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Agricultura grisona: “Aquí crece pasto; no bananas”

Uno de los ejemplares de la granja "bio" de la familia Winzap. www.winzap.ch

El agricultor Pius Winzap defiende el consumo de los productos locales y el respeto por la agricultura de montaña que preserva los idílicos paisajes de los Grisones.

Los campesinos del mayor cantón suizo mostrarán al Parlamento Federal y al Gobierno -de visita del 18 de septiembre al 6 de octubre– la calidad y variedad de su producción, su situación y sus preocupaciones.

Si bien es cierto que el turismo y el sector de los servicios dan fuerza a la economía grisona, es la actividad agrícola la que se ocupa de mantener en buen estado esa región turística alpina, reiteran los campesinos de ese cantón helvético, fronterizo con Austria, Liechtenstein e Italia.

Los Grisones es un cantón bien conocido por los suizos de las regiones bajas. Muchos de ellos acuden en invierno a las diversas estaciones de esquí de ese cantón (Davos, St Moritz, Klosters o Flims-Laax-Falera, por ejemplo) para recrearse en los bellos paisajes nevados. (Ver en MÁS SOBRE EL TEMA: ‘Flims: “Una estación de esquí para disfrutar”)

Lo mismo ocurre en épocas de más calor, en las que el panorama radiante de sus verdes y enfiladas praderas invita al senderismo, allí donde pastan las famosas vacas pardas suizas.

Crianza de animales

Si se comparan las cifras de los últimos dos censos, de 1990 a 2000 se redujeron en un 28% los establecimientos agrícolas en el cantón.

Nueve de cada diez campesinos en los Grisones se dedican a la agricultura de montaña. Poco menos de 3.000 negocios agrícolas se encuentran en las escarpadas pendientes que caracterizan la región.

En esas condiciones naturales, la crianza de animales es la actividad principal. La producción de leche y la elaboración de carne de una gran diversidad de tipos son reconocidas dentro y fuera del país.

La economía láctea genera anualmente 50 millones de francos, la matanza de reses, cerca de 45 millones y la venta y su aprovechamiento, cerca de 30, según cálculos del gobierno cantonal grisón.

Líderes en la producción biológica

El 50,3% de la producción agrícola grisona es biológica, lo que coloca a los campesinos de esa región en el primer lugar del listado “bio” de Suiza, rigiéndose por reglas bien definidas para favorecer la alimentación natural de los animales, para que su crianza se lleve a cabo en espacios apropiados para su bienestar y para salvaguardar la naturaleza.

Cuestionado sobre porqué en los Grisones se da tanto impulso a este tipo de producción, Valentin Luzi, encargado de la división agricultura del gobierno grisón, enumeró tres razones:

“Los campesinos grisones miran hacia el futuro y se adaptan con facilidad a las exigencias, además, reaccionan y se desarrollan de la mano del sector turismo; y en tercer lugar, en esta región montañosa, tradicionalmente se ha protegido la naturaleza y con la llegada de esta nueva tendencia, los campesinos no han debido realizar muchas modificaciones para ser catalogados como productores biológicos.”

Motivo de más para comprender porque ese cantón rebasa en mucho la media de 12% de la producción biológica a escala nacional (por cierto, junto con Austria, la más alta en Europa).

Apuesta por la calidad

Una tendencia que es bien recibida por el consumidor suizo –líder en el mundo en el consumo de productos biológicos con un gasto anual promedio de 160 francos- y quien se inclina especialmente por “lo saludable”, tras crisis como la de la vaca loca, originada por alimentación con base en polvo óseo.

La agricultura ecológica -reconocida y apoyada por las autoridades federales desde enero de 1998-, además de la recuperación ambiental, también fomenta la esfera social en las zonas rurales, permitiendo la preservación del campesinado en el cantón con la menor densidad de población en el mapa helvético.

La calidad es el arma de los agricultores grisones para mantenerse y la creatividad el impulso para confiar en su supervivencia en un país donde, en promedio, desaparecen 5 explotaciones agrícolas diariamente. (Ver en MÁS SOBRE EL TEMA: ‘El campo suizo “renovarse o morir”)

De la mano con el sector turismo

Pius Winzap es un ejemplo claro de la tenacidad de los campesinos grisones y de su habilidad para marchar junto con la corriente del turismo.

“Bio” desde hace doce años, él y su esposa venden carne a los hoteles de la región, producto de reses jóvenes (de un año de edad) que pastan en las cuestas de Falera, -un bello pueblo que junto con Laax y Flims se han unido en la promoción turística alpina.

“Los chefs de cocina de los restaurantes y hoteles querían trozos de carne más grandes, algo difícil de obtener de terneros que no llegan a los 300 kilos de peso. Por ello decidí conservar los animales un año y no sólo diez meses”, explica.

“Nuestros animales pastan en el verano en los Alpes, que en invierno se convierten en pistas de esquí. Si las vacas al pastar limpian nuestras praderas, tendremos pistas mucho mejor conservadas. Este argumento también lo han visto los cocineros: para tener una economía turística duradera lo mejor es mantener los Alpes”, subraya Pius Winzap.

“Queremos un turismo a largo plazo y no sólo que funcione ahora para que después la naturaleza esté por los suelos” defiende este campesino de 47 años de edad, nacido en Falera y a quien los vientos de la globalización para nada complacen.

Venta directa

“El año pasado Suiza importó alrededor de 5700 o 5900 toneladas de carne de res ¡Si se puede uno imaginar que por cada kilo se uso un litro de gasolina, de carburantes no renovables! ¡Y después nos preocupamos porque desaparece la nieve por el sobrecalentamiento terrestre!”

“¿Por qué hacemos algo tan ilógico? Pero los grandes políticos y los grandes economistas no lo ven. Sólo dejan pasar esas mercancías”, sentencia.

Así, Winzap inició la venta directa de medio animal a varios de los restaurantes cercanos, que en sus cartas de menú dedican una sección a la carne de la familia Winzap destacando sus cualidades, entre ellas, la de realizar todo el proceso de producción y distribución dentro de la misma región.

“Aquí crece el alimento para nuestros animales, crece pasto, no bananas. Si cada región comiese lo que produce y se evitara llevar productos de un lado al otro del mundo…”

“Una oportunidad”

Una de las dificultades del concepto de venta directa de Winzap es que la demanda en los restaurantes y en la mesa del consumidor sigue siendo de grandes piezas de carne de res, filetes, sin tener conciencia de que, de esa forma, otras partes del animal quedan de lado, mientras que las importaciones no dejan de incrementarse (2003: 3800 toneladas, 2004: 4800 y 2005: 5900)

Pius Winzap y sus otros colegas de oficio agrario aprovecharán la visita del Parlamento Federal y de los miembros gubernamentales para mostrar sus productos y explicar las características del paisaje y la agricultura grisona, incluidos sus retos, según indica Hansueli Lareida, secretario de la Asociación Campesina Grisona.

Para el campesino de Falera, en concreto: “será una oportunidad para encontrarse con esas personas. Seguro estaré por allí. Algo así no había ocurrido antes. Habrá mucho qué decir y, por lo demás, espero que los parlamentarios no sólo coman “entrecôte” durante su visita”.

swissinfo, Patricia Islas Züttel

La principal fuerza económica del cantón de los Grisones es el turismo.

La agricultura, con un papel menos destacado, si a cifras se refiere, tiene una responsabilidad prioritaria: la preservación de la tierra grisona.

90% de los 3.100 negocios agrícolas de ese cantón se encuentran en las escarpadas pendientes que caracterizan la región.

La crianza de animales es la actividad principal.

En los Grisones, además de vacas se crían ovejas, cabras y caballos. La oveja blanca alpina, la cabra grisona, la cabra pavo y el caballo Franches-Montagnes también forman parte del paisaje.

La crianza de ganado bovino, en particular de bestias pequeñas y de caballos, contribuye a conservar el renombrado paisaje del cantón.

En el último lustro se destaca el éxito de los viticultores de los valles grisones que el Río Rin recorre.

AGRICULTURA GRISONA:

Establecimientos agrícolas:
En 1990: 4.597
En 2000: 3.304 (-28.1%)

Personas ocupadas en el sector:
En 1990: 12.015
En 2000 : 8.744 (-27.2%)

Superficie agrícola:
En 1990: 54.267 hectáreas
En 2000: 52.949 ha (2.4%)

De ese total, área de pastadero:
En 1990: 49.507 hectáreas.
En 2000: 48.549 ha (-1.9%)

Habitantes en 2000: 187.058
(2,6% de la población total suiza)

IDIOMAS OFICIALES del cantón:
1. Alemán: 127.755 personas (68.3%)
2. Romanche:27.038 pers. (14.5%)
3. Italiano: 19.106 personas (10.2%)

El romanche era hablado en 1970 por 23.4% de la población grisona,
en 1980 por 21.9%,
en 1990 por 17.1% y
en 2000 por 14.5%

Superficie total: 5.046
Superficie agrícola (alpina) 1.701
Habitantes: 2.549:
Idiomas más hablados:
1. Alemán (2.293 personas)
2. Romanche (171 personas)
3. Portugués (132 personas: inmigrantes portugueses que trabajan en el sector servicios o en la agricultura)

Superficie total: 3.168
Superficie agrícola: 1.135
Habitantes: 1.150
Idiomas más hablados:
1. Alemán (579 personas)
2. Romanche (461 personas)
3. Portugués (45 personas)

Superficie total: 2.235
Superficie agrícola: 1.432
Habitantes: 504
Idiomas más hablados:
1.Romanche (340 persoans)
2.Alemán (145 personas)
3.Italiano (10 personas)

(Censo 2000)

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