Italia encara una semana de pasión y «monotema» por el Festival de Sanremo
Roma, 5 feb (EFE).- Italia se prepara ya para una semana marcada en rojo en su calendario cultural, la del Festival de Sanremo, por el que hasta el sábado próximo pasarán viejas glorias y nuevos talentos de la «canción ligera» con la misión de obtener el pase a Eurovisión.
El certamen, en su septuagésimo tercera edición, empezará en la noche de este martes y concluirá el sábado con la proclamación del cantante o grupo campeón, que según el reglamento tendrá el derecho -pero no la obligación- de representar a Italia en Eurovisión.
Serán cinco noches de música que a buen seguro acapararán todo el debate y atraparán a millones de italianos delante de la pantalla de la televisión pública (el año pasado el anuncio de los ganadores, Mahmood y Blanco, obtuvo un 65 % de cuota de pantalla).
Porque Sanremo no es un festival de música más, sino todo un fenómeno social, casi una radiografía de los usos, costumbres y humor de la «italianidad», así como un trampolín que, desde su fundación en 1951, ha alumbrado carreras como la de Laura Pausini.
En sus eternas galas cabe de todo: homenajes póstumos, mensajes de todo tipo, guiños más o menos políticos y, año tras año, alguna que otra polémica. La primera, la intervención del presidente de Ucrania, Volódimir Zelensky, cuestionada y criticada por muchos.
Su presentador y director artístico, Amadeus, artífice de su modernización en las últimas cuatro ediciones, seguirá apostando por su exitosa receta: conjugar el paso de mitos vivientes de la «canzone leggera» italiana con las nuevas celebridades de internet.
Muestra de ello es que sobre el escenario del teatro Aristón estará acompañado por la «reina» de las «influencer», Chiara Ferragni, y por el mítico Gianni Morandi, ambos como «copresentadores».
En cuanto al funcionamiento de este concurso musical, competirán un total de 28 artistas con temas estrictamente inéditos: catorce se exhibirán en la primera noche, y la otra mitad en la segunda. El jueves cantarán todos y el viernes, víspera de la final, deberán interpretar clásicos de la música italiana.
En esta edición competirán algunos de los talentos descubiertos en los últimos años por Amadeus, antes más conocidos en la escena alternativa como Colapesce Dimartino, Coma_Cose, Madame o Tananai, este convertido en fenómeno tras quedar el último en 2022.
También concurrirá rostros conocidos de la historia de Sanremo como Marco Mengoni, que ganó la edición de 2013 con «L’Essenziale»; el joven cantante Ultimo; el grupo milanés Modà, la artista y modelo Elodie; la cantautora Levante o el dúo «dance» de Paola y Chiara.
Muestra de esta intención renovadora es que, además de la categoría de jóvenes promesas, más de la mitad de los artistas de la principal sección, 15, serán «novatos», entre estos el rapero Rosa Chemical, atacado por la ultraderecha por su estética ambigua y por un supuesto «mensaje a favor de la ideología del género».
El concurso también brindará actuaciones de bandas de renombre, conocidas en su jerga festivalera como «superinvitados», empezando por la banda romana de rock Maneskin, que regresarán dos años después de su triunfo «eurovisivo» y su conquista del mundo.
Pero por Sanremo también pasarán los internacionales Black Eyed Peas o Depeche Mode y, por primera vez en su larga historia, asistirá a la reunión un trío de excepción, el de Gianni Morandi, Al Bano y Massimo Ranieri. EFE
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