Joe Biden, un viejo león demócrata con aspiraciones presidenciales
Joe Biden, un político marcado por la tragedia y en el ocaso de una larga carrera, finalmente consiguió alcanzar la candidatura presidencial demócrata, apostando a que puede conquistar a los estadounidenses cansados de Donald Trump.
Si el mandatario republicano, que representa todo lo opuesto a Biden, llevó insolencia y ampulosidad a la Casa Blanca, Biden ofrece la seguridad de un autoproclamado conciliador con raíces de clase obrera y una sintonía personal con los votantes.
Con su cabello canoso, su atractiva sonrisa y ese aire de senador experimentado, representa la figura de un hombre bondadoso capaz de devolver la calma a una nación al borde de un ataque de nervios.
Y aunque Trump llama a Biden «Sleepy Joe» (Joe el dormilón), el demócrata se la juega a que, a fin de cuentas, los estadounidenses no tendrían problema en descansar un poco tras un turbulento gobierno republicano que hizo pedazos desde convenciones hasta tratados internacionales.
Trump resume su propia política en una máxima sucinta: «Ganar, ganar, ganar».
Biden, quien llegará a la Convención Nacional Demócrata que comienza el lunes con su flamante compañera de fórmula, Kamala Harris, asegura buscar algo más profundo: «Una batalla por el alma de Estados Unidos».
«Las familias trabajadoras precisan a alguien de su lado… porque ciertamente no tienen a nadie de su lado con este presidente», dijo Biden el miércoles. «Eso va a cambiar en la administración Biden-Harris».
– Un largo camino –
Trump tiene 74 años, pero Biden cumplirá 78 poco después de las presidenciales de noviembre, y de ganarlas se convertiría en el presidente más viejo en llegar a la Casa Blanca.
Pero al inicio de su carrera en el Congreso, Biden entró al Senado de Estados Unidos como uno de los parlamentarios más jóvenes en la historia.
Luego de tres décadas de servicio en el Capitolio, durante ocho años fue el vicepresidente de Barack Obama, el primer mandatario negro de Estados Unidos.
Biden, un pedazo de historia viviente, acumula junto a sus éxitos algunos traspiés, en particular dos intentos fallidos por llegar a la presidencia, en 1988 y 2008.
Incluso en esta carrera por la nominación demócrata arrancó con el pie izquierdo, con derrotas ante el aguerrido senador izquierdista Bernie Sanders en Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada.
Pero se recuperó en Carolina del Sur gracias al apoyo de los electores afroestadounidenses, una base fundamental de los demócratas.
– Un lado humano –
El mensaje de Biden está construido en buena parte sobre su asociación con Obama, quien aún mantiene su popularidad, y su propuesta de una política de moderación en momentos de profunda división.
Pero cuando sobresale es al exhibir su lado humano, en profundo contraste con el estilo de Trump, quien se presenta como un conquistador que jamás duda y todo lo puede.
En 1972, la primera esposa de Biden, Neilia Hunter, y la hija de ambos de un año, Naomi, murieron en un accidente de auto cuando estaban haciendo las compras navideñas, solo semanas después de que el político obtuviese un cargo como senador por Delaware.
La tragedia dejó a sus hijos Beau, de 4 años, y Hunter, de 2, con heridas graves. Biden, entonces de 30 años, realizó su juramento como senador junto a sus camas en el hospital.
Biden conoció en 1975 a Jill Jacobs, una maestra de Pensilvania. Se casaron dos años después y tuvieron una hija, Ashley.
Sus dos hijos varones se recuperaron del accidente y Beau siguió los pasos de su padre en la política, llegando a ocupar el cargo de fiscal general de Delaware, estado al que planeó presentar su candidatura antes de morir a los 46 años de un cáncer cerebral en 2015.
La entereza de este conocedor de los tejes y manejes de Washington ha impactado en muchos estadounidenses, incluso entre los que poseen empleos más humildes.
A comienzos de abril, durante una sesión de preguntas y respuestas con sus seguidores, Biden aludió a esa fortaleza de espíritu citando al primer ministro británico de la segunda guerra mundial, Winston Churchill: «Si estás atravesando el infierno, sigue adelante».
– El otro hijo –
Biden cuenta estas historias familiares con tanta frecuencia que, a pesar de su evidente dolor, se han convertido en parte de una marca política. Pero Hunter, su hijo menor, es otra historia.
Con una carrera accidentada como abogado y cabildero, Hunter consiguió entrar en el directorio de una compañía de gas ucraniana acusada de corrupción cuando Biden era vicepresidente.
Trump presionó a Ucrania el año pasado para que investigara el pasado de Hunter con la intención de atacar la candidatura de Biden, pero esto provocó un juicio político contra el presidente.
Una vez el tema del hijo de Biden se ha enfriado, Trump se ha concentrado en lo que él considera el frágil estado mental de su rival demócrata,a la vez que presume de sus propias capacidades, incluida la forma en que «superó» una prueba cognitiva.
«¿Por qué diablos iba a hacer un test?», dijo Biden este mes cuestionado por un reportero.
– «Tío Joe» –
Joseph Robinette Biden Jr nació el 20 de noviembre de 1942 y se crió en Scranton, Pensilvania, en el seno de una familia católica irlandesa. Su padre era vendedor de autos.
Biden hace gala de sus raíces de clase trabajadora y recuerda que cuando era niño tuvo problemas por un fuerte tartamudeo.
Se sobrepuso a esa condición y finalmente la vio como una bendición que le permitió «comprender el dolor de otras personas».
Conocido como «tío Joe», Biden es famoso por sus modales campechanos. Pero también por su propensión a las meteduras de pata en público y sus divagaciones, que han generado dudas sobre su agilidad mental.
La larga carrera política de Biden da pie a que Trump encuentre errores y momentos vergonzosos en su vida, pero esta extensa trayectoria también le da una ventaja: quedan pocos trapos sucios por desvelar, y en un momento turbulento, su experiencia puede resultar atractiva.
