
Los nuevos soldados de la Guardia Suiza juran por primera vez ante León XIV
Ciudad del Vaticano, 4 oct (EFE).- Los veintisiete nuevos soldados de la Guardia Suiza, el histórico ejército que protege a los papas, han pronunciado este sábado su juramento solemne de servicio, en una ceremonia en el Vaticano a la que asistió León XIV.
Esta ha sido la primera vez que un pontífice acude al juramento de la Guardia Suiza desde que en 1968 lo hiciera Pablo VI, según recordó durante el acto el coronel Christoph Graf.
La ceremonia en el Patio San Damaso del Palacio Apostólico fue seguida atentamente por León XIV, sentado en un sillón, y empezó con los nuevos soldados desfilando con sus yelmos y corazas y con la lectura del juramento por parte del capellán.
«Juro servir fiel, leal y honradamente al pontífice reinante, León XIV, y a sus legítimos sucesores, y dedicarme a ellos con todas las fuerzas, sacrificando si es necesario mi vida en su defensa», dicta la fórmula proclamada ante los presentes en voz alta.
Acto seguido, los nuevos reclutas marcharon por el patio vaticano para jurar uno a uno, agarrando el estandarte de la Guardia Suiza con la mano izquierda y alzando la mano derecha con tres dedos en señal de respeto a la Santísima Trinidad.
«Yo, alabardero, juro observar fiel, leal y honradamente todo lo que en este momento me ha sido leído. Que Dios y nuestros Santos Patronos me asistan», fueron proclamando.
La ceremonia contó con la presencia de autoridades civiles y eclesiásticas vaticanas y helvéticas, como la presidenta de la Confederación suiza, Karin Keller-Sutter, que en la víspera se reunió con el papa, y con los parientes y amigos de los nuevos soldados.
Al término, el pontífice estadounidense agradeció el servicio del este cuerpo militar y lo puso como ejemplo para los jóvenes.
«Vuestro juramento es un testimonio muy importante en el mundo de hoy porque nos permite comprender la importancia de la disciplina, el sacrificio y de vivir la fe en un modo que verdaderamente habla a todos los jóvenes sobre el valor de dar la vida, de servir y pensar en los demás», ensalzó el papa León.
La Guardia Suiza, en colaboración con la Gendarmería vaticana, se hace cargo de la seguridad y protección de los papas desde que se pusieran a servicio de Julio II en el remoto año 1506.
Su juramento solemne se celebra cada año el 6 de mayo, fecha en la que se conmemora a los caídos durante la protección de Clemente VII durante el famoso y sangriento ‘Saqueo de Roma’, la invasión de la capital pontificia en 1527 por las tropas de Carlos V.
No obstante, este año no pudo celebrarse el 6 de mayo y se tuvo que posponer debido a la muerte del papa Francisco, el 21 de abril.
En la actualidad, la Guardia Suiza, reconocible por su colorido uniforme, se encargan de garantizar la seguridad del papa, controlar los accesos al Vaticano y al Palacio Apostólico, cuidar de los cardenales durante el periodo de ‘sede vacante’ o representar a la Santa Sede en ceremonias y audiencias de Estado.
Los nuevos soldados deben cumplir unos severos requisitos para ser aceptados en este cuerpo histórico: ser «exclusivamente» hombres, de nacionalidad suiza y católicos, contar con una reputación y salud intachable, estar entre 19 y 30 años y superar los 174 cm de altura.
Además, en el momento de acceder a la Guardia, deben ser solteros y no podrán casarse hasta que cumplan los 25 años y siempre y cuando se comprometan a permanecer otros tres años en servicio. EFE
gsm/rod