The Swiss voice in the world since 1935

Activistas de Hong Kong desafían a China desde Suiza

Hong Kong
El Movimiento del Paraguas fue una protesta prodemocracia en Hong Kong que comenzó el 28 de septiembre de 2014. La policía utilizó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que exigían elecciones transparentes. Keystone/ALEX HOFFORD

Ante los crecientes ataques del gobierno chino, activistas pro-democracia de Hong Kong exiliados han buscado refugio en el extranjero, incluyendo la capital suiza, Berna.

Suiza puede parecer un lugar improbable para que activistas prodemocracia de Hong Kong exiliados intenten resistir la represión de China.

El país centroeuropeo acoge a poco más de mil residentes de la antigua colonia británica, frente a los casi 750.000 hongkonesesEnlace externo que viven repartidos entre el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá.

A diferencia de otros países, Suiza no ha ofrecido visados especiales ni vías de residencia aceleradas tras la ofensiva contra los derechos políticos en Hong Kong desde 2020.

Sin embargo, Amnistía Internacional eligióEnlace externo este año a Berna como su centro oficialmente registrado para Hong Kong. La organización tuvo que cerrar sus oficinas en la ciudad china del sur, aduciendo que sus empleados corrían riesgoEnlace externo bajo una estricta ley de seguridad nacional que permite redadas, detenciones y juicios arbitrarios.

La elección de Suiza refleja sus sólidas garantías legales sobre la privacidad, su estabilidad política y su respeto al estado de derecho. La recién creada Amnistía Internacional Hong Kong Overseas (AIHKO), la primera oficina de la organización establecida completamente en el exilio, opera desde Berna coordinada por activistas de la diáspora en Australia, Canadá, Taiwán, Reino Unido y Estados Unidos.

«Suiza ofrece fuertes garantías legales que protegen la información privada de nuestro personal, simpatizantes y demás partes interesadas», señaló Fernando Cheung, miembro del consejo de AIHKO y exlegislador de Hong Kong, a Swissinfo. «Con su sólido sistema legal y entorno social estable, las organizaciones de la sociedad civil, especialmente las que defienden los derechos humanos como la nuestra, pueden operar sin interrupciones».

Amenazas de la inteligencia artificial en aumento

Elegir una jurisdicción con estrictas leyes de protección de la información es cada vez más importante para todo tipo de organizaciones de derechos humanos. La creciente recolección de datos por parte de gobiernos, empresas tecnológicas e incluso redes criminales, sumada a la caída de los costes de almacenamiento y al análisis de enormes conjuntos de datos mediante inteligencia artificial (IA), hace que cualquier información recopilada pueda conservarse y procesarse de manera prácticamente indefinida. Thomson Reuters Foundation, un grupo independiente a favor de la libertad de prensa, publicó hace un año Data Protection: A Guide for Charities and Non-Governmental Organisations.Enlace externo China, el máximo exponente del estado de vigilancia, despliega sus capacidades de monitoreo más allá de sus fronteras, poniendo en riesgo a quienes se oponen al régimen.

Aunque no forma parte de la Unión Europea, desde 2023 Suiza se ha alineado con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la UE, un referente global en privacidad de datosEnlace externo. Las organizaciones en Suiza deben incorporar medidas de seguridad en sus sistemas o servicios, y no pueden recopilar datos no esenciales sin el consentimiento previo de las personas afectadas.

En comparación, el presidente estadounidense Donald Trump emitió en marzo una orden ejecutiva que buscaba centralizar la información y eliminar barreras para su intercambio dentro del gobierno. Human Rights Watch criticóEnlace externo la medida, al tiempo que señaló que la legislación estadounidense sobre privacidad, vigente desde la década de 1970, «no responde a las necesidades modernas de protección de datos».

Los esfuerzos de Canadá por reforzar sus leyes de privacidad electrónica se han estancadoEnlace externo debido a disputas políticas entre partidos. Reino Unido también ha recibido críticas: su Data Use and Access Act, aprobada este año con el objetivo de simplificar la legislación, en realidad debilita las protecciones. European Digital Rights (EDRi), la mayor red europea de defensa de las libertades en línea, instóEnlace externo a la UE a no seguir el ejemplo del «retroceso» británico en materia de protección de datos.

OpenAI detecta indicios de vigilancia por parte de China

La necesidad de este tipo de protecciones podría aumentar, especialmente a medida que el desarrollo de la inteligencia artificial pone nuevas herramientas de vigilancia en manos de estados no democráticos como China.

OpenAI, el grupo con sede en San Francisco detrás del modelo de lenguaje ChatGPT, informó en febreroEnlace externo que grupos chinos habían utilizado su tecnología para desarrollar una herramienta de IA capaz de rastrear automáticamente publicaciones críticas con el régimen en redes sociales occidentales y reportarlas. Fue la primera vezEnlace externo que OpenAI encontró evidencias de este tipo de actividad. La empresa también señaló que había observado el uso de otras tecnologías estadounidenses para generar publicaciones en inglés que criticaban a disidentes chinos.

China ha intensificado su vigilancia sobre defensores de derechos humanos en el extranjero, mientras activistas que huyeron de Hong Kong establecen organizaciones de campaña en el exilio. Estas personas enfrentan acoso y ataques continuos, así como la persecución de familiares que permanecen en la ciudad.

Joey Siu, miembro del consejo de AIHKO, se encuentra en búsqueda y captura por las autoridades de Hong Kong por presunta violación de la Ley de Seguridad Nacional, acusada de «coludir con un país extranjero o con elementos externos», con una recompensa de 1 millón de dólares hongkoneses (102.000 CHF) por su captura. En enero, recibió correos electrónicos en el que le «ofrecían un seguro de vida por accidentes y cobertura de funeral y entierro en caso de fallecimiento», lo que considera un intento de intimidación.

En mayo, la policía se centró en la familia de Anna Kwok, directora ejecutiva del Hong Kong Democracy Council (HKDC), un movimiento prodemocracia sin ánimo de lucro con sede en Estados Unidos. Las autoridades de Hong Kong detuvieron a su padre y a su hermanoEnlace externo por sospecha de «intentar manejar, directa o indirectamente, cualquier fondo u otros activos financieros o recursos económicos pertenecientes a, o controlados por, un fugitivo relevante».

Disidentes de Hong Kong perseguidos en el extranjero

En agosto, Carmen Lau, que se trasladó al Reino Unido en 2021 y trabaja como asociada sénior de defensa internacional en el HKDC, denunció que la policía británicaEnlace externo le pidió que practicara autocensura y evitara asistir a actos públicos, como manifestaciones. Según informó el diario The Guardian, cartas ofreciendo una recompensa de 100.000 libras (106.000 francos suizos) por información sobre sus movimientos o por su entrega a las autoridades fueron enviadas a sus vecinos.

Ella y otros hongkoneses se vieron obligados a abandonar su ciudad natal después de que Pekín eludiera al gobierno local en 2020 para implementar legislaciónEnlace externo, incluida la Ley de Seguridad NacionalEnlace externo, que prácticamente prohibía la oposición y la disidencia pública.

Todo eso siguió a meses de protestas contra un proyecto de ley de extradición que habría permitido que residentes de Hong Kong fueran juzgados en tribunales de China continental. Las manifestaciones buscaban inicialmente la retirada del proyecto de ley, antes de transformarse en una lucha por derechos democráticos más amplios.

En aquel momento, las definiciones vagas de la Ley de Seguridad Nacional generaron temores de repercusiones legales entre el personal de las oficinas de Amnistía Internacional en Hong Kong, haciendoEnlace externo «imposible saber qué actividades podrían derivar en sanciones penales». Su sección en Hong Kong se convirtió en blanco de críticas públicas en medios pro-Pekín, como Ta Kung Pao. Sus miembros fueron acusados de colaborar con fuerzas extranjeras y retratados como agentes de gobiernos occidentales con el objetivo de desestabilizar Hong Kong.

Eso obligó a Amnistía a cerrar sus dos oficinas en Hong Kong en 2021. No fue la única.

Desde que Pekín incorporó la Ley de Seguridad Nacional a la constitución de facto de Hong Kong, la Ley Fundamental, en junio de 2020, más de 58 organizaciones de la sociedad civil local se han visto obligadas a disolverse, segúnEnlace externo Michael Mo, investigador doctoral en la School of Politics and International Studies de la Universidad de Leeds. Amnistía Internacional ha señaladoEnlace externo que más de 100 organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación han cerrado o se han visto forzados a exiliarse.

Hong Kong
Kai Reusser SWI swissinfo.ch

La población exiliada persiste a pesar de las amenazas de represalias

Al igual que la ONG de derechos humanos con sede en Londres, muchos de estos grupos se han establecido en el extranjero. Entre ellos se encuentran el Hong Kong Democracy Council en Estados Unidos y Hong Kong Watch en Reino Unido. Continúan sus esfuerzos por ampliar sus redes globales y conectar con las comunidades de la diáspora hongkonesa, documentar violaciones de derechos humanos en la ciudad y llevar estos asuntos al ámbito internacional.

Incluso en el exilio, muchos temen el alcance de China, y la mayoría de las personas contactadas por Swissinfo para esta historia declinaron hablar.

«Ahora no es un buen momento para entrevistar a hongkoneses en el extranjero», dijo una de ellas, que prefirió no revelar su nombre por miedo a represalias. «Muchos optan por permanecer en silencio y pasar desapercibidos. Solo quienes tienen a toda su familia ya emigrada al extranjero se atreven a hablar».

China y sus aliados nacionalistas han trabajado para alimentar esos temores.

En mayo, la BBC informóEnlace externo de que Innes Tang, un activista pro-Pekín de Hong Kong que ha denunciado a decenas de personas ante las autoridades por presuntas violaciones de la Ley de Seguridad Nacional, planeaba mudarse a Suiza para montar una empresa de medios de comunicación. Swissinfo no encontró registros de que existiera tal empresa en el país. Según la BBC, Tang visita regularmente las Naciones Unidas en Ginebra para intervenir en conferencias y exponer la perspectiva de China sobre Hong Kong.

«Me preocupa que ciudadanos chinos o hongkoneses en Suiza estén recopilando nombres e información para informar sobre hongkoneses involucrados en movimientos democráticos aquí, acusándonos de violar la Ley de Seguridad Nacional», declaró James Sun*, miembro de la diáspora que participó en una protesta de «Solidaridad con Hong Kong – No a la extradición a China» frente al consulado chino en Zúrich en 2019.

Sun es uno de los que ya no habla de política de Hong Kong en redes sociales. Sin embargo, considera que la apertura de operaciones de derechos humanos en el exilio, como la de Amnistía Internacional en Suiza y otros lugares, representa una oportunidad para conectar y fortalecer la voz de los hongkoneses.

«No quiero permanecer en silencio para siempre», afirmó.

*A petición de la persona que habló con Swissinfo, se ha utilizado un seudónimo para su protección.

Editado por Tony Barrett. Adaptado del inglés por Carla Wolff.

La identidad del autor se ha mantenido oculta por motivos de seguridad.

Mostrar más

Los preferidos del público

Los más discutidos

En cumplimiento de los estándares JTI

Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI

Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.

Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR