El Monte San Giorgio, patrimonio de la humanidad
Situado cerca de Lugano (Tesino) el Monte San Giorgio se encuentra inscrito desde este miércoles como patrimonio mundial.
Los descubrimientos paleontológicos fueron claves en la decisión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La Oficina Federal del Medioambiente, Bosques y Paisajes (OFFEP) dio a conocer esta elección. La UNESCO por su parte lo hará oficialmente este viernes.
Pero la información es cierta. La decisión fue adoptada en París, sede de la organización. “El Comité aprobó nuestro proyecto por unanimidad”, declaró a la ATS (Agencia suiza de información) Marco Molinari, jefe de la Oficina de Bienes Culturales y Naturales, del cantón del Tesino.
La UNESCO fijó tres condiciones a su decisión. Primero, que la parte italiana del emplazamiento arqueológico sea integrado al proyecto, segundo, que se instalen paneles didácticos sobre los senderos de acceso, y tercero, que se cree un centro de información.
Una mina de fósiles
La presencia de fósiles en el Monte San Giorgio fue descubierta en el siglo XIX. Las investigaciones realizadas desde hace 150 años por expertos de las Universidades de Zúrich y Milán han demostrado que se trata de un emplazamiento arqueológico excepcional.
El valor universal del Monte San Giorgio se debe a la antigüedad de sus capas fosilíferas que tienen entre 230 y 245 millones de años correspondiente a la era geológica terciaria.
Las condiciones de sedimentación, particularmente lentas para un medio pobre en oxígeno, favorecieron la formación y conservación de fósiles en cinco capas superpuestas, lo que permitió estudiar la evolución histórica de diferentes grupos de animales marinos.
Hasta ahora se han encontrado más de 10 mil ejemplares entre los cuales, 30 especies de reptiles, 80 especies de peces y cerca de 100 especies de invertebrados, así como numerosos micro-fósiles.
Esta riqueza paleontológica es conocida por los científicos del mundo entero. Pero por el momento, los fósiles están expuestos esencialmente en los museos de Zúrich, Milán, y Lugano. Algunas piezas se encuentran también en el museo de fósiles del pueblito de Merida (Tesino).
Pero el sitio arqueológico no es conocido únicamente por sus fósiles. Más de 550 especies de hongos han sido inventariadas y se descubrieron 3 especies de arañas descritas científicamente por primera vez. A ello se agrega una mini flora variada y rica.
Una especie de premio Nóbel
El Monte San Giorgio se convierte así en el segundo lugar arqueológico suizo que forma parte del patrimonio de la humanidad. La región de Jungfrau-Aletsch-Bietschhorn obtuvo anteriormente ese estatuto en julio del 2002.
Suiza cuenta además con 4 bienes culturales inscritos en el patrimonio de la UNESCO. La Abadía de San Gall, el convento de San Jean des Soeurs de Mustiar (Grisones), la ciudad vieja de Berna, y los ‘Tre Castelli’ de Bellinzona (Tesino).
El ‘patrimonio mundial’ es una especie de premio Nóbel para los bienes culturales y naturales. Gracias a su inscripción en la lista, esos lugares se convierten en propiedad intelectual de la humanidad y la comunidad internacional debe colaborar su conservación.
La inscripción en la lista del patrimonio mundial se obtiene a petición de los Estados donde se encuentran los emplazamientos, demanda que es sometida a una minuciosa evaluación.
La lista del patrimonio mundial contiene hasta ahora 730 bienes culturales y naturales, entre ellos el Gran Cañón, el Kilimanjaro y las islas de Pascua y Galápagos.
swissinfo, Olivier Pauchard
(Traducción y adaptación: Alberto Dufey)
El sitio ocupa 849 hectáreas.
Está rodeado de una zona protegida de 1400 hectáreas.
Desde 1977, el Monte San Giorgio está inscrito como zona cantonal protegida.
– La fauna fósil que se conserva en el Monte San Giorgio data de hace 240 millones de años.
– En la región se descubrió la existencia del ‘Ticinosuchus ferox’, antecesor directo del cocodrilo.
– Unos 20 ejemplares de saurios marinos y 50 de peces del Tesino han tenido relevancia en la reconstrucción de la historia evolutiva de las especies.
– El más reciente hallazgo: un caracol minúsculo cuya existencia ignoraba la ciencia y que sus descubridores denominaron ‘Graziana’.
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