
El opositor cubano Ferrer acepta el exilio, pero no como parte de una negociación con EEUU
La Habana, 3 oct (EFE).- El histórico opositor cubano José Daniel Ferrer está dispuesto a marchar al exilio, pero no acepta que el Gobierno cubano utilice su salida en una «vergonzosa» negociación más amplia con Estados Unidos, confirmaron a EFE este viernes dos fuentes cercanas al disidente.
Su hermana Ana Belkis Ferrer publicó en redes sociales una carta manuscrita del opositor encarcelado en la que asegura que las autoridades cubanas quieren que «haga declaraciones o que pida a la embajada de EE. UU. y a la iglesia católica que inicien un diálogo».
«José Daniel Ferrer aceptó el destierro, pero aún no sabemos si se va a concretar porque la dictadura quiere obtener beneficios y José Daniel no va a acceder a ninguna negociación», explicó a EFE la hermana del opositor.
La alegría inicial de la familia por la posible salida de prisión de Ferrer -desde donde ha denunciado maltrato y repetidas palizas- se ha tornado ahora en «algo muy frustrante», agregó Ana Belkis Ferrer.
«Es muy duro todo lo que están viviendo», aseguró la hermana con respecto a Ferrer y toda su familia directa aún en la isla. «No todo ser humano estaría dispuesto a pasar por eso: es un martirio constante», añadió.
El manuscrito de cuatro páginas de Ferrer explica el proceso de toma de decisiones que le llevaron a aceptar su salida forzada de Cuba por motivos políticos tras años de negarse a contemplar esa opción, asumida por decenas de activistas y disidentes cubanos en los últimos años.
«Ante las constantes manifestaciones de la policía política para que me fuera de Cuba, terminé aceptando la salida al exilio», subraya.
Sin embargo, recalca que prefiere su «muerte en este campo de concentración al estilo nazi y hasta el sacrificio» de su familia, antes de condicionar su exilio a unas declaraciones pactadas o a una petición de diálogo de La Habana con EE.UU. y la iglesia católica.
«Estoy listo para morir, pero no para vivir sin honor, sin dignidad», destaca y agrega: «No saldré bajo las presiones y juego sucio de los esbirros de la tiranía».
Asegura que tomó esta decisión en primer lugar «por la seguridad» de su familia, que ha sufrido una «despiadada persecución», y también por «la frustración» que le produjo «la desunión, el sectarismo y la falta de efectividad de la oposición dentro y fuera de Cuba en la lucha por la libertad y el bienestar» en la isla.
Lamenta asimismo la «postura cómplice o débil del mundo libre hacia una criminal tiranía», porque a su juicio sólo Washington «mantiene una postura firme contra el régimen comunista y verdaderamente solidaria con la oposición pacífica y el pueblo cubano».
Ferrer recuerda a su vez que ha sufrido «brutales golpizas, torturas, humillaciones, amenazas hasta de muerte y otros trato crueles inhumanos y degradantes», así como el robo en prisión de alimentos y productos de aseo por parte de «la peor dictadura que ha conocido el continente americano».
La carta fue escrita el 10 de septiembre, pero sólo ha sido difundido por la familia ahora, al ver que el Gobierno cubano no acepta el exilio incondicionado de Ferrer. «Determinamos publicarlo para que toda la gente pueda saber», indicó Ana Belkis Ferrer.
Ferrer, uno de los 75 presos políticos de la Primavera Negra de 2003, ha pasado en prisión en Cuba más de la mitad de los últimos 20 años. Está considerado «preso de conciencia» por Amnistía Internacional.
El disidente fue uno de los presos por motivos políticos que fue excarcelado a principios de año en el marco de un acuerdo entre La Habana y Washington mediado por el Vaticano. Pero esta medida fue revocada tres meses más tarde y desde entonces se encuentra en la cárcel. EFE
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