sistemas de formación, trabajo y salud.
En lo que se refiere al aspecto socio-cultural la realidad es distinta. “Los contactos se realizan sobre todo dentro de la misma comunidad, y el sistema de valores importado de Sri Lanka sigue siendo válido, en particular para la primera generación”, afirma Damaris Lüthi.
Una confrontación aún difícil
“La confrontación con Suiza y el Occidente en general ha sido y sigue siendo muy difícil, incluso para quienes viven en Suiza desde hace 20 años”, añade la etnóloga de Berna. “Por ejemplo, el consumo de alcohol, el divorcio, el matrimonio, las relaciones sexuales antes del matrimonio, siguen siendo estigmatizados y considerados inmorales”, añade.
Seguramente los miembros de la segunda generación están mejor integrados que sus padres y el sistema de valores helvético forma parte de su patrimonio cultural.”La mayoría no rehúsa el concepto de cultura de origen, aunque no se manifiesta voluntad alguna de retornar a Sri Lanka”, asegura la etnóloga.
El sistema de castas aún presente
Varios conceptos son particularmente evidentes en relación al matrimonio. Por ejemplo, la mayoría de los matrimonios se realiza entre miembros de la misma casta.
El tema es tabú incluso porque hace mucho tiempo el poder político en Sri Lanka y en la India trata de suprimir el sistema de las castas, y preguntar a un tamil a cuál casta pertenece es un signo de mala educación.
“Si dos jóvenes de castas diferentes se casan, a menudo permanecen solos, e incluso cuando hablan de matrimonio por amor se ve que con frecuencia pertenecen a la misma casta”, explica Damaris Lüthi.
Las uniones entre tamiles y suizos son aún más raras. A finales de 2004 entre las más de 18.000 personas originarias de Sri Lanka que se habían casado, sólo 521 lo habían hecho con una suiza o un suizo. “Estos matrimonios son muy mal vistos”, afirma la etnóloga que menciona algunos episodios familiares que han cortado completamente las relaciones con el hijo o la hija.
Para toda una generación de jóvenes tamiles crecidos en Suiza, entre la realidad familiar y la de la sociedad en la cual viven existe aún un abismo por superar.
swissinfo, Daniele Mariano
(Traducción: J.Ortega)
31.961 tamiles tenían un permiso de trabajo normal según las estadísticas de la Oficina Federal para las Migraciones.
2.996 estaban registrados como solicitantes de asilo.
541 eran refugiados reconocidos.
1.563 personas originarias de Sri Lanka obtuvieron en 2004 la ciudadanía suiza.
Entre los 31.961 originarios de Sri Lanka con permiso de residencia, 11.250 eran nacidos en Suiza.
85% de los tamiles que viven en Suiza pertenecen a la religión hindú. El 15% son de confesión cristiana, principalmente católica.
El éxodo masivo de tamiles se inició a mediados de los años ochenta cuando estalló la guerra civil en Sri Lanka.
Se calcula que medio millón de tamiles abandonaron su país. En 1981 vivían en Sri Lanka 1,9 millones de habitantes.
En Suiza la comunidad tamil está bien organizada y mantiene sólidos vínculos con la cultura de origen.
La vida social de los tamiles gira en torno a rituales practicados en el momento del nacimiento, en el comienzo de la pubertad o en el matrimonio, ocasiones para el reencuentro y la perpetuación de la propia cultura.
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