
Suiza gasta en tratamientos de cáncer más que Suecia

En Suiza para tratar el cáncer se gasta por persona más dinero que en cualquier otro país de Europa, aunque esto no se traduce en mayores tasas de supervivencia. Algo que resulta especialmente evidente en Suecia.
Suiza en 2023 gastó por habitante en cáncer casi el doble (425 euros) que Suecia (240 euros), tal y como recoge un informeEnlace externo que a finales de febrero publicó el Instituto Sueco de Economía de la Salud. Hace diez años ocurría lo mismo. En 2015, Suiza gastó unos 313 euros (298 francos suizos) por habitante, frente a los 142 euros que gastó Suecia.
Los países que invierten más en atención oncológica suelen obtener mejores resultados, aunque —según el informe— no siempre es así. Las tasas de supervivencia al cáncer en Suecia y Suiza son comparables: en torno al 60 %. En Suecia las tasas de supervivencia a cinco años para algunos tipos de cáncer son incluso mejores que en Suiza.
¿Cómo se explican estas diferencias? Hemos analizado los datos.
La prevención se toma en serio
En Europa, durante las últimas tres décadas a medida que la población envejece, el número de casos de cáncer ha aumentado significativamente. Las tasas de supervivencia para muchos tipos de cáncer han mejorado drásticamente gracias a los nuevos tratamientos y a la detección precoz. No obstante, el cáncer sigue siendo la segunda causa de muerte en el continente, por detrás de las enfermedades cardiovasculares.
Una de las razones por las que Suiza gasta más en cáncer que Suecia puede deberse, en parte, a que algunos tipos de cáncer tienen tasas de incidencia más elevadas. Con una población de 10,5 millones de personas, Suecia tenía una tasa de cáncer estandarizada por edad (310 por cada 100.000 personas) ligeramente superior a la de Suiza (292,7), con una población de nueve millones, según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el CáncerEnlace externo. En algunos tipos de cáncer, como el de piel no melanoma y el de pulmón, sin embargo, Suiza tiene tasas más altas.
Las tasas más altas para algunos tipos de cáncer, como el cáncer de piel, pueden explicarse —en parte— por una mayor exposición al sol y a la intensidad de los rayos UV; especialmente, en las regiones montañosas. El riesgo de cáncer también aumenta con la edad, y Suiza tiene una esperanza de vida algo mayor: 84 años en Suiza, frente a los 83 años de Suecia.
Pero hay otros factores. Suecia pone más énfasis en la prevención, tal y como cuenta el economista sanitario Thomas Hofmarcher, coautor del informe del Instituto Sueco.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 30 y el 50 % de todos los casos de cáncer pueden prevenirse en gran medida si se reducen los factores de riesgo ambientales y relacionados con el estilo de vida. El consumo de tabaco representa el 25 % de todas las muertes por cáncer en el mundo y es la principal causa de cáncer de pulmón.
Suecia tiene una de las tasas de tabaquismo más bajas de Europa: poco más del 10 %. En Suiza, por su parte, el 25 % de la población fuma, según datos de la OMS.
«En Suiza, el consumo de tabaco está muy poco regulado. Los precios del tabaco son bajos, hay poca protección contra el tabaquismo pasivo y muchas oportunidades publicitarias», explica a SWI Markus Ossola, especialista en política de la Liga Suiza contra el Cáncer (Krebsliga Schweiz).
En Suiza más de 3.000 personas mueren al año por cáncer de pulmón, lo que lo convierte en la causa más común de muerte por cáncer. Tanto la incidencia como la mortalidadEnlace externo por cáncer de pulmón son considerablemente más altas en Suiza que en Suecia.
Suecia también supera a Suiza en vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH). Desde que la primera vacuna contra el VPH se introdujo hace unos 20 años, los casos y muertes por cáncer de cuello uterino se han reducido drásticamente.
Suecia ha tenido tasas más altas de casos y muertes por cáncer de cuello uterino que Suiza. El Gobierno sueco, sin embargo, para erradicar el cáncer de cuello uterino en 2021 puso en marcha una iniciativa nacionalEnlace externo, que incluía una campaña de vacunación contra el VPH. ActualmenteEnlace externo en Suecia el 90 % de las niñas y el 87 % de los niños se vacunan contra el VPH; frente al 71 % de las niñas y el 61 % de los niños en Suiza.
Los efectos de las mayores tasas de vacunación no se verán hasta dentro de varias décadas. Y es que entre la vacuna (alrededor de los 12-14 años) y el momento en que una persona contrae el cáncer de cuello uterino (normalmente en la edad adulta) transcurren muchos años.
Detección precoz
También hay notables diferencias entre ambos países en lo que a la detección precoz y el cribado se refiere. Las mujeres suecas, por ejemplo, tienen las tasas más altas de la Unión Europea de participación en el cribado del cáncer de mama.
En Suecia, entre 2020 y 2022, más del 80 % de las mujeres de entre 50 y 69 años se hicieron una mamografía. En SuizaEnlace externo solo el 60 % de las mujeres de la misma edad vive en uno de los 15 cantones con un programa organizado de cribado. En los otros 11 cantones se realizan cribados fuera del programa de salud pública.
Según datos de 2022, en Suecia el número de casos de cáncer de mamaEnlace externo per cápita era mayor, aunque las tasas de mortalidad prácticamente eran iguales.
Parte de esto tiene que ver con la estructura de los sistemas sanitarios. Suecia tiene un sistema público de pagador único, financiado principalmente a través de impuestos. Suiza tiene un sistema privado de múltiples pagadores. El seguro médico es obligatorio para todas las personas residentes, pero deben contratarlo con compañías de seguros privadas.
Suiza contaba con un plan nacional contra el cáncer que finalizó en 2020 y hasta hace poco no ha habido una solución de seguimiento. Para 2026 se elaborará un nuevo plan. Suiza es uno de los pocos países europeos que no tiene todavía un programa nacional uniforme de detección del cáncer de mama.
Por ahora la detección del cáncer se realiza a través de programas cantonales para el cáncer de mama y de colon, pero no todos los cantones tienen programas de detección.
«Esto significa que las enfermedades pueden diagnosticarse antes y tratar mejor y de forma más económica», dice Ossola.
Estos programas de detección forman parte de un plan nacional contra el cáncer que se puso en marcha en 2009, que se actualiza continuamente e incluye objetivos y medidas claros vinculados al Plan Europeo contra el Cáncer.
«El sistema sanitario sueco intenta ser lo más proactivo posible. Suiza, Alemania y Austria siguen siendo muy reactivos. La gente suele esperar a enfermar para buscar ayuda», afirma Hofmarcher.
Enfoque en la relación calidad-precio
El aumento del gasto en cáncer, en cierta medida, refleja el gasto sanitario general en Europa. La proporción del cáncer en los costes sanitarios suizos es ligeramente superior (el 6 %) a la de Suecia (el 5 %).
Suiza tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero también uno de los más caros. El gasto sanitario total per cápita suizo en 2024 fue de unos 11.000 dólares (9.700 francos suizos), esto es, en torno al 12 % del PIB. Suecia, por su parte, destina a sanidad alrededor del 11 % de su PIB: entre 6.000 y 7.000 dólares per cápita.
Esto se explica en parte por los salarios, que generalmente en Suiza son más altos que en el resto de Europa. Según una estimaciónEnlace externo, el salario medio anual de un médico en Suiza es de unos 260.000 dólares, frente a los 123.000 dólares de Suecia.
Pero la otra gran diferencia es el gasto en medicamentos. Suiza gasta el doble en medicamentos oncológicos por cada caso de cáncer. La razón más obvia podría ser el precio de los medicamentos, que en Suiza tiende a ser más alto.
Aunque es difícil saber exactamente qué papel desempeñan los precios de los medicamentos, ya que cada vez se utilizan más los descuentos confidenciales en los medicamentos —especialmente en los oncológicos—. Durante el periodo 1995-2023, en Europa, la venta de medicamentos oncológicos a precio de catálogoEnlace externo pasó de menos del 10 a más del 40 %.
Hay una gran disposición a pagar por los medicamentos contra el cáncer. En Estados Unidos, Alemania y Suiza los medicamentos oncológicos eran, de media, tres veces más caros que los no oncológicos, tras tener en cuenta la eficacia de los medicamentos, según un estudioEnlace externo de 2023.
Pero esto no siempre refleja el precio pagado. El año pasado, el Gobierno suizo —rompiendo con la larga tradición de transparencia del país— apoyóEnlace externo un uso más generalizado de los descuentos confidenciales en los medicamentos.
Lo que está claro es que Suiza supera a Suecia, con creces, en aceptación de los medicamentos.
«Suiza es sin duda el país al que hay que acudir si se quiere acceder a los últimos medicamentos oncológicos. Los tratamientos no solo se aprueban rápidamente, sino que también se reembolsan y los recetan los médicos», cuenta Hofmarcher.
En Suecia solo el 56 % de los medicamentos oncológicosEnlace externo aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos entre 2019 y 2022 podían ser reembolsados, frente al 92 % en Suiza.
«En Suiza existe una prima por cáncer. El cáncer despierta muchas emociones. Cuando un nuevo medicamento oncológico sale al mercado, se presiona para que esté disponible para los pacientes, ya que da esperanza a las personas», afirma Kerstin Noëlle Vokinger, profesora de Derecho y Medicina en la Universidad de Zúrich y en el Instituto Federal Suizo de Tecnología ETH Zúrich.
No está claro que los medicamentos más nuevos sean más eficaces y mejoren la supervivencia en la misma medida en que mayor es su precio. En 2020, Vokinger publicó en Lancet un estudio en el que no encontró ninguna relación entre los costes mensuales del tratamiento de algunos medicamentos oncológicos en Suiza y su beneficio clínico.
A la hora de reembolsar los costes, Suecia es mucho más cautelosa. Antes de que el sistema sanitario público lo reembolse, evalúa el principio de coste-eficacia (rentabilidad) de cada medicamento. Esto significa que a veces hay menos medicamentos a disposición del público, pero también que los costes potencialmente son más bajos. «Si se considera que un medicamento es rentable, lo pagamos, y si no lo es, no lo pagamos», reconoce Hofmarcher.
Texto original editado por Virginie Mangin. Adaptado del inglés por Lupe Calvo / Carla Wolff.
Corrección: Se ha actualizado la tasa de incidencia del cáncer en Suecia y en Suiza para utilizar datos comparables de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer.
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