
La Unión Africana suspende a Madagascar de todas sus actividades por el golpe de Estado
Nairobi, 15 oct (EFE).- El Consejo de Paz y Seguridad (CPS) de la Unión Africana (UA) suspendió este miércoles a Madagascar de todas las actividades de la organización hasta que restaure el orden constitucional, tras el golpe de Estado militar que este martes derrocó al presidente Andry Rajoelina.
Tras celebrar una reunión de emergencia para analizar la situación del país insular del sudeste de África, el CPS decidió «suspender inmediatamente a la República de Madagascar de la participación en todas las actividades de la Unión, sus órganos e instituciones, hasta que se restablezca el orden constitucional en el país».
En un comunicado, el Consejo condenó «enérgicamente la toma del poder por parte de los militares» y rechazó «rotundamente el cambio inconstitucional de gobierno» en Madagascar, pues es una «flagrante violación de los principios e instrumentos normativos de la UA».
El CPS también exigió a las Fuerzas Armadas malgaches que defiendan «urgente e incondicionalmente el principio de constitucionalismo y se abstengan de injerencias adicionales en los procesos políticos de Madagascar».
De no hacerlo, advirtió, el Consejo «impondrá sanciones específicas contra todos los actores involucrados en el golpe de Estado militar».
También reclamó un restablecimiento «rápido y completo del orden constitucional mediante un gobierno de transición dirigido por civiles y la organización, lo antes posible, de elecciones libres, justas, creíbles y transparentes».
Asimismo, el organismo instó al pueblo malgache a «mantener la calma, absteniéndose de todo acto que pueda fomentar la violencia y a priorizar los intereses supremos del país», por lo que pidió «un diálogo nacional inclusivo y la unidad nacional para la resolución pacífica de la crisis en el país».
Por último, el Consejo subrayó la necesidad de que la UA envíe «inmediatamente» una delegación de alto nivel a Madagascar para «dialogar con las partes interesadas con miras a abordar los desafíos del país».
Este martes, el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT) -unidad de élite que controla la logística militar- anunció la derogación de la Constitución y la toma del poder desde el Palacio Ambotsirohitra, sede de la Presidencia malgache.
Su jefe, el coronel Michael Randrianirina, líder del golpe de Estado, proclamó: «Vamos a asumir nuestras responsabilidades, vamos a tomar el poder», en respuesta a la grave crisis política desencadenada por las protestas populares que sacuden el país desde el pasado 25 de septiembre.
Randrianirina informó de la creación de un consejo integrado por el Ejército, la Gendarmería y la Policía Nacional, con posible participación de civiles, que ejercerá las funciones del jefe de Estado durante un periodo de transición de hasta dos años.
El golpe de Estado supuso el derrocamiento de Rajoelina, que huyó del país sin haber presentado su dimisión, como exigían las manifestaciones lideradas por la juventud.
Madagascar atraviesa una profunda crisis desde el 25 de septiembre, cuando estallaron masivas protestas encabezadas por jóvenes de la generación Z indignados por los constantes cortes de electricidad y agua.
Las movilizaciones evolucionaron rápidamente hacia un movimiento antigubernamental que reclamaba la dimisión de Rajoelina, acusado de corrupción, nepotismo y malversación de fondos públicos, y que se resistía a abandonar el poder pese a la presión en las calles.
Antes de la asonada del martes, Madagascar había experimentado tres golpes de Estado desde su independencia de Francia: en 1972, 1975 y 2009.
El CAPSAT ya participó en el golpe de 2009, que derribó al entonces presidente, Marc Ravalomanana, y permitió llegar por primera vez al poder a Rajoelina.
Tras dimitir en 2014 como líder de la autoridad de transición, Rajoelina, un expinchadiscos de 51 años, ganó las elecciones de 2018 y logró un segundo mandato emanado de las urnas en los comicios de 2023, que sus rivales denunciaron como plagados de irregularidades. EFE
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