Sarah Marquis en la ruta de los Incas
La senderista del cantón del Jura pasó ocho meses en la Cordillera de los Andes, en el camino de los Incas, a entre 3.000 y 5.000 metros de altitud.
Tras su periplo de 2002 en el monte australiano, la joven aventurera, de 34 años volvió este otoño. Ahora recorre Suiza en el marco de un ciclo de conferencias.
«Caminar me descongestiona el espíritu». En la sala ‘Mahatma Gandhi’ de la Casa de las Asociaciones de Ginebra, la cándida Sarah Marquis narra su viaje.
Diapositivas y películas son proyectadas en pantalla gigante a un centenar de personas. A mediados de octubre, después de ocho meses de marcha solitaria en el altiplano andino, la joven aventurera inició una serie de conferencias en la Suiza francófona.
«En el curso de mis expediciones aprecio cada vez más mi país», revela la vecina del Val de Bagres (cantón del Valais), a guisa de introducción.
El frío y la aridez
¡Y con razón! En la Cordillera de los Andes enfrentó el frío, la extrema aridez y los males de la altitud para seguir ‘el camino de los Incas’.
Lo anterior, luego de 15 meses de marcha -entre junio de 2002 y diciembre de 2003-, alrededor de Australia.
El 15 de enero partió de Santiago de Chile y llegó a Machu Picchu (Perú) el 9 de septiembre. Ocho meses de marcha, vía Bolivia, «entre 3.000 y 5.000 metros de altitud», en los desiertos andinos considerados entre los más áridos del planeta.
Un saco y una pequeña carretilla
Con un saco de 25 kilos y una pequeña carretilla para transportar 40 kilos de víveres y de material, Sarah Marquis avanzó un promedio de «8 a 12 horas por día».
En los lugares sin agua ni alimento, su hermano Joël, el acólito indispensable, habilitaba puntos de abastecimiento. «En ciertos lugares, como el desierto de Atacama, no hay vida posible. Busqué a veces una hormiga durante semanas. En vano».
Contrariada por la inundación, tardía para la temporada, del Salar de Uyuni -un inmenso desierto de sal boliviano-, la joven tuvo que cambiar su itinerario para acceder al lago más alto del mundo: el famoso Titicaca.
Entrevistada por teléfono, en aquel momento declaraba: «es mi primera experiencia en el frío. En cierto lugar, la helada (menos 25 grados por la noche) llega incluso a quebrar piedras. Esto me complicó la vida. Me costó mucho trabajo adaptarme».
La lana de llama
Para responder a esta situación térmica, la senderista terminó cambiando su pullover de alta tecnología por ropas andinas de lana de Alpaca o de llama, bastante utilizada por la cultura aymara.
También entre los indígenas del norte de Chile y de Bolivia la joven tuvo bellos encuentros: «tuve muchísimo placer en departir con las mujeres del pueblo aymara. Estos representantes de la cultura andina ya existían 1200 años antes de Cristo».
Luego de atravesar en canoa el lago Titicaca, subió las escaleras milenarias del ‘Sendero de los Incas’, antes de acabar, en lágrimas, en el sitio histórico de Machu Picchu, la Puerta del Sol que acercaba los dioses a los hombres.
swissinfo, Pierre-Antoine Preti / 30 Degrés magazine
Quedan en el recuerdo los 17 meses tórridos y desérticos de la expedición australiana en 2002. El libro y el DVD «La aventurera de las arenas» han tenido un gran eco en la Suiza francófona.
Ambos reflejan una expedición marcada por las privaciones alimentarias y la sed. La suiza, vegetaria en la ciudad, se vio obligada a beber sangre de serpiente y de otros lagartos que encontró en su camino. Ese viaje «recordó, al menos, las nociones de suprevivencia».
Un libro y un filme al respecto están en preparación. Realizado por la TV de la Suiza francófona, el DVD estaría disponible en diciembre, y el libro, a principios de 2007.
Actualmente, Sarah Marquis y su hermano Joel recorren la Suiza francófona ofreciendo conferencias. Ya han sido previstas 15 fechas hasta fin de año.
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