«Amo al auténtico tesinés que vive en los valles», Dimitri

Clown, mimo, actor, escenógrafo, director, cantante, experto en vestuario, propietario de un teatro y director de un museo: todo ello es Dimitri, el clown más famoso de Suiza. Ha sido galardonado con premios como el Grock y el anillo Hans Reinhart. Sobre su intensa relación con el Tesino, donde nació hace 66 años, escribe para swissinfo el propio Dimitri:

El hecho de ser tesinés me ha ayudado en la carrera, aunque no me considero un verdadero tesinés, ya que tengo también raíces suizas alemanas y hasta un poco de sangre rusa.

Es seguro que amo al Tesino, a Ascona, donde nací. Sin embargo, como muchos otros tesineses «de raza», me considero un cosmopolita, un ciudadano del mundo, más que un tesinés.

Crecer en Tesino ha sido una buena oportunidad porque conozco un idioma más y sobre todo porque, con una profesión como la mía, he podido adquirir una gestualidad viva y un entusiasmo para contar cosas sobre uno mismo, dotes típicas de los latinos. El Tesino es, en esto, un pueblo latino y eso me gusta.

Amo sobre todo al auténtico tesinés que aún vive en los valles y que posee un carácter espontáneo, bueno, abierto; que es agudo y tiene sentido de humor. Quiero mucho a este tipo de tesinés.

El Tesino es también una tierra de artistas, de los que soy amigo.

Sin embargo, el Tesino se refleja poco en mi trabajo, porque en el arte que yo practico no se usa casi para nada la palabra. La escuela que hemos creado está basada en la mímica: casi el 80% de las expresiones la dan el movimiento, la danza, los juegos de habilidad, las acrobacias y las improvisaciones.

En Verscio, cerca de Locarno, estamos casi de casualidad, porque el destino así lo ha querido. El Tesino me alienta en lo que hago, aunque confieso que hubiera podido trabajar en cualquier otro sitio. Lo importante es tener amigos y el apoyo de la gente y del Estado (lo cual no siempre se da, aunque no estoy aquí para lamentarme).

Intento ofrecer cultura y hacer cosas que diviertan, que todos comprendan y no sólo los tesineses. Para demostrarlo, ahí está el público, muy heterogéneo, que sigue los espectáculos de Verscio.

Al Tesino de la cultura y del arte no pretendo transmitir ningún mensaje, porque no me siento un santón que tenga cosas particularmente interesantes que decir. Pero podría dar un consejo.

Propongo continuar por el mismo camino que han elegido los artistas tesineses o que viven en el Tesino y que yo conozco. Es decir: seguir haciendo lo que uno está haciendo sin desmoralizarse porque una parte de la población ignore el arte, es más, que no considere que es algo importante.

Otro consejo sería el de no dejarse desmoralizar por las pocas subvenciones y ayudas públicas, las cuales, digámoslo, a veces se quedan muy justas, en el límite inferior.

Al final, la alegría y la sonrisa del público son la mejor subvención para el espíritu de un artista.

Dimitri