Ministros de Exteriores de la OTAN abordarán ayuda a Ucrania y situación en Oriente Medio

Bruselas, 2 dic (EFE).- Los ministros de Exteriores de la OTAN tratarán desde mañana en una reunión de dos días su apoyo a Ucrania por primera vez desde las elecciones en Estados Unidos que dieron la victoria al republicano Donald Trump, y la situación en Oriente Medio con el rey Abdalá II de Jordania.

El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, ofrecerá por la mañana del martes una rueda de prensa en la que abordará la agenda de la reunión, que en primera instancia contará con la presencia del monarca jordano.

Se espera que los ministros aliados traten con él la situación en Oriente Medio, donde Israel ha acordado una tregua con Líbano pero prosiguen los enfrentamientos en Gaza.

Para dar continuidad al mismo tema, ya el miércoles, los ministros aliados solos celebrarán una sesión de trabajo en la que se espera que hablen del plan de acción de la OTAN para la vecindad sur y la agenda de trabajo del representante especial de la Alianza para esa región, Javier Colomina.

El respaldo a Ucrania se abordará durante una cena de trabajo el martes con el ministro ucraniano de Exteriores, Andrí Sibiga, encuentro al que asistirá también la nueva alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad, Kaja Kallas, lo que en opinión de fuentes aliadas apuntala la acción coordinada de la Alianza y la UE.

La semana pasada, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sugirió que se podría alcanzar un acuerdo de alto el fuego en la guerra de Ucrania si el territorio que controla actualmente quedase «bajo el paraguas de la OTAN» y pudiese negociar con Rusia la devolución del resto más tarde de forma diplomática.

En opinión de fuentes diplomáticas aliadas, esa opción no es descabellada.

La OTAN coordina actualmente la entrega de material militar y las misiones internacionales de formación de soldados ucranianos desde una base estadounidense en Alemania.

Los aliados quieren mantener su respaldo a Kiev pero la toma de posesión al frente del Gobierno de Estados Unidos el próximo enero de Trump añade incertidumbre a ese apoyo, teniendo en cuenta las declaraciones del republicano durante la campaña electoral de que iba a solucionar la guerra de invasión rusa en 24 horas.

Rutte ha alertado además en varias ocasiones de la amenaza que supone para la seguridad de todos los aliados que China, Corea del Norte e Irán estén apoyando de una manera u otra a Rusia.

Finalmente, en la sesión de trabajo del miércoles, los ministros tratarán precisamente la relación con China, de la que Rutte ha dicho previamente que no puede seguir respaldando a Rusia en su invasión de Ucrania sin que ello implique repercusiones en sus intereses y su reputación.

Además, abordarán la preparación de una nueva estrategia de relación con Rusia que se espera sea uno de los principales resultados de la próxima cumbre de líderes de la OTAN, que tendrá lugar en junio de 2025 en La Haya.

Entretanto, los aliados siguen abordando la respuesta coordinada que pueden dar a actividades híbridas que pueden poner en riesgo infraestructuras críticas, en tanto se continúa investigando si los últimos incidentes que han afectado a cables submarinos entre países de la OTAN en el mar Báltico pueden tratarse de sabotajes.

Otro asunto que figura en las conversaciones de los aliados es la necesidad de incrementar el gasto en defensa e impulsar la base industrial militar.

Los países de la OTAN en 2014 se propusieron invertir al menos un 2 % de su PIB en gasto militar, del cual al menos un 20 % debe ir a la adquisición de nuevas capacidades. Una tercera forma de medir su implicación con la Alianza es que sus tropas participen en misiones u operaciones aliadas.

Rutte y varios líderes de países de la OTAN han dejado claro que, para hacer frente a todas las amenazas que tiene la Alianza -principalmente la de Rusia-, el 2 % fijado no será suficiente.

Fuentes aliadas precisaron no obstante que no hay discusiones por el momento sobre un nuevo porcentaje de gasto en defensa, si bien algunos países hablan de un 2,5 %, un 3 % o incluso un 4 % del PIB. EFE

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