MassChallenge toca a la puerta de Suiza
Los emprendedores helvéticos con ambiciones globales tienen problemas para encontrar mercados y apoyo locales. Cada vez más buscan suerte en Estados Unidos. MassChallenge, programa de apoyo a empresas emergentes (start-ups), se propone impulsar los negocios entre Suiza y Estados Unidos.
Todo comenzó con una tortilla de maíz -o mejor dicho, la falta de tortillas en su ciudad de adopción, Zúrich. El mexicano Carlos Ruíz llegó a Suiza para estudiar Ciencias Políticas y mientras preparaba un Máster, sintió el impulso de hacer realidad un negocio que le rondaba por la cabeza: una máquina para hacer tortillas y pan que funciona con cápsulas instantáneas muy parecidas a las del café Nespresso.
Ruíz era consciente de que para triunfar con su compañía Flatev (abreviación de flatbread evolution) y dado el carácter global del proyecto, pues «todas las culturas tienen una variedad de pan plano (sin levadura)», tenía que probar suerte en el mercado estadounidense. La cuestión era saber cómo. MassChallenge, una aceleradora de empresas emergentes, la mayor de su índole y con sede en Boston, le brindó la respuesta.
Amir Eldad, responsable de expansión internacional de MassChallenge, presentó recientemente el proyecto a un puñado de periodistas en la Embajada de Estados Unidos en Berna. Además de aumentar su visibilidad, el objetivo era mostrar que el programa no se limita al estado de Massachusetts, como parece indicar su nombre. De hecho, hoy tiene un centro en Israel, prevé inaugurar uno en Londres y abrir más en otros lugares del mundo. Y, según Eldad, Suiza reúne los requisitos para convertirse en uno de sus hubs globales.
¿Qué ventaja ofrece un pequeño país europeo con una población de apenas ocho millones de habitantes?
«En Suiza y en otros países, el ecosistema del capital de riesgo del ecosistema no es tan sólido como debería, así que podemos brindar ayuda al respecto”, explica Elkdad. «Se han aunado esfuerzos en lo que es la tecnología, pero no tantos en el aspecto del negocio – necesitamos un mejor equilibrio entre la creación tecnológica y el apoyo comercial».
«Suiza es un país brillante en invención, pero quizás no tanto en innovación», afirma el profesor Rico Baldegger, de la Escuela de Negocios de Friburgo, uno de los socios de MassChallenge. «Este año confiamos en tener cuatro o cinco candidatos de la región de Friburgo y Berna inscritos a MassChallenge».
La otra cara de la moneda es que Suiza reúne muchas condiciones positivas, subraya Ruíz. Sus inversores quisieron que creara la empresa en Zúrich, donde no paga impuestos sobre las ganancias de capital, y todos sus colaboradores en tecnología se titularon en la renombrada Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), dice.
Cualquier empresa emergente en fase inicial, con o sin ánimo de lucro, de cualquier país o sector económico puede presentar su candidatura a MassChallenge. De los miles de personas que lo intentan, solo 128 aprueban las dos etapas de selección.
Durante cuatro meses, los finalistas se mudan a Boston, donde tiene sede MassChallenge, para trabajar con un mentor, establecer contactos y elaborar un plan de expansión.
MassChallenge no tiene participación en las compañías que pasan por el programa, sino que recibe financiación de una serie de corporativos asociados.
Mientras los programas de apoyo a empresas emergentes de Swissnex para facilitar el acceso al mercado estadounidense se limitan a las start-ups de Suiza, MassChallenge está disponible para todo el mundo y, por ende, goza de bastante competitividad.
De los 3.547 candidatos de 58 países que se presentaron el año pasado, solo tres eran de Suiza y solo uno –el Flatev de Ruíz- consiguió clasificarse entre los 128 finalistas.
Beneficios mutuos
MassChallenge nació tras estallar la crisis financiera de 2008, cuando sus fundadores se percataron de la gran necesidad de encontrar compañías extranjeras dispuestas a invertir y generar empleo en Estados Unidos. Durante el programa, los participantes del mundo entero se mudan a Boston, se les busca un mentor que les ayuda a ganar visibilidad y obtener asesoramiento profesional para lanzar su empresa – y con un poco de suerte incluso una filial en Estados Unidos.
«Esperamos que las compañías que participan en MassChallenge tengan mucho éxito y se planteen invertir en Estados Unidos», afirma Scott Woodard, consejero económico de la embajada estadounidense en Berna. Según el diplomático, su país gasta hoy 250 veces más que Suiza en apoyar a las empresas emergentes, las denominadas start-ups.
Dorian Credé, antiguo estudiante de la EPFZ fundó WikiRating, plataforma de colaboración masiva que realiza clasificaciones financieras a tiempo real, como alternativa a entidades tradicionales como las agencias de notificación Moody’s, Fitch o Standard & Poor’s. Este año se presenta a MassChallenge con un proyecto de empresa de base tecnológica (spin-off): una aplicación con la que las empresas obtienen respuesta inmediata sobre sus productos y servicios de una plataforma de colaboración masiva. En cualquier lugar fuera de Estados Unidos sería difícil lanzar un proyecto como este, cuyo éxito depende del número de usuarios, asegura Credé.
«Aquí en Suiza, es muy duro vender productos y servicios para los que se necesita mucha gente».
«Las mayoría de los grandes descubrimientos de IT se registran en Estados Unidos, porque tiene un mercado inmenso, con un mismo idioma y una mentalidad bastante abierta”, agrega. «Estos factores constituyen una gran ventaja si los comparamos con Europa, donde los mercados están muy fragmentados”.
Si el programa selecciona su candidatura, Dorian Credé no tendrá más remedio que separarse de su esposa embarazada y mudarse a Boston durante cuatro meses. Pero está convencido de que el esfuerzo merece la pena, porque es una oportunidad para entrar en un mercado importante como el estadounidense, lo que hoy no es fácil de conseguir.
Espacio para crecer
Niccolo Iorno, director del proyecto de innovación Swissnex Boston, señala que los programas de empresas emergentes como MassChallenge, venture leaders y CTI Market Entry camp, por citar solo algunos, ayudan a start-ups suizas a entrar en Estados Unidos con el objetivo de que generen empleo – pero han tardado en echar el balón a rodar.
«Recibo muchas preguntas de empresas emergentes suizas que quieren venir y crear una oficina aquí (en EEUU). Y aunque disponen de un par de profesionales en desarrollo empresarial y comercial, no han alcanzado aún la masa crítica», sostiene Iorno. «Pero creo que, al final, lo conseguirán».
Ruiz ya tiene empleados en Boston y se dispone a lanzar su producto, primero, en Estados Unidos. Pero los últimos pasos son los más complicados: la puesta a punto del último 10% del producto para que sea asequible y asegurar las fuentes de financiación para su producción. Para conseguir recursos económicos se ha dirigido, sobre todo, a inversores extranjeros de Brasil, Gran Bretaña y Francia – y no de Suiza, el país donde más le ha costado conseguir empresarios dispuestos a invertir importantes sumas de dinero.
«Hay un momento en la empresa emergente en el que, si quieres crecer mucho, algunos inversores aquí son muy reacios a asumir riesgos y resulta más fácil buscarlos en el extranjero».
Traducción del inglés: Belén Couceiro
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