Villiger reconoce aporte de extranjeros
A diferencia de algunas posiciones duras de la Unión Europea en materia de migración, Suiza no pierde de vista el aporte de los trabajadores extranjeros.
De acuerdo con las estadísticas oficiales de abril pasado, el número de extranjeros en Suiza se sitúa en 1’429.574 personas, lo que significa un aumento de 34.092 con respecto al mismo mes del año precedente. La cantidad señalada equivale al 19,8% de la población helvética.
El recuento muestra además una leve alza en el número de ciudadanos de la UE y de la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio), que totalizan 807.958.
Los ciudadanos provenientes de la antigua República de Yugoslavia conforman la comunidad extranjera más numerosa con 347.603 personas, seguidos de los portugueses, alemanes, españoles y turcos.
Posturas diferentes
Según los sondeos de opinión, la inmigración ilegal preocupa a tres de cada cuatro europeos y en función de esta situación, la Unión de los Quince decidió, en su reciente Cumbre de Sevilla, frenar los flujos migratorios con una política común de reforzamiento y control de las fronteras exteriores, además de otras medidas.
Contrastando con este cuadro, el presidente y ministro de Finanzas de Suiza, Kaspar Villiger, en entrevista exclusiva con swissinfo, declaró que el contingente de trabajadores extranjeros, españoles y latinoamericanos es “una fuerza para nuestro país”.
“Estamos contentos de tenerlos aquí y yo sé que hay muchos inmigrantes de España. Antes de ser político fui propietario de una empresa y pude darme cuenta de que los trabajadores extranjeros son un factor extremadamente importante”, precisó el mandatario suizo del presente año durante una visita a Ginebra.
Ante un numeroso público de periodistas, banqueros, hombres de negocios y políticos ginebrinos, reunidos en el Club Suizo de la Prensa, Villiger expresó su satisfacción por la entrada en vigor de los acuerdos bilaterales entre Suiza y la UE, desde este 1 de junio.
“Estoy muy feliz por las negociaciones bilaterales entre Suiza y la Unión Europea. Se dice que los acuerdos resultantes de las mismas son buenos para Suiza. Es verdad. Pero también son buenos para la Unión Europea, porque los derechos de los trabajadores extranjeros de esos 15 países están protegidos. Por esa razón pienso que la circulación libre de personas es importante para las dos partes. Es importante, sobre todo, para los ciudadanos españoles que vienen a trabajar a Suiza”, indica.
Contra la xenofobia
En su conversación con swissinfo, el presidente helvético hizo referencia al brote de corrientes políticas derechistas, caracterizadas por una actitud de xenofobia con los extranjeros, y que han ganado un gran número de adeptos como se observó en las elecciones celebradas últimamente en varias partes de Europa.
Tales son los casos de Jörg Haider, en Austria, Humberto Bossi en Italia y Jean-Marie Le Pen en Francia, sin dejar de mencionar la existencia del populista suizo de derecha, Christoph Blocher. Salvando diferencias, claro está.
“Pienso que los extranjeros siempre tuvieron una gran importancia para Suiza. Hace mas de 100 años, los hugonotes franceses efectuaron aportes importantes a la industrialización. También contribuyeron a la ciencia y a la cultura. Los extranjeros siempre fueron importantes para nosotros. Incluso, la Constitución suiza no sería imaginable sin la Constitución francesa, ni la Constitución de los Estados Unidos.¡Esto no ha cambiado!”, señala Villiger.
“Pero cuando hay un flujo de extranjeros en un cierto período, un poco más grande del imaginado, surge en Suiza cierta resistencia a aceptar ese hecho. Varias veces acudimos a las urnas para limitar la entrada de los extranjeros.
La última vez fue el año pasado sobre la iniciativa que pretendía limitar ese ingreso en 18% (de la población total de más de siete millones de habitantes).
En la actualidad llega a casi 20%. Después de Luxemburgo, Suiza es el país con más extranjeros en Europa. ¡El pueblo suizo dijo no el año pasado! Y yo, en lo personal, me siento muy orgulloso de ese voto. Reconozco que tenemos movimientos de derecha. Pero cuando se trata de decisiones políticas concretas, el pueblo suizo nunca votó contra los extranjeros”, remarca el presidente.
Kaspar Villiger aludió también al tema de la migración “sin papeles” y los esfuerzos hechos para tratar de resolver esa situación.
“Es un gran problema. Tenemos una legislación al respecto y no podemos hacer excepciones. Por esa razón no veo una posibilidad de amnistía global para todos (los indocumentados). Conozco personalmente la situación difícil de algunas de esas personas. En los casos de gravedad, la legislación permite buscar soluciones equilibradas. Creo que así podremos resolver una parte del problema. Es interesante cómo se percibe el fenómeno en Suiza. Es más sensible en la Suiza de expresión francesa que en la Suiza garmanófona”, recalca.
Buena voluntad de ambas partes
Interrogado sobre la “mejor receta” para integrar a todos esos trabajadores extranjeros en la vida suiza, Villiger insiste en la necesidad de que ambas partes, suizos y extranjeros, tengan la voluntad de integración.
“En nuestro país tenemos programas políticos, programas de integración y cursos de enseñanaza de idiomas(alemán, francés o italiano). Es también necesario que los extranjeros estén dispuestos a aceptar Suiza tal como es. A veces veo que eso es muy difícil con la primera generación de trabajadores inmigrantes. Es mucho más fácil con la segunda y la tercera. Incluso, en el Parlamento, en Berna, hay nombres italianos derivados del abuelo o del padre inmigrante, pero que corresponden a un político suizo”
“Esa es la razón por la que – resume el presidente Villiger -, estoy convencido, en el fondo, de que si nosotros, los suizos, retrocedemos 200 o 300 años en el tiempo, no somos suizos. Somos extranjeros asimilados a este país. Y no veo por qué razón no siga siendo así en el futuro. Pero necesitamos la buena voluntad de los dos lados”, concluye Kaspar Villiger.
Enrique Dietiker, Ginebra
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