Malos vientos soplan contra la energía eólica
Recortes al programa nacional de investigación y el lanzamiento de un referéndum amenazan con paralizar los proyectos para el despegue de la energía eólica en Suiza.
Grupos ambientalistas invocan razones de carácter estéticas en sus reservas.
Considerada desde hace años como una de la vanguardia, Suiza corre el riesgo de ser superada por otros países europeos en la investigación y desarrollo de energías renovables. Sobre todo la eólica, que se ve frenada por vientos desfavorables.
El primero en cortar el viento en popa de la energía limpia ha sido el pueblo suizo, que el pasado 18 de mayo se pronunció en referéndum a favor de la energía nuclear.
Los suizos rechazaron las dos iniciativas que proponían renunciar a la energía nuclear a breve y largo plazo, y potenciar en cambio la investigación y el empleo de fuentes energéticas alternativas.
La energía renovable en crisis
El veredicto popular favoreció en efecto a la decisión del Gobierno de sacrificar, bajo el altar del ahorro, la subvención de 55 millones de francos anuales acordada a «Suiza Energía.»
El programa federal de investigación y promoción de la energía renovable será una de las mayores víctimas del amplio plan de saneamiento de la Caja Federal, sometido al Parlamento.
Otra solución de financiamiento, como el impuesto energético, no parece muy realista teniendo en cuenta la prioridad política actual y el periodo de recesión económica que vive el país.
Suiza iría de esta forma a contra corriente de otros países europeos que han decidido de apostar por nuevas fuentes de energía, no sólo para proteger el medio ambiente, sino también para aprovechar un mercado en pleno crecimiento.
Oposición popular
Con relación a otras energías limpias, el viento se enfrenta a una fuerte oposición popular. Una ráfaga de recursos llovió por ejemplo contra el parque eólico de Crêt- Meuron (cantón de Neuchâtel), el segundo previsto en Suiza, y que debería contar con 7 torres con hélices.
Entre los opositores figuran también, paradójicamente, la Fundación para la Protección del Paisaje y diversos ecologistas y amantes de la naturaleza que luchan por salvaguardar la región del Jura, la más apropiada para sacar provecho de la fuerza del viento en Suiza.
«Los parques eólicos fastidian el paisaje sin resolver en lo más mínimo los problemas energéticos. Para sustituir la energía producida por las centrales nucleares se necesitaría miles de instalaciones eólicas», sostiene el ingeniero Bernard Chappuis, directivo de la asociación opositora.
«El parque de Crêt-Meuron produciría electricidad para entre 4 y 5 mil núcleos familiares» afirma a su vez Martin Kernen, responsable del Centro de información «Suiza Eólea», organización encargada de la promoción de este tipo de energía en Suiza.
Coartada política
Según el proyecto de la Confederación, la energía renovable debería,en el 2010, producir el 1% de las necesidades nacionales en electricidad. Al menos una quinta parte de esa catidad sería generada gracias al viento.
Objetivos sumamente modestos en comparación con otros países europeos. En Alemania, la energía eólica cubre el 3,5% del consumo de electricidad; en Dinamarca el porcentaje es de 18%.
«La costa danesa tiene un régimen de vientos 4 veces superior al nuestro», subraya Bernard Chapuis. «Aquí la energía eólica no es más que un pretexto político para tranquilizar nuestra conciencia ecológica y así dar la impresión de que algo se hace en el campo de las energías renovables», agrega.
Para Bernard Chapuis, promotor de un manifiesto nacional contra los parques eólicos, Suiza debería apuntar antes que nada al ahorro energético y al desarrollo de la energía geotérmica si un día quiere renunciar a la nuclear.
Sentencia decisiva
«Los opositores a la energía eólica tienen un retraso de cinco años en sus análisis. Las instalaciones eólicas son cada vez más potentes y más aprovechadas en regiones similares a las nuestras, como en el sur de Alemania. En Austria la producción de energía eólica supera en 25 veces a la de Suiza», rebate a su vez Martin Kernen.
«Los parques eólicos son apoyados por la mayoría de asociaciones ecológicas suizas tales como el WWF y Pro Natura, que tienen una visión más global de la protección del medio ambiente» sostiene el representante de «Suiza Eólica».
«A nuestro juicio, la energía eólica es la mejor manera de salvaguardar el paisaje, no produce emisión de CO2 (dióxido de carbono) que amenaza con provocar graves daños al medio ambiente. Los cataclismos naturales tienen un impacto más negativo sobre el paisaje que las instalaciones eólicas», agrega Kernen.
Esta batalla, que se libra al unísono con argumentos ecológicos, ha sido sometido a veredicto del Tribunal Administrativo de Neuchâel, encargado de pronunciarse sobre los recursos de los opositores.
Su decisión podría sellar el destino de otros 10 parques eólicos proyectados por la Confederación y por las empresas eléctricas del Jura en la región pre-alpina.
swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción: Alberto Dufey)
El desarrollo de la energía eólica amenazada en Suiza.
La Confederación tiene previsto construir 10 parques eólicos.
Organizaciones ecológicas también se oponen a este tipo de energía.
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