
Los partidos europeístas de Rumanía contienen a los ultras pero sufren grandes pérdidas
Luis Lidón
Bucarest, 2 dic (EFE).- Los partidos europeístas de Rumanía lograron contener a la extrema derecha en las elecciones parlamentarias del domingo, pero la fuerza del voto ultra apunta a que el prorruso Calin Georgescu tiene opciones de vencer en la segunda vuelta de las presidenciales.
Tres formaciones ultranacionalistas, lideradas por la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) con el 18,2 %, se hicieron casi con un tercio de los votos, 10 puntos porcentuales más que en las elecciones europeas de junio pasado.
Mientras, los partidos de la actual gran coalición -el PSD socialdemócrata (22,3 %) y el PNL liberal de derechas (14,2 %) – perdieron más de 15 puntos porcentuales.
Eso sí, el PSD logró mantener la primera posición pese a haber perdido seis puntos porcentuales con respecto a las elecciones de 2020.
Las cuatro fuerzas europeístas -además de PSD y PNL, la centrista USR (12,1 %) y el partido magiar UDMR (6,4 %)- suman ahora en total un 55 %, lo que les permitiría controlar las dos cámaras del Parlamento si logran llegar a acuerdos.
Este resultado supone un varapalo para las formaciones tradicionales, que parecen haber sufrido un voto de castigo a causa de la alta tasa de inflación, que alcanzó el 10 % en 2023 y se prevé en un 5 % para este año.
Gran enfado popular
Oana Popescu-Zamfir, directora del think tank Global Focus, señaló en unas declaraciones a EFE que esta gran coalición dejó la oposición en manos de los ultranacionalistas y castigó especialmente al PNL, que durante años había criticado la corrupción y el clientelismo del PSD.
«Existe un gran enfado popular con la gran coalición: la gente percibe a los dos partidos como la misma cosa y los relacionan con una alta inflación. Eso se tradujo en un voto protesta», explica.
La analista destacó especialmente el desplome del PNL, muchos de cuyos votantes se sienten «traicionados» por una coalición que no comprenden.
«Los liberales han perdido parte de su electorado, lo que parece beneficiar a los radicales», resumió Popescu-Zamfir.
El PSD y el PNL atraviesan un momento de debilidad tras la dimisión de sus líderes por los malos resultados en la primera vuelta presidencial, en la que Georgescu obtuvo un 23 % de los votos, cuando las encuestas apenas le otorgaban apenas el 6 %.
La otra formación europeísta, la USR, cuya líder, Elena Lasconi, se medirá con Georgescu en la segunda vuelta presidencial, no logró capitalizar el desplome del PNL.
La formación ultranacionalista que más creció fue AUR, que duplicó su apoyo respecto a 2020 con un mensaje irredentista y populista.
Su líder, George Simion, tiene prohibida la entrada en Moldavia y Ucrania debido a que las ideas que promueve su partido -una unión con Moldavia-, atentan contra la unidad territorial y la soberanía de esos Estados.
Simion, que durante la campaña prometió que si llegaba al poder Rumanía dejaría de ofrecer ayuda militar a Ucrania, captó gran parte del voto de castigo contra los partidos tradicionales.
El próximo gobierno, sea del color que sea, heredará una situación complicada.
Enorme déficit
La economía rumana, que hasta hace poco era una de las más dinámicas de la región, se ha desacelerado y se estima que apenas crecerá un 1,4 % en 2024.
El déficit fiscal es uno de los más altos de la Unión Europea (UE), superando el 8 %, muy por encima del límite del 3 % establecido por Bruselas, lo que probablemente obligará a tomar medidas impopulares de ajuste.
El visto bueno de la Comisión Europea a los planes de consolidación fiscal es imprescindible para recibir decenas de miles de millones de euros en fondos europeos hasta 2027.
Sólo en fondos de cohesión, Rumanía recibió en 2023 unos 6.000 millones de euros, un dinero imprescindible para modernizar el segundo país más pobre de la UE.
Las elecciones legislativas estuvieron ensombrecidas por la victoria de Georgescu en la primera ronda presidencial una semana antes, gracias a una sofisticada campaña en TikTok en la que, afirma, no invirtió nada, lo que generó sospechas de financiación irregular e injerencias extranjeras.
Debido a estas sospechas, el Tribunal Constitucional de Rumanía se reunirá este lunes para decidir si anula o valida la primera ronda presidencial.
Una posible anulación añadiría más incertidumbre y polarización, ya que podría generar la percepción de que los partidos tradicionales (PSD y PNL) intentan manipular el voto para darse una segunda oportunidad en las presidenciales, advirtió Popescu-Zamfir. EFE
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