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México y Brasil dejan su impronta en Davos

El canciller brasileño Amorim recibió en nombre de Lula el Premio al 'Estadista Global', con el que el WEF quiso destacar los ocho años de mandato de Lula. Keystone

El Foro de Davos en Suiza cerró su 40ª edición sin despejar las dudas sobre la firmeza de la reactivación económica, debido a los problemas presupuestarios de ciertos Estados.

Brasil y México reafirmaron en el evento su peso en la élite mundial del WEF. Además, el grupo suizo Nestlé anunció una inversión de unos 400 millones de dólares en México hasta 2012.

Ambos países marcan cada vez más distancias con el resto de América Latina, que parece alejarse de este centro de poder identificado con el liberalismo, salvo unas pocas excepciones.

Si el caso de México es más bien comprensible, ya que su presidente Felipe Calderón es uno de los escasos mandatarios de derecha en América Latina, lo de Brasil es más atípico y está vinculado con la apertura de su jefe de Estado, Luiz Inacio Lula da Silva, que tan buenos resultados le ha dado.

Ausente por un problema de salud, Lula fue consagrado por el Foro de Davos como su ‘Estadista Global’ por el balance de una gestión que concilió crecimiento económico y justicia social, y destrozó los prejuicios de la élite mundial.

Además, en el sector de los negocios, el grupo suizo Nestlé, número uno mundial del sector alimentario, anunció el sábado una inversión de unos 400 millones de dólares en México de aquí a 2012, destinada principalmente a crear la planta procesadora de café soluble más grande del mundo.

Déficits públicos

El Foro de la localidad suiza de Davos terminó sin despejar las dudas sobre la firmeza de la reactivación económica, debido a los problemas presupuestarios, mientras que la batalla por la regulación bancaria pareció inclinarse del lado del mundo político.

Los déficits públicos serán uno de los “mayores problemas” en los “cinco, seis o siete próximos años, según los países”, declaró el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Dominique Strauss-Kahn, en un debate sobre perspectivas económicas.

La preocupación de la élite mundial reunida en el Foro Económico Mundial (WEF) se ha centrado principalmente en Grecia, cuyas desastrosas finanzas públicas se han convertido en un dolor de cabeza para toda la zona euro.

Presente jueves y viernes en Davos, el primer ministro griego Giorgos Papandreou intentó tranquilizar a los mercados y a sus socios europeos, asegurando que su país no necesita ayuda externa para salir de la crisis.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó su primera intervención en el Foro de Davos para reivindicar el historial cumplidor de la economía española y pedir confianza en su país. Zapatero aseguró que el déficit público bajará el 3% del PIB en 2013.

Según Strauss-Kahn, uno de los desafíos más delicados para los gobiernos consiste en elegir el buen momento y el buen ritmo para desmantelar las medidas excepcionales de apoyo a la economía adoptadas en el momento más agudo de la crisis. “Si salimos demasiado tarde habrá un derroche de recursos y eso abultará la deuda pública, y debemos evitarlo. Pero si salimos demasiado pronto, el riesgo es aún mayor”, dijo, evocando una posible recaída en recesión.

En lo referente a las perspectivas económicas para 2010, Strauss-Kahn se mostró prudente, a pesar de que el FMI acaba de revisar al alza, a 3,9% del PIB (Producto Interior Bruto), sus proyecciones de crecimiento mundial: “El crecimiento vuelve más rápido de lo previsto, pero no hay que olvidar que este crecimiento es aún demasiado frágil porque una gran parte del mismo está sostenido por fondos públicos y la demanda privada todavía es débil”, explicó.

Mayor control de bancos

Otro tema de inquietud y polémica en Davos ha sido la ofensiva contra los bancos para un mayor control de sus actividades, anunciada por el presidente norteamericano, Barack Obama, la semana pasada y a la cual se sumó en Davos el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy.

Como era de esperar, la mayoría de los banqueros reaccionó de manera virulenta contra este intento de reforzar la regulación del sector para reducir las excesivas tomas de riesgos, responsables para muchos en gran parte de la crisis financiera.

En ese sentido, varios ministros de Finanzas, gobernadores de Bancos Centrales y banqueros se reunieron en privado el sábado para discutir esos proyectos de regulación. Entre los participantes estuvieron, entre otros, la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, su homólogo británico Alistair Darling y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.

Barney Frank, presidente de la comisión de servicios financieros de la Cámara de Representantes norteamericana, quien también participó en la reunión, juzgó que los banqueros privados comprendieron la necesidad de regulación: “Va a haber regulación, lo entienden. Estamos listos para hablar de la forma de alcanzar ese objetivo”, dijo.

OMC y ciberataques

Por otra parte, el Foro de Davos también dio lugar el sábado a una mini reunión ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio) sobre las estancadas negociaciones de la Ronda de Doha, marco en el cual Brasil sugirió una cumbre de líderes para dar impulso final a las discusiones.

Como todos los años, Davos no se ocupó sólo de economía, finanzas y política, sino también de un amplio abanico de cuestiones, muchas de ellas de vanguardia, como es el caso de los recientes ciberataques sufridos por Google y lanzados desde China según el motor de búsqueda en Internet.

En ese marco, el jefe de la agencia de telecomunicaciones de la ONU, Hamadoun Touré, declaró el sábado que el mundo necesita un tratado para defenderse de los “ciberataques” antes de que se transformen en una “Ciberguerra” o “Guerra en Internet”.

Iván Turmo, swissinfo.ch y agencias

El Foro Económico Mundial (WEF) fue fundado hace 40 años por el alemán Klaus Schwab, entonces profesor de Negocios en la Universidad de Ginebra, como una organización promotora del debate a favor de una economía global y socialmente responsable.

Desde su primera edición, el WEF se celebra en la estación alpina de Davos, cantón de los Grisones (Suiza oriental).

El trabajo es tan intenso dentro del Centro de Convenciones como fuera de él. El WEF 2010 permite a los representantes de grandes bancos, como UBS, Credit Suisse, Deutsche Bank o Morgan Stanley, discutir sobre su futuro, de cara a una serie de legislaciones internacionales que restringen cada vez más su capacidad para especular o pagar sueldos millonarios a sus empleados.

La estructura del WEF está conformada por representantes de las 1.000 compañías más rentables del orbe y por 200 directivos de empresas pequeñas en países desarrollados.

Al WEF 2010 asisten: 1.400 empresarios, 30 jefes de Estado, 72 ministros, 101 dirigentes de ONG, cerca de 200 catedráticos universitarios y unos 200 líderes mediáticos.

Sólo el 15% de los asistentes al WEF 2010 son mujeres. A escala mundial la mujeres ocupan sólo el 2,5% de los puestos directivos en las empresas.

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