
‘Corazón americano’ filma siete parajes iberoamericanos a través de los ojos de sus niños
Madrid, 3 oct (EFE).- La Quebrada de Humahuaca (Argentina); los cafetales de Antioquia (Colombia); un pueblo de la Amazonía (Brasil); el desierto de Atacama (Chile); la ciudad de Cuzco (Perú); las Islas Galápagos (Ecuador) y Cabo Polonio (Uruguay) son los hogares de siete niños que filman en ‘Corazón americano’ los imponentes paisajes en los que crecen y las comunidades a las que pertenecen.
Se trata de una serie documental que recorre siete paisajes latinoamericanos declarados Patrimonio de la Humanidad a través de sendos capítulos, que se encuentran en diferentes fases de gestación: mientras hay ya tres preparados, como el centrado en los cafetales de Colombia, los episodios de Brasil y Uruguay están en preproducción.
Así lo explicaron este viernes Álvaro Rufiner y Cielo Salviolo, de la Fundación Norma y Leo Werthein, en la última jornada de Iberseries & Platino Industria, evento que reunió desde el martes en Madrid a profesionales del sector audiovisual iberoamericano.
Su fundación está, junto a las cadenas de televisión DirecTV y Sky Brasil, detrás de ‘Corazón americano’, que se está presentado en festivales y está abierta a encontrar compradores para llegar no solo a la televisión lineal.
Alejarse del relato triste
Rufiner comentó que, en pleno siglo XXI, «sigue habiendo algunos estigmas con Latinoamérica» y explicó que con ‘Corazón americano’ se quiere retratar a sus gentes «no desde el relato triste», sino mostrando a personas que viven «en medio» de paisajes que son una «maravilla» y que tienen «una tradición, una cultura», y están «alegres» de estar donde están.
«Son conscientes de que viven en un lugar increíble, en esa inmensidad», añadió en alusión a esos siete niños de Argentina, Chile, Colombia, Uruguay, Brasil, Ecuador y Perú, que viven en patrimonios de la humanidad, aprenden en escuelas rurales y protagonizan los siete episodios de la serie.
Y es que ‘Corazón americano’ tiene «dos relatos»: «Uno, el del director, y otro el de la mirada de ese niño con su cámara, mostrando ese paisaje».
‘Corazón americano’ busca «visibilizar esas culturas, esas historias, que muchas veces están invisibilizadas, y elige hacerlo a través de la mirada de niños y niñas de cada uno de esos lugares», resumió por su parte Salviolo.
Resaltó la importancia de contar historias vinculadas a las infancias de la región y lo importante que es también «contarlo bellamente», y Rufiner destacó la relación que los niños de ‘Corazón americano’ tienen con sus abuelos y cómo se plasma en la pantalla.
Mirada (y talento) local
Aunque el equipo de dirección y de guionistas de ‘Corazón americano’ siempre es el mismo, se contrató a profesionales locales para rodar cada episodio.
«Trabajamos con directores de cámara, de fotografía, locales. Y la música también es música local. Siempre son músicos de esa comunidad, de ese pueblo, los que hacen la música de ese capítulo», explicó Rufiner.
Así, ‘Corazón americano’ apuesta por hacer un equipo «mixto»: «Entre ellos (los locales), que conocen mucho más que nosotros, y nosotros, que vamos con una idea de aprender y de conocer junto a ellos», recalcó sobre su documental, que está narrado por los actores argentinos Walter Quiroz y Graciela Borges. EFE
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