
En Netflix o Prime Video, París se convierte en capital de las comedias románticas

Después de «Emily en París» en Netflix, la Ciudad de la Luz se confirma como la capital de la «rom com» (romantic comedy) con el éxito mundial de «El verano en que me enamoré», cuya tercera temporada en Amazon Prime Video se sitúa en un París de postal muy diferente de la realidad.
Esta última temporada, que ocupó el primer puesto en Prime Video en 120 países tras su estreno en julio, finalizó a finales de septiembre con la marcha a París de la protagonista, la estudiante estadounidense Isabel «Belly» Conklin (Lola Tung), que intenta distanciarse de un triángulo amoroso.
Al igual que para muchas otras heroínas de ficción antes que ella, la capital francesa se convierte en el escenario en el que «Belly» renacerá, en un París estereotipado con camareros irritables, deliciosas pastelerías y calles fotogénicas.
Jenny Han, autora de la novela en la que se inspira la serie, soñaba con rodar en París siguiendo los pasos de la actriz británica Audrey Hepburn, cuyos papeles más importantes en los años 1950 y 1960 se situaron en la capital francesa («Charada», «Funny Face», «Cómo robar un millón y»…).
«Es tan icónico ver a Audrey Hepburn en París, encontrar su lugar y convertirse en una mujer joven, que pensé que sería encantador que Belly siguiera ese camino», declaró Jenny Han a Los Angeles Times, añadiendo que la serie se adaptaría ahora a la gran pantalla.
– «Versión retocada» –
De hecho, mucho antes de Belly o Emily, de la serie de Netflix, París ya fue el escenario de películas románticas en la gran pantalla.
En 1951, «Un americano en París», de Vincente Minelli, narraba las tribulaciones amorosas de Gene Kelly y Leslie Caron en la Ciudad de la Luz. Precisamente hay un guiño sobre este clásico en el episodio final de «El verano en que me enamoré».
«París encarna el amor que trasciende el mundo corriente, una trascendencia más allá del tiempo y el espacio», analiza Waddick Doyle, profesor de comunicación internacional en la American University de París.
Pero lo cierto es que la serie de Prime Video muestra la ciudad en una visión mitificada y edulcorada, una crítica que ya se hizo a «Emily en París», donde todo el mundo vive en hermosos barrios.
«Cuando los medios de comunicación extranjeros retratan París, lo convierten en una caricatura lisa. Es una tradición bien arraigada, que asigna a París un papel del que no puede salir», dice a AFP Lindsey Tramuta, una autora estadounidense afincada en París cuyo nuevo libro («New Paris») desmonta los clichés sobre Francia.
La mayoría de las escenas parisinas de «El verano en que me enamoré» se rodaron en barrios turísticos, como Montmartre, donde Belly consigue milagrosamente alquilar un gran apartamento con vistas al Sacré Coeur mientras compagina varios trabajos de estudiante.
«Hay momentos en los que puede resultar problemático cuando lo que se muestra es una versión retocada, casi aséptica, de ese lugar que no refleja la realidad», considera Tramuta.
Pero esto no disuade a los fans de «El verano en que me enamoré», que acuden en masa a la capital. A finales de septiembre estaba previsto un crucero por el Sena para seguir los pasos de Belly, pero tuvo que cancelarse por motivos técnicos.
Los seguidores de «Emily en París» continúan yendo al restaurante parisino Terra Nera, donde se sitúan varios episodios de esta serie que perpetúa una visión idealizada de la ciudad.
«¿Por qué no se puede mostrar el verdadero París y hacer que también haga soñar?», se pregunta Tramuta.
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