Daniel Vasella es la fórmula del éxito de Novartis

Daniel Vasella lleva al frente de Novartis desde su fundación en 1996. Novartis

El presidente de Novartis estima que una fusión con su principal rival Roche tendría un impacto positivo sobre Suiza y su industria farmacéutica.

No obstante, en una entrevista concedida a Robert Brookes, Vasella asegura no estar seguro de que se produzca la fusión.

Daniel Vasella afirma que el 32,7% que Novartis controla en el capital de Roche constituye una inversión estratégica a largo plazo. En su opinión, una fusión entre los dos grupos contribuiría a generar empleo en Basilea y a reforzar la competitividad.

Lleva siete años al frente de Novartis, que dirige desde su fundación en 1996, y desempeña los cargos de presidente del consejo de administración y director ejecutivo de la empresa – un doble mandato que defiende.

Novartis y su máximo dirigente se han convertido en estos momentos en una de las empresas suizas que figura entre los líderes mundiales.

El pasado mes, Daniel Vasella fue distinguido, por tercer año consecutivo, como el ‘presidente de consejo de administración distinción del año’ que otorga un grupo de expertos suizos del sector de las finanzas y los negocios.

¿Cuál es la fórmula de semejante éxito? Su estrategia, su visión y una gestión de empresa viable. Según la encuesta, Novartis fue destacada como la empresa suiza con el mejor consejo de administración, delante de Nestlé y el banco UBS.

A este éxito profesional se suma la aparición de un libro autobiográfico, publicado en inglés por Harper Business: ‘Magic Cancer Bullet’ (Una bala mágica contra el cáncer).

Además de la enfermedad y la muerte de su hermana Ursula, Daniel Vasella cuenta cómo lanzó el desarrollo de Gleevec – que fuera de Estados Unidos se conoce como Glivec -, un medicamento que muchos consideran como el más prometedor de los que se han descubierto contra el cáncer.

swissinfo: ¿Adónde se dirige Novartis? ¿Cuál es su estrategia?

Daniel Vasella: Ante todo, nos concentramos en el sector de la salud, y más concretamente en los productos farmacéuticos. Esa es nuestra prioridad. La innovación es el factor clave del éxito y a la que consagramos toda nuestra energía.

Ya no es un secreto que Novartis se plantea una fusión con Roche. ¿Qué ventajas aportaría? ¿Y por qué cree que la fusión es la mejor fórmula?

El interés primordial de este país es preservar una industria farmacéutica muy fuerte y cabe destacar cómo este sector ha logrado consolidarse en los últimos años.

Hoy, tenemos que hacer frente a empresas rivales cuyo tamaño es mucho mayor que el nuestro y esto, obviamente, nos sitúa en una situación de competitividad en la que es imprescindible luchar con determinación. El tamaño de una empresa no es el único factor clave del éxito, pero sí es un elemento importante.

¿Una fusión no acarrearía la pérdida de cientos, por no decir miles de empleos?

No creo. La fusión de la que nació nuestra empresa (Ciba-Geigy y Sandoz se fusionaron en 1996 para fundar Novartis) ha demostrado que, a medio plazo, no se han suprimido, sino que se han creado puestos de trabajo.

Tras una primera eliminación los dobles cargos, creamos nuevos empleos. Hoy, tenemos más que antes de la fusión, incluso en Suiza. Una situación que debemos un crecimiento sano y a nuestra competitividad.

Ante la perspectiva de que llegara a concretarse una fusión con Roche – que no deja de ser una mera hipótesis – yo soy muy optimista, porque significaría un impulso tanto para la creación de empleo en Basilea y en el resto de Suiza, como para nuestra capacidad competitiva.

Usted está considerado como uno de los altos ejecutivos suizos más dinámicos y carismáticos. ¿Qué es lo que le mueve?

Cuando a uno le hacen esa pregunta, uno se pregunta qué hay detrás…

Creo que, ante todo, se necesita mucha lucidez, ser consciente de que los elogios son efímeros. Pueden desaparecer tan rápido como surgen.

Si lo que quiere saber es qué me proporciona satisfacción, entonces le contesto: cuando logramos sacar al mercado un fármaco innovador y capaz de cambiar la vida de muchas personas. Esto tiene un gran significado para nosotros y es la razón de ser de nuestra empresa.

Usted es uno de los pocos ejecutivos que desempeña a la vez el cargo de presidente del consejo de administración y director ejecutivo de una sociedad suiza. ¿No hay en ello un conflicto de intereses?

Francamente no veo ninguno. Creo que cerca del 50% de los máximos ejecutivos suizos y el 80% de los estadounidenses compaginan las dos funciones.

La tendencia a separarlas se debe principalmente al hecho de que la gente cree que se puede controlar mejor las cuentas cuando se separan.

Comparto este punto de vista en los casos donde no exista otro mecanismo de control: ahí sí es importante separar los dos cargos. En nuestro caso tenemos a un director independiente que preside las reuniones de dirección cuando yo estoy ausente, y que tiene la misión de verificar que yo mismo cumpla mis funciones debidamente.

En nuestra estructura empresarial yo soy el único que depende de la empresa. Y debo agregar que en el consejo de administración estamos satisfechos con este sistema organizativo.

¿Piensa quedarse en Novartis hasta su jubilación o tiene otras ambiciones profesionales?

No. Pienso que me quedaré hasta jubilarme, cuando quiera que sea. Espero que llegar con serenidad a la fin de mi mandato y que no se me excluya antes, como ocurrió en muchos otros casos.

Sin duda hay cosas a las que me gustaría dedicarme después. Nuestra familia ha creado una fundación privada. Me gustaría lanzar proyectos en los países en desarrollo, especialmente para los niños: pero no me refiero a mandar únicamente dinero, sino a involucrarme personalmente. Me encantaría.

Entrevista swissinfo: Robert Brookes
(Traducción: Belén Couceiro)