La imputación de Mogherini golpea la credibilidad de la UE en un momento delicado
Laura Zornoza
Bruselas, 3 dic (EFE).- La imputación de la antigua jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini -junto a otro alto funcionario europeo y un directivo del Colegio de Europa- por un caso de corrupción con fondos comunitarios ha vuelto a golpear la credibilidad e imagen de las instituciones europeas en «el peor momento posible», según analistas.
Los cargos de fraude y corrupción en la contratación pública, conflicto de intereses y violación del secreto profesional imputados a Mogherini, Stefano Sannino y Cesare Zegretti recuerdan al caso de presuntos sobornos a eurodiputados por parte de Catar y Marruecos en 2022 y, como ya sucediera entonces, supone una herida autoinfligida en una UE que lucha por mantener su relevancia en una escena internacional cada vez más polarizada.
Si bien aquel caso fue mucho más espectacular, con el padre de una de las implicadas sorprendido mientras trataba de huir con cientos de miles de euros en una maleta, el actual puede hacer más daño a la imagen de la UE, ya que salpica a un organismo central en la arquitectura institucional europea y a una de las universidades donde reciben formación de posgrado muchos futuros funcionarios de la capital comunitaria.
«Hay una suerte de complacencia de la élite europea que se siente por encima de la ley», lamenta en conversación con EFE Alberto Alemanno, fundador de la organización The Good Lobby.
Los caminos cruzados de Mogherini y Sannino (él comenzó su mandato como secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior justo tras la salida de Mogherini) y el hecho de que la Comisión Europea de la que fue vicepresidenta la italiana financie las actividades del Colegio de Europa del que ahora es rectora echan más leña al fuego de las sospechas de la Fiscalía Europea contra el Fraude (EPPO).
En el centro de la investigación está la adjudicación al Colegio de Europa del contrato para poner en marcha la Academia Diplomática de la UE, una iniciativa impulsada por el eurodiputado socialista español Nacho Sánchez Amor y que tuvo entre sus principales valedores a Josep Borrell, alto representante de la UE mientras Sannino era secretario general.
Por el momento, ni Sánchez Amor ni Borrell han sido nombrados en la investigación y ninguno ha querido hacer comentarios.
La EPPO investiga si el Colegio de Europa fue informado de antemano sobre los criterios de selección del procedimiento de licitación para este programa para jóvenes diplomáticos y tenía motivos suficientes para creer que se les adjudicaría antes de que el Servicio Europeo de Acción Exterior publicase el anuncio de licitación.
El medio especializados en información europea Euractiv ha revelado, por ejemplo, que el Colegio de Europa había adquirido un edificio adicional en la ciudad de Brujas antes de conocerse quién se había hecho con la licitación para el piloto del proyecto, en la que compitieron otras cinco instituciones educativas.
Más allá del caso judicial, en el que se mantiene la presunción de inocencia de todos los implicados según insiste la EPPO, la implicación de estas dos entidades dará munición a populistas y euroescépticos para atacar al proyecto europeo y cuestionar su credibilidad.
«¿La prestigiosa ‘escuela de perfeccionamiento’ de la UE para eurócratas está ahora bajo investigación por acceso privilegiado a licitaciones? Ni guionizado saldría así. Es curioso cómo Bruselas da lecciones sobre el Estado de derecho, mientras que sus propias instituciones parecen más una serie policíaca que una unión que funciona», decía en redes Zoltan Kovacs, el portavoz del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Alemanno apunta a que el daño a la reputación del proceso de integración europeo es «irreversible» con un caso como este y lamenta que es «difícil imaginar un momento peor para que la UE enfrente un caso de integridad».
«Es Europa quien paga el precio más elevado de este tipo de revelaciones. En un momento tan delicado, cuando Europa está intentando tener una voz sobre la escena geopolítica, intentando jugar un papel en el proceso de paz en Ucrania e intentando defenderse de los ataques de Estados Unidos, todo esto daña a Europa», dijo.
Para Alemanno, el caso pone de relieve la necesidad de que la Unión Europea se dote de un organismo específico, más allá de la Fiscalía Europea, con su propia policía y sistema judicial dedicado a investigar delitos relacionados con las instituciones, para descargar de responsabilidad a un sistema belga que fue pensado con un alcance nacional y no para investigar delitos que involucran, por ejemplo, fondos europeos. EFE
lzu/ahg/ajs
(foto)(vídeo)