Dos voluntarios suizos en APO Mallku
Astrid Feusi y Jorge Mendoza trabajan como voluntarios de E-CHANGER en la ONG indígena APO Mallku, con sede en Oruro, Bolivia.
Feusi, quien en un primer momento tuvo el apoyo del Servicio Alemán por la Paz (y la cooperación oficial alemana), tuvo un rol muy importante de acompañamiento en el proceso de pacificación.
“No fue para nada fácil. Se sentía siempre una gran tensión. Había mucha violencia y me tocó ser testigo de experiencias muy crudas que enlutaron a las comunidades indígenas”, explica a swissinfo
Tampoco fue sencillo su apoyo al proceso de construcción de la paz en tanto cooperante mujer.
“ Los dirigentes de las comunidades tardaron bastante en escucharme y reconocerme. No siempre aceptaban hablar conmigo o consideraban mis sujerencias y proposiciones. Les chocaba que yo hablara en público o que condujera un carro. Tampoco era simple la relación con los representantes de las autoridades”, recuerda.
Gran conocedora y estudiosa del conflicto que enfrentó a los ayllues del norte de Potosí y del sur de Oruro, Feusi cita algunas de las consecuencias actuales del mismo: “numerosos huérfanos; traumas profundos en las comunidades; tierras quemadas o arrasadas…”
De pronto…la oportunidad
Un momento importante para destrabar esa situación fue cuando los grupos indígenas confrontados entendieron que la causa esencial de la tensión era estructural y se trataba especialmente de la pobreza que azotaba a todos.
“A partir de entonces fue más simple buscar caminos de salida y sostener juntos la propuesta del Plan de Desarrollo Estratégico para la pos-guerra”
Jorge Mendoza, suizo-boliviano y antiguo colaborador de Radio Lora de Zürich, apoya a APO Mallku en los ámbitos de reforzamiento institucional e información-comunicación.
“No se trata sólo de construir una página web o editar un periódico. La tarea es más ardua. Comienza en la promoción de la comunicación dentro del mismo equipo de animadores, al interior de la ONG”, indica.
“Empecé poniendo carteles a la entrada de las distintas oficinas con información útil, para unos y otros, que antes no circulaba”, explica Mendoza, quien basado en Cochabamba tiene un intenso plan de actividades mensuales.
“Quince días trabajo en la ciudad, y el resto del tiempo recorro las comunidades en carro, a pie o en cualquier medio. Algunas de ellas se encuentran a muchas horas de viaje en caminos casi instransitables”, señala
Para Cancio Rojas, uno de los aportes fundamenteles de los voluntarios suizos es el “metodológico”. “Algunos de nosotros tenemos estudios universitarios, pero esa formación terciaria no siempre nos dota de instrumentos concretos para aplicar los conocimientos”, reflexiona.
¿Aporte lineal y simple el de los cooperantes extranjeros? “Para nada. No faltan los celos de algunos de los intelectuales bolivianos con quienes deben trabajar los voluntarios. Ese contacto interpersonal nos enseñó mucho”, señala Rojas.
“Aprendimos de los dos lados. Los cooperantes a entendernos y conocernos mejor y nosotros, a definir nuevos parámetros de profesionalización. Lo importante ha sido la sinergía. Todos, colaborando para lograr el objetivo principal, es decir, favorecer a las comunidades indígenas”.
swissinfo, Sergio Ferrari
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