El arsenal cubano, ni químico ni biológico, humano
Al triunfo de la Revolución armada, pueblo y gobierno cubanos apuntaron sus baterías contra la insalubridad y el analfabetismo.
Cuatro décadas más tarde la lucha se libra en el campo económico y el Estado cuenta con las armas de una juventud sólidamente educada.
“En estos momentos, la sociedad local es, posiblemente, uno de los potenciales mayores que tiene el país. Y viene bien en un contexto en el cual el Estado tiene una capacidad disminuida de distribución de recursos”.
Carlos García Pleyán, oficial de programas de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), aborda el papel de la institución en el contexto actual de tránsito en Cuba.
“De un país que funcionaba con un modelo de distribución de recursos centralizada -que era una forma de hacer, pero que implicaba que existieran esos recursos-, estamos pasando a una estructuración del país en la cual el Estado no siempre dispone de esos recursos para poder distribuirlos”.
Ese adelgazamiento en las arcas oficiales inyectó nuevos bríos a una participación ciudadana sumida en el letargo y el esquema paternalista, que se había instalado y que ya no podía sostenerse, cedió paso a nuevas formas de colaboración popular, pero sin detrimento de la vocación social del Estado.
Codo a codo
En efecto, el Gobierno de Cuba es uno de los pocos de la región que instrumenta y da continuidad a políticas de desarrollo, lo que a decir de Olivier Berthoud, responsable de COSUDE en Cuba, “hace que en el largo plazo los esfuerzos de desarrollo han tenido resultados notables” (En Más sobre el tema: COSUDE decide prolongar actividades en Cuba).
“CIERIC busca mantener el proyecto social y humanista, los programas de beneficio social de la Revolución, mantener las raíces, los valores que al fin de cuentas han hecho de éste un proyecto muy interesante desde el punto de vista de la construcción social”, subraya Rigoberto Fabelo, su director.
Entre los interlocutores de la institución suiza en la isla, el Centro de Intercambio y Referencias sobre Iniciativas Comunitarias (CIERIC) adquiere una dimensión particular. Ambas entidades comparten la preocupación fundamental de apoyar a la sociedad en sus esfuerzos de autoayuda.
El proyecto social cubano
La participación ciudadana es un proceso que se ha ido ajustando a las necesidades del proyecto social cubano. Al triunfo de la lucha armada, el nuevo Gobierno enlistó brigadas revolucionarias que se batieron contra los principales agobios del país en una batalla rotunda y decisiva.
Fue la época en que nacieron las grandes asociaciones (Asociación de los Barrios, Comité de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños ANAP, etc.), que estructuraron sus propias maneras de movilización para resolver los problemas de la comunidad.
En 1976, con el establecimiento del poder popular como estructura de Gobierno, se perfila otra forma de participación ciudadana. En la década de los 90, en los momentos de carencia, arranca una nueva forma de investigación sobre la manera más eficiente de impulsar los proyectos sociales y de desarrollo económico del país.
“… y en esa búsqueda estamos”, enfatiza Rigoberto Fabelo. “Las limitaciones internas están más aquí –apunta a su sien-, en la conciencia, en la manera de hacer, en la aceptación de nuevas formas de hacer”.
De la respuesta a la propuesta
“Hay que ir sembrando. Es como un proceso acumulativo de nuevas conciencias, de nuevos conocimientos y capacidades, de nuevas visiones en actores tradicionales que, o cambian o se van anquilosando, de virar el esquema paternalista y receptor de la gran población, acostumbrada a que todo se le dé, y decir: ¡tienes que ir a una búsqueda!”, enfatiza.
Sobre el nacimiento de CIERIC en 1991, justo cuando el apremio económico comenzaba a hincar el diente, Rigoberto Fabelo señala:
“La organización surge cuando iniciaba el ‘periodo especial’, así como otros espacios que han buscado insertarse en esa visión de participación nueva que no sólo implica movilizarse ante un problema o un llamado, sino pasar a un nivel de propuesta en torno a cómo resolver los problemas comunitarios, cómo promover su propio desarrollo, el desarrollo local”.
Nuevas generaciones, nuevos reclamos
Alerta, empero, sobre la tentación de hablar de participación en los mismos términos que hace más de 30 años, de pretender que se trabaje bajo esas mismas visiones o que se convoque a la gente con esos mismos conceptos.
“Las nuevas generaciones se van insertando, identifican nuevas necesidades, nuevos intereses, la manera de canalizar esos intereses. La nueva generación necesita apropiarse de herramientas para que construya, mejor de lo que lo hemos hecho otros”, subraya.
El oficial de COSUDE coincide y añade: “No se trata ahora de la generación que hizo la Revolución al principio, es una población joven con nuevas aspiraciones, joven, con un nivel de educación y de calificación distinta y, por lo tanto, con otros reclamos”.
swissinfo, Marcela Águila Rubín, de vuelta de La Habana
CIERIC es un centro de carácter asociativo sin fines de lucro, vinculado a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, autónomo en cuanto al manejo institucional, la gestión económica y la administración de sus recursos.
Su misión consiste en trabajar por el desarrollo sociocultural desde un Centro comprometido con la comunidad mediante la gestión de proyectos, la prestación de servicios de referencia y el apoyo a iniciativas locales que contribuyan a elevar la calidad de vida y a fortalecer la presencia del arte y la cultura como base del desarrollo humano sostenible.
Entre sus objetivos está el de contribuir a producir materiales dirigidos a cubrir espacios de reflexión, difusión de experiencias y elaboración teórica en los temas del desarrollo sociocultural comunitario y cultural en general.
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