
Gazatíes convertidos en influencers: ¿pueden las redes condicionar el curso de una guerra?
Óscar Tomasi
Madrid, 5 oct (EFE).- Ahmed se ha hecho viral convirtiendo en música el incesante zumbido de los drones israelíes; Jenaan tiene 10 años y muestra cómo era su vida antes y después de comenzar la guerra en Gaza; mientras que Sameh y Ramez reflejan en sus vídeos la destrucción de la Franja y el miedo que sienten sus familias con cada bombardeo.
Todos ellos cuentan con decenas de miles de seguidores en redes sociales y su contenido acumula millones de visualizaciones. Su labor como creadores de contenido o ‘influencers’ cobra especial relevancia en un conflicto como el de Gaza, donde se da una circunstancia que no se repite en todas las guerras: la prohibición de acceder a la prensa extranjera.
El caso de Ahmed Muin, músico de formación, es paradigmático: su popularidad se disparó cuando, aprovechando la continua presencia de drones israelíes por la zona -y junto a varios menores a los que da clase, encontró el tono y compuso un tema que utilizaba su zumbido como base.
Se hizo viral, salió en medios de comunicación y se cuentan por decenas las versiones hechas en todo el mundo con su tema.
«Ya ves cómo tenemos que vivir ahora mismo», señala a EFE en una videollamada Muin, mientras su móvil captura la desoladora destrucción a su alrededor en el campo de refugiados de Al-Zawaida, al oeste de la Franja.
Sólo unas horas antes, a través de una historia (‘story’) en Instagram, mostraba una visita al hospital con su hijo: «No tienen espacio dentro, así que tenemos que estar en la calle», explicaba a la cámara en modo selfi, con el menor a su espalda conectado a un gotero.
Un antes y un después del 7-O
«No hay palabras para describir cómo hemos vivido estos dos años, con miedo todos los días. E incluso algunas veces hemos creído que podían ser los últimos minutos de nuestras vidas», asegura Shuruoq, gazatí de 27 años que gestiona la cuenta de Instagram de su hermana Jennan, de solo 10.
Buena parte de su contenido refleja una vida acomodada antes de la guerra -baños en la piscina, paseos a caballo, visitas a parques infantiles- que cambia radicalmente a partir de la ofensiva israelí posterior al atentado cometido por Hamás el 7 de octubre de 2023.
«Mi hermana siempre ha querido ser ‘influencer’ o ‘youtuber’. Ahora no hay colegio y tampoco puede jugar fuera, porque es peligroso (..,..) Estamos viviendo los días más duros de nuestras vidas y pensamos que quizá las redes podían ser una vía para mantenerse ocupada y expresarse», apunta Shuruoq.
«¿Dónde se supone que tenemos que montar nuestra tienda de campaña? ¿En el cielo?», ironiza su hermana en uno de los vídeos, en alusión a las continuas ‘mudanzas’ con su familia: en estos dos años se han desplazado más de una decena de veces debido a la guerra.
Casi medio millón de seguidores acumula el futbolista Mahmoud Selme, quien se graba con un balón en medio de edificios en ruinas.
Otros 300.000 siguen a Ramez Kalmal, con un contenido mucho más duro: disparos, explosiones, los lloros de sus hijos y las dificultades para proporcionarles comida y medicinas. No muy distinto es el que publica Sameh Alhaddad: acaba de informar en Instagram de la muerte de su hermano pequeño.
¿Hasta qué punto influyen las redes?
La presión internacional sobre Israel fue aumentando con el paso de los meses y alcanzó su cenit este verano, con la decisión de una comisión independiente de la ONU de calificar como genocidio la masacre en Gaza, con más de 67.000 gazatíes muertos y el reconocimiento del Estado palestino por varios países.
¿Hasta qué punto ha podido influir en esos cambios la publicación de miles de fotos y vídeos por parte de los gazatíes sobre el terreno, y su viralización en las redes sociales más seguidas en todo el mundo?
«Creo que la continua evidencia documental de la destrucción y hambruna de Gaza ha jugado un rol clave en la creciente presión sobre Israel (…) Estos valientes ‘influencers’ palestinos, junto a los periodistas locales, han logrado dar un punto de vista del conflicto que solo podían aportar ellos», dada la ausencia de prensa extranjera, explica a EFE el experto Emerson T. Brooking, del centro de estudios Atlantic Council.
Autor de un libro de referencia sobre cómo las redes se han convertido en armas en contexto de guerra, Brooking defiende que a medida que «la opinión pública de muchos países se volvió contra Israel, muchos Gobiernos se sintieron interpelados a cambiar sus posiciones».
«Han documentado de la forma más cruda y masiva posible lo que estaba pasando», recalca, por su parte, la periodista española Carmela Ríos, experta en redes sociales y desinformación.
«Tener en redes permanentemente ese caudal de material es una metralla emocional lo suficientemente dura, potente, como para despertar las conciencias de muchos ciudadanos del mundo», añade.
Ríos destaca que los medios de comunicación han hecho un uso «muy profesional» de todo ese material, verificando y contextualizando hasta «tocar de lleno» el corazón de una opinión pública que, de no ser por el contenido publicado por los gazatíes, «no sabría exactamente qué está pasando, tendría los ojos cerrados». EFE
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