La vivienda de madera más antigua de Europa
La Casa Bethlemen de Schwyz tiene más de 700 años, queda en la Suiza central y ha sobrevivido a varios percances -entre ellos un incendio-, y a muchas generaciones que la habitaron. Hoy está considerada como la casa de madera más antigua en Europa.
Retrocedamos en el tiempo: es verano de 1287 en Schwyz, Suiza central; cuatro años antes de que los tres cantones primitivos firmaran el Pacto Federal que marcó el nacimiento de la Confederación Helvética.
Una familia pudiente construye con afán su vivienda de madera de dos plantas.
Los troncos son del bosque local y un maestro carpintero se encarga de dar forma a la casa.
Es probable que la familia se sintiera orgullosa de su nuevo hogar, cómodo y de diseño moderno, que comulgaba con el concepto de bloque habitable sobre una planta práctica.
La familia –cuyo nombre se desconoce–, la hizo seguramente con la esperanza de que durara mucho tiempo y sirviera a sus futuras generaciones.
Y así fue. 700 años más tarde, la Casa sigue en pie. Hoy es un museo (en el espacio de Ital-Reding) y está reconocida como la casa de madera más antigua de Europa.
El destino quiso que la Casa Bethlehem sobreviviera no sólo a los devastadores efectos del tiempo -como el incendio que en el siglo XVII destruyó gran parte del pueblo-, sino también a las disputas como la de 2001 que dio lugar al desmontaje de una casa más longeva en Nideröst (de 1176) y situada muy cerca.
Paz y prosperidad
Schwyz es una comuna rural que durante siglos ha edificado su prosperidad sobre la base de la paz y la continuidad. La Casa Bethlehem pertenece a un grupo de 12 viviendas históricas en el cantón. Además de estar entre las más antiguas de su género en Europa, muchas de ellas están aún habitadas.
«El aspecto de esas casas pueden dar hoy la impresión de granjas sencillas, pero en otra época sólo los ricos podían permitirse viviendas tan complejas y cómodas», explica Markus Bamert, conservador del Patrimonio Histórico de Schwyz.
La población menos pudiente vivía en cabañas de madera mucho más simples que ya han desaparecido.
Los primeros habitantes de la Casa Bethlehem fueron acaudalados, pero se supone que trabajaban mucho para serlo. La agricultura era la base de su subsistencia, aparte de completar su haber con servicios militares y tareas en la administración de la ciudad.
Aunque la mayoría de las habitaciones son pequeñas y bajas, aún hay gente que vive en ellas y constituye el secreto para la longevidad de las casas.
El arqueólogo Georges Descoeudres investigó cuidadosamente un grupo de casas señoriales en Schwyz. Averiguó, entre otros, la edad de los edificios acudiendo a la dendrocronología para establecer la edad de la madera observando las estrías del árbol.
«Estas casas han sobrevivido al tiempo porque fueron habitadas y mantenidas. Si una casa deja de ser habitada comienza a desaparecer», precisa Descouedres.
Vida nueva
La Casa Bethlehem, dividida en dos viviendas, estuvo habitada hasta la década de 1980. En su actual condición de museo recibe la dedicación necesaria para conservarla en buen estado.
En el vecino pueblo de Steinen restauran hoy una casa erigida en 1320. Bamert supervisa la obra, hace que empleen los materiales adecuados y cumplan las normas exigidas para la conservación de monumentos.
Le alegra que una familia joven vaya pronto a vivir en esa casa con historia centenaria y la llene de vida nueva.
Es inevitable que este tipo de casas antiguas hayan cambiado de aspecto, que hayan sido modificadas o reconstruidas. El paso de los siglos trajo consigo nuevas exigencias de comodidad e hizo que las generaciones jóvenes adapten sus viviendas según sus deseos.
De ahí que se retiraran o movieran algunas paredes o se añadiera otro piso encima de la cocina abierta. En general las ventanas cambian primero, pero una mirada atenta permite incluso a los ojos inexpertos diferenciar el original de cualquier elemento incorporado.
Pese a esos cambios los expertos pueden establecer de qué época proviene la madera empleada en la construcción de una casa, siempre y cuando los cimientos, las paredes y los puntales estén en buen estado.
La Casa Bethlehem -tan antigua como la iglesia Notre Dame en París- está considerada actualmente como la casa de madera más antigua. No obstante, en Europa del Este queda todavía una gran cantidad de casas cuya edad no ha sido averiguada. No se descarta que allí haya alguna mayor que la Casa de Schwyz.
Viviendas movibles
Las casas medievales en Schwyz no sólo han sido modificadas o reconstruidas en el tiempo, sino que muchas de ellas fueron probablemente desmontadas en más de una ocasión para transportarlas a otro sitio.
En la Edad Media y principios de la era moderna no era extraño llevar las casas a otro lugar, señala Descouedres. Era una práctica corriente.
«En el siglo XVI hubo incluso un empresario que construyó viviendas en un lugar para venderlas y moverlas», dice el arqueólogo.
Desmontar una casa y reconstruirla en otra parte era más económico y demoraba menos que la construcción de una nueva. Algunas familias solían llevar su hogar si debían cambiar de domicilio por razones de trabajo.
Si una casa era víctima de un incendio, el dueño podía comprar una nueva en algún lugar para reconstruirla en su terreno.
«Eso lo sabemos por documentos escritos y en parte debido a las excavaciones arqueológicas», explica Descouedres. Un estudio del cantón Appenzell llega a la conclusión de que aproximadamente el 20% de las casas de madera antiguas fueron cambiadas de lugar.
La Casa Bethlehem no corre de momento el riesgo de ser movida porque tiene un lugar fijo en el espacio de Ital-Reding y permite a los visitantes un viaje hacia el pasado lejano.
(Traducción: Juan Espinoza)
Las casas de madera eran más agradables que las de piedra en el clima templado de Europa central. De ahí que la gente viviera sobre todo en casas de madera durante la Edad Media.
Para construirlas no era suficiente el saber, sino también varios obreros.
La madera era tallada en la región durante el invierno y se la trabajaba mientras estaba fresca y moldeable. Cuanto más fresca la madera, más sencillo era cortarla.
La Casa Bethlehem y otras del mismo tipo corresponden a las viviendas hechas con la técnica de bloque y maderos ensamblados. Durante la construcción se utilizaban únicamente clavos de madera, porque los de metal eran muy caros entonces.
La construcción era realizada entre la primavera y el otoño, exigía mucha dedicación y mucho trabajo en equipo.
Las casas eran muy oscuras y ahumadas. Las pocas ventanas serían hoy demasiado pequeñas, con tragaluces de unos 40 a 15 centímetros, y las habitaciones muy reducidas con apenas 1,90 metros de altura.
No tenían chimenea, el humo del fogón abierto salía por los tragaluces de las ventanas y las tablillas del techo.
Ese humo protegía la madera, la ennegrecía y la endurecía como una piedra.
Los techos eran hechos con tablillas de madera oprimidas con piedras.
En una casa como esas vivían normalmente entre 15 y 20 personas. Pasaban la mayor del tiempo trabajando al aire libre y la casa servía sólo para comer y dormir.
El nombre y el blasón de Suiza se remontan a la ciudad de Schwyz que queda entre el Lago de los Cuatro Cantones y el pequeño lago de Lauerzer.
En 1291, los pueblos primitivos de Uri, Schwyz y Unterwalden se unieron para crear una alianza.
En 1315 vencieron en la batalla de Morgarten a las tropas de los Habsburgo (Austria).
Posteriormente, los tres pueblos decidieron fortalecer su alianza firmando en diciembre de 1315 el Pacto Federal.
Al consolidar la Confederación se puso mayor énfasis en la ‘política exterior’ común.
En el museo del Pacto Federal, en Schwyz, se encuentran, junto con el acta de fundación de 1291, otros documentos importantes de la época inicial de la Confederación.
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