Un esfuerzo humanitario bajo la batuta suiza
La cumbre humanitaria de Ginebra sobre Irak reúne a 21 representantes gubernamentales y varios organismos internacionales.
A pesar de las críticas, la ministra de Relaciones Exteriores, Micheline Calmy-Rey, en camino de ganar el desafío.
La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) trabajó arduamente estos últimos días con el fin de conseguir un máximo de participación en la conferencia de Ginebra. La operación parece dar sus frutos, tomando en cuenta la escasez de tiempo y el tenso clima internacional.
Las agencias que integran el sistema de Naciones Unidas implicadas en la crisis iraquí confirmaron su presencia. Es el caso de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OAH) encargada de coordinar el trabajo en el seno del organismo.
Su director, Ross Mountain, asiste a la reunión en la que informará sobre los resultados de la misión que acaba de efectuar en el Oriente Medio.
Al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lo representa su director, Ruud Lubbers, quien participa en la ceremonia de apertura al flanco de la ministro Micheline Calmy-Rey.
La conferencia de Ginebra cuenta además con la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de la Federación Internacional de Sociedades de Cruz Roja y de Media Luna Rojas.
Cerca de 30 Estados asisten, en especial los países vecinos de Irak, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, y la presidencia griega de la Unión Europea.
El Comisario europeo encargado de la ayuda humanitaria, Paul Nelson desestimó la invitación suiza para evitar politizar la conferencia, según declaró.
En cuanto a las otras delegaciones gubernamentales, la composición no ha sido aún dada a conocer públicamente. Joachim Ahrens, portavoz del COSUDE indicó que Alemania y Japón deben aún confirmar su participación.
Ausencia de peso
El gran ausente de la conferencia es el gobierno estadounidense. Washington puso en duda la utilidad de un tal evento, bajo el argumento que ese trabajo ya había sido realizado por las agencias humanitarias de la ONU.
De hecho, Louise Frechette, que oficia de Secretaria General adjunta, viene coordinando desde hace meses el trabajo en el terreno, de todas las agencias humanitarias pertenecientes al sistema de Naciones Unidas.
También algunos medios de prensa helvéticos consideraron que la conferencia de Ginebra era una concurrencia directa al trabajo de las agencias de la ONU.
En todo caso, no es el punto de vista del CICR, que estima que «la conferencia de Ginebra tendrá el gran mérito de reunir a los responsables que siguen día a día en el terreno la evolución del conflicto», según señaló su portavoz, Antonella Notari.
«Un intercambio de información es siempre útil y no se trata solamente de una reunión de coordinación», agregó.
El COSUDE espera por su parte que este encuentro permita lanzar nuevas iniciativas humanitarias, ya sea en el plano bilateral o multilateral, explicó su portavoz.
Controversia sobre el estilo diplomático
Queda por saber si el éxito de la conferencia -aún por confirmar- será la estrategia de diplomacia abierta y pública que está impulsando la nueva ministra de Relaciones Exteriores de Suiza, Micheline Calmy-Rey.
De hecho, hay que constatar que desde el momento en que se anunció este encuentro a toda pompa, el tono ha venido disminuyendo y el perfil de la conferencia ha bajado un poco.
La ministra justificó la convocatoria de la reunión ante la Comisión parlamentaria de Política Exterior de las Cámaras federales, por la presión de los medios de comunicación.
Pero también hay quienes subrayan el mérito y el coraje de esta iniciativa. «Esta reunión se realiza en un contexto internacional muy difícil», explica Marcelo Cohen, profesor del Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra.
Según el experto en Derecho Internacional, un encuentro consagrado a las víctimas de un conflicto reviste forzosamente un carácter político. De ahí lo complicado del asunto.
Su colega Andrew Clapham, especialista en Derecho Humanitario, estima que la ausencia de Irak y de Estados Unidos constituye, a pesar de todo, una ventaja. «Eso permitirá justamente concentrarse en los problemas humanitarios».
Para Marcelo Kohen, «en momentos en que se habla de guerra preventiva, hay que responder también por la prevención humanitaria».
swissinfo, Fréderic Burnand
(Traducción y adaptación: Alberto Dufey)
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.