
Las redes sociales, el elefante en la habitación de la inseguridad de menores en Ecuador
Quito, 7 oct (EFE).- El acceso desmedido a redes sociales, además de la situación familiar, el entorno y el riesgo de desastres, entre otros, juegan un papel fundamental en la inseguridad a la que se exponen los menores en Ecuador, según una investigación sobre ‘El uso de internet y las violencias digitales que afectan a niñas, niños y adolescentes’, de la fundación ChildFund.
El estudio, que recogió y analizó datos oficiales de diferentes instituciones, como Ministerios y la Fiscalía, así como del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), concluyó que uno de cada diez encuestados ha sido víctima de ‘grooming’ (acoso sexual ejercido por un adulto sobre un menor) a través del uso de estas plataformas, como WhatsApp o TikTok.
“En mi escuela, a una niña de 10 años, un señor de cuarenta años se hizo pasar por una de 11 años para mentirle. La niña desapareció”, explicó una menor de la ciudad de Ambato, en la provincia de Tungurahua, recogida en el estudio.
El ‘grooming’ es uno de los riesgos más altos que se ha incrementado en la última década. En 2014 se registraron 22 denuncias a escala nacional, mientras que ese número ascendió a 124 demandas en 2024.
Además, el estudio identificó al menos 22 tipos de riesgo y violencias a las que se enfrentan los niños en el país andino. Entre ellos, incluyendo el ‘grooming’, se encuentra la suplantación de identidad, el ciberbullying (acoso digital), servicios sexuales y sextorsión, donde un 3,5 % de adolescentes reconocieron haber enviado fotos íntimas bajo presión y uno de cada diez reportó el robo de sus cuentas.
Desconocen el origen de la violencia
Más del 50 % de quienes sufrieron violencia digital desconoce de dónde viene la violencia y un tercio de ellas declaró que vino de amigos, compañeros de colegio y exparejas.
Sin embargo, la Fiscalía, el Ministerio del Interior y otros especialistas identifican que los principales actores que ejercen esta violencia digital contra los menores son depredadores sexuales, ciberacosadores, productores distribuidores de contenido inapropiado y estafadores en línea.
ChildFund cataloga las redes como “paradojas contemporáneas” porque, si bien el 50 % las utiliza para hacer tareas de la escuela, plataformas como Tik Tok y Whatsapp se han convertido en “vectores de amenazas para niños, niñas y adolescentes”, dijo.
Falta de respaldo institucional
Solo el 14,2 % de los menores denunció agresiones en línea ante la Policía y la Fiscalía registró 1.584 casos de contacto con fines sexuales por medios electrónicos entre 2014 y 2024, de los cuales el 70 % no recibió sentencia.
Para la organización, además de la ausencia de recursos técnicos, económicos y humanos, la invisibilización de la violencia digital en registros oficiales también limita la respuesta estatal.
“El 30 % de los casos judiciales se archiva por interpretaciones restrictivas que exigen daño físico, ignorando el impacto psicológico de agresiones en línea”, según testimonios del Departamento de Consejería Estudiantil de la provincia andina de Imbabura.
Además, el 46,3 % de las víctimas desconoce como denunciar agresiones digitales.
Entre otras razones para ello, figura la brecha digital entre las zonas urbanas y rurales, donde las comunidades indígenas de entornos menos urbanizados enfrentan una doble exclusión: falta de acceso y mayor exposición a redes de explotación digital. EFE
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