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Jubilados suizos dan su experiencia en el Sur

La experta hotelera Elsbeth Fopp-Bögli con sus compañeras de trabajo en Nepal. E. Fopp

Desde hace 25 años la fundación suiza Swisscontac envía jubilados al extranjero para realizar proyectos de desarrollo y ayuda a las empresas.

La hotelera Elsbeth Fopp-Bögli trabaja en Nepal y en Chile. El experto Christian Boesch, en Rumania. La fundación suiza aprovecha sus conocimientos.

Justamente, la fundación suiza de cooperación técnica Swisscontact, trabaja en esos sectores desde hace ya un cuarto de siglo.

“La Fundación comenzó hace 25 años ofreciendo el trabajo benévolo de personas jubiladas como expertos consultores de PYMES”, explica a swissinfo, Ueli Stilli, jefe de comunicación de Swisscontact.

La Fundación se hace cargo de la ejecución de tareas que implementa a través de proyectos.

Recibe cerca de 3 millones de francos al año de manos de sus benefactores.

Los cantones y las comunas helvéticas cubre el 25% de este monto y el resto proviene de otras fundaciones, compañías y donantes privados.

Sin embargo, cabe destacar que los ingresos totales de la Fundación multiplican diez veces esa cifra.

Tan sólo del gobierno suizo, la Fundación recibe alrededor de 25 millones de francos anuales por la ejecución de mandatos, dirección de proyectos e indemnizaciones. Estos son algunos ejemplos de su intensa relación con las autoridades públicas.

“Swisscontact tiene unos 90 proyectos en pie”, indica Stilli. Uno de ellos es el del Programa de Expertos Jubilados (‘Senior Expert Programm’) que pone el acento en el asesoramiento empresarial.

Precisamente este cuerpo de expertos retirados es el que suscuta mayor atención en los medios de comunicación en el exterior.

Los trabajos más conocidos de las fundaciones de utilidad pública son las acciones de beneficencia y las colectas.

Sin embargo, ¿a quién se le ocurre que una fundación puede desarrollar como actividades principales la oferta de créditos comerciales, labores de consulta para la pequeña y mediana empresa o servicios financieros y administrativos?.

Fuente de la juventud

El concepto del Programa de Expertos Jubilados festeja este año sus 25 años de existencia.

Al concluir el 2002 los gastos de su labor llegaron a un poco menos de 600.000 francos suizos, una cifra pequeña para las casi 150 misiones desempeñadas en el mundo entero, en beneficio, sobre todo, de compañías pequeñas y medianas.

En los últimos años, este cuerpo de consejeros duplicó su personal a 470 expertos. Los participantes tienen en promedio 65 años de edad y 9% son mujeres.

Todos ellos, lejos de su lugar de origen, siguen siendo parte activa del desarrollo. Lo contrario de lo que se piensa de los jubilados de “la vieja guardia”.

Acción en las tierras de Drácula

El suizo Christian Boesch llegó a través del Programa de Expertos Jubilados a Transilvania, región conocida más por el castillo de Drácula que por sus empresas.

El ex diplomático y ex director de la Cámara de Comercio de Zúrich se enfrentó con una Transilvania en transformación.

Tras la era de Ceaucescu aparecieron en la zona rumana las nacientes industrias del papel, la imprenta, los textiles y las grandes panaderías. Todas luchaban por la obtención de préstamos.

Muchos rumanos que vivían en el exterior quisieron invertir;.El meollo del asunto era establecer estándares adecuados de calidad de producción.

“La gente comprendió completamente el principio de la economía de mercado”, indica Boesch, en conversación con swissinfo.

Ahora existe en la ciudad de Odorheiu una asociación que reagrupa a 130 compañías del sector artesanal y de la mediana empresa con una secretaría compuesta por cuatro empleados.

“Los rumanos necesitan del reconocimiento cuando algo les funciona bien”, indica Boesch, quien ahora conoce el temor que allí existe porque no se tienen los niveles de Occidente. “Pero han aprendido que en otros sitios también se cocina sólo con agua”.

Boesch espera ahora su siguiente misión: la organización de una cámara de comercio en Vietnam.

Mujeres y empleo hotelero en Nepal

La experta en hotelería, Elsbeth Fopp-Bögli, originaria de Davos, también tiene un amplio conocimiento que ofrecer. Lo ha cultivado en su larga trayectoria en ese sector, dentro y fuera de Suiza.

Ahora tiene 73 años de edad. Su primera misión en Swiscontact fue en 1997. Trabajó durante 10 semanas en Nepal.

“Allí se requería de la mano de obra masculina para el trabajo de camarista, ya que las mujeres no tienen permitido realizar esa actividad”, cuenta a swissinfo.

“Pero los hombres no conocen en casa las labores de limpieza de los baños. En el hotel, éstos deben ser limpiados conforme a los estándares de Occidente”.

Seguramente en Katmandú existe también un hotel Holiday Inn que funciona según las normas occidentales, “pero mi función era llevar esos estándares también a los hoteles de origen local”, explica Fopp-Bögli.

Una forma de atraer a los turistas de ultramar, que pagan con dólares, a diferencia de los huéspedes indios que llegan a Nepal con rupias.

Respeto a las canas

Otro capítulo es el trato que la dirección da al personal femenino.

En Katmandú, los directivos son los propios dueños de los establecimientos y no tienen preparación alguna en administración. Además, frecuentemente son indios que tienen dificultad en apreciar los valores de la cultura local.

Algunas de esas tradiciones desentonan con conceptos tales como el premio al rendimiento y el esmero por el progreso económico. “Reuniones de dirección diarias, estándares de comunicación vertical, acuerdos de conducta en vez de simpatías personales… todo eso debía ser introducido primero”, recuerda la experta hotelera.

“Como jubilada extranjera me convertí en una figura neutral y pude hacerme respetar por la jerarquía masculina”.

A esto se sumó el gran respeto que existe allí por la edad. “Las canas en Nepal son consideradas como símbolo de autoridad”, comenta Fopp-Bögli.

Ninguno de los miembros de la jerarquía del hotel consideró que Elsbeth Fopp le hiciera competencia o que era una figura que ponía en peligro su puesto de trabajo.

Dos años después de su labor en Katmandú, esta suiza de Davos visitó de nuevo a sus ex colegas de trabajo y corroboró con satisfacción que los estándares impuestos se mantienen. “Si uno es competente es aceptado en todos los sitios, incluso cuando no se habla la lengua local”, concluye Elsbeth Fopp sobre su experiencia en Nepal.

swissinfo, Alexander Künzle
(Traducción: Patricia Islas)

El Cuerpo de Expertos Jubilados de Swisscontact cumple 25 años.

Son consejeros temporales en pequeñas y medianas empresas.

470 personas integran el grupo de expertos.

Su promedio de edad es de 65 años.

9% son mujeres.

En 2003 realizaron 150 misiones, 60 en Latinoamérica, unas 40 en Asia y Europa del Este y 4 en África.

Christian Boesch, ex director de la Cámara de Comercio de Zúrich, hizo una labor de consultoría para una asociación empresarial en la región de Transilvania.

Elsbeth Fopp-Bögli ha realizado diversas misiones como experta hotelera en Nepal y Chile. Se ha encargado de dar formación a los ejecutivos de los establecimientos.

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