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Futbolistas con sello de calidad helvética

Los jóvenes futbolistas aprenden de su ídolo, el internacional suizo Tranquillo Barnetta. Keystone

En 2008 se celebra la gran fiesta del fútbol continental. Suiza quiere ganar la Eurocopa que se disputa en su propio país. El ambicioso objetivo del entrenador nacional contrasta con el estatus de la 'Super League' como liga de formación.

En la actualidad, existen cerca de 70 jugadores alpinos con contrato en diferentes clubes europeos. Es el destino de los clubes suizos: regularmente los mejores de ellos emigran a otros campeonatos.

Los futbolistas formados en Suiza son, hoy en día, un ‘producto muy solicitado’. Como relata la revista ‘EuroSoccer’, 37 profesionales están integrados en clubes europeos de gran nivel.

A los que hay que sumar otros 35 talentos, que todavía aspiran a su gran éxito en las divisiones inferiores de equipos foráneos.

En el césped internacional y en la selección nacional destacan nombres como: Tranquillo Barnetta (Bayer Leverkusen/Alemania), Philippe Senderos (Arsenal/Inglaterra) Ludovic Magnin (Stuttgart/Alemania), Gökhan Inler (Udinese/Italia) o Xavier Margairaz (Osasuna de Pamplona/España), entre otros.

Pero el auge del fútbol suizo también tiene otro gran protagonista. Alguien no muy conocido fuera del mundo deportivo: Hansruedi Hasler. El director técnico de la Asociación Suiza de Fútbol (ASF) renovó las estructuras de trabajo con los jóvenes de las categorías inferiores al final de los años 90.

El milagro

El sistema del pedagogo pronto comenzó a dar sus frutos: los equipos inferiores suizos eran temidos por las ‘potencias’ del fútbol. El clímax se alcanzó en 2002, cuando Suiza logró alzarse con el título de campeón europeo sub 17. Con una alineación en la que se encontraban, por ejemplo: Barnetta, Senderos o Ziegler.

Tras este gran éxito pasó algo que, hasta entonces, era impensable. Los seleccionadores de las naciones ganadoras que, anteriormente se burlaban del fútbol suizo, comenzaron a viajar a Suiza para entender los secretos de Hasler y sus colegas. También llamó la atención de los ‘cazatalentos’ que vieron en el país alpino un filón para obtener jugadores brillantes.

La ley del mercado

Como resultado, hoy en día Suiza es un estado muy valorado como proveedor de nuevos talentos en el mercado globalizado del fútbol europeo.

Algo que vivió muy de cerca el verano pasado, el FC Zürich, último campeón de la liga nacional. Varios equipos extranjeros ficharon a gran parte de sus jugadores más determinantes: Gökhan Inler, Blerim Dzemaili, Xavier Magairaz, Steve von Bergen y el brasileño César.

¿Suiza como suministradora de materia prima de calidad en el ámbito del fútbol? “Para nosotros, sobre todo, es un piropo”, reconoce Hansruedi Hasler a swissinfo.

El director técnico de la ASF no está triste ante los limitados medios financieros tanto de la Asociación como de los propios clubes helvéticos. Tiene un lema pragmático dice: “trabajar lo mejor posible con los jóvenes valores nacionales”.

La ley del más fuerte en el aspecto económico, también vale en el mercado del fútbol, indica el jefe técnico de la ASF.

Es normal que haya que dejar marchar a los más grandes talentos de la 1ª Liga (primera división de la categoría de los aficionados) a las categorías superiores del fútbol nacional.

La continuidad de los equipos del país sufre cuando los buenos jugadores jóvenes se van fuera pero, desde el punto de vista deportivo, Hasler hace un balance positivo: “La mayoría de los profesionales suizos tienen suficiente nivel para jugar en el ámbito internacional, si no están lesionados”.

La vuelta

El entrenador nacional Köbi Kuhn espera mucho de los futbolistas que disputan ligas foráneas, sobre todo, pensando en la Eurocopa 2008 que se juega ante la propia afición. Él quiere ganar la competición.

Con su máxima de no convocar a los que son suplentes en el extranjero, se produjo un ‘retorno’ de nombres como: Marco Steller, Benjamin Huggel, David Degen y Raphael Wicky, que volvieron a sus equipos de toda la vida para tener más posibilidades de disputar el torneo.

Fallar es parte del negocio, especialmente en el fútbol internacional, algo que sabe bien Hasler. Al pedagogo le hace pensar que muchos talentos precoces se van al extranjero sin haber jugado en las selecciones juveniles o en la primera división, la ‘Super League’.

El riesgo

“Primero dos temporadas en primera, luego pueden salir” – recomienda Hasler. Uno que quiere “crecer demasiado rápido” es, por ejemplo, Davide Chiumiento. Cuando era adolescente se fue al Juventus de Turín, al lado de ‘dioses’ del balón como Del Piero o Buffon.

El chico del cantón de Appenzell hacía pocos progresos, así que después de su odisea volvió a Suiza para formar parte del Young Boys de Berna. Allí no triunfó y, ahora el ‘chico milagroso’ tiene que aceptar su última oportunidad en el FC Luzern, con 23 años.

Como Hasler dice, emigrar a otros campeonatos puede tener sentido para un chico de 17 o 18 años. Pero sólo si cambia a un club que cuide la formación. “Un ejemplo clásico es Johan Djourou, que se fue con 17 años al Arsenal”, explica Hasler. Con Djourou, era claro que tardaría dos o tres temporadas hasta que pudiera jugar en el primer equipo del club londinense.

El ejemplo clásico

Otro camino recorrió Barnetta. Formó parte de todas las selecciones inferiores de Suiza, jugó con el FC St. Gallen en la ‘Super League’ y luego debutó con el equipo nacional absoluto. En 2004, el ‘torbellino’ –por su brillante técnica- estaba listo para dar el salto a la ‘Bundesliga’, donde se asentó rápidamente.

Influenciado por la trayectoria ejemplar de Barnetta, Hasler creó un proyecto de planificación de la carrera y la trayectoria de los precoces deportistas.

Los jugadores jóvenes son más sensibles ante los momentos difíciles relacionados con la planificación de sus correspondientes carreras. En especial, a la hora de cambiar de club. El proyecto contó con mucha repercusión, señala Hasler.

Para Tranquillo Barnetta la Eurocopa 2008 podría ser la culminación de su trayectoria deportiva. Los jóvenes que un día quieren disfrutar de su posición en el equipo nacional ya están preparados.

swissinfo, Renat Künzi
(Traducción, Iván Turmo)

Con Phillipe Senderos como capitán y jugador más determinante, Suiza logró el triunfo en sus tres partidos de la primera fase ante Ucrania (3-1), Portugal (1-0) y Francia (2-1).

En los cuartos de final, los helvéticos golearon por 3-0 a Georgia. En semifinales, Suiza venció de nuevo por 3-0, en esta ocasión frente a la Inglaterra de Wayne Rooney.

La final se decidió por penaltis entre Suiza y Francia. Tras finalizar con empate a cero el encuentro, los galos Plessis y Samy Houri fallaron sus lanzamientos y Reto Ziegler aseguró la victoria de los alpinos por 4-2 al marcar el tanto decisivo.

El torneo se celebró en Dinamarca, durante los meses de abril y mayo de 2002.

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